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Analisis Divinity Original Sin - Enhanced Edition ,PS4

La Libertad de poder elegir.
Martes 17 de Noviembre de 2015 por Rafa del Río

Llevo tres semanas de lujo con tres juegazos a cual más interesante, y lo que empezó con el estupendo rol a lo vieja escuela con Wasteland 2 parece haber abierto la puerta a esos juegos típicos de PC a los que les cuesta asomar el hocico por el territorio consolero con la llegad del también apasionante Divinity: Original Sin - Enhanced Edition, la última obra de los chicos de Larian Studios.  

 

El poder del rol europeo

Larian Studios es una compañía belga en la que tienen muy claro el espíritu que imbuye todas sus creaciones. Ya desde su cancelado LMK -The Lady, the Mage and the Knight- de finales de los 90, sus juegos han sido un canto al rol vieja escuela con algunas novedades que profundizan especialmente en la libertad de acción y el concepto puro del RPg en su forma más clásica de ficha y dados. 

 

La saga Divinity se iniciaría en el año 2002 con Divine Divinity y Beyond Divinity, pero el estilo daría un giro de tuerca a la saga con Divnity II: Ego Draconis, Flames of Vengeance y Dragon Commander, que ofrecían un estilo más de acción con escenarios en 3D y un protagonista con habilidades muy reptilianas. 

 

 

En 2014, sin embargo, Larian Studios vuelve a sus orígenes y presenta un proyecto a Kickstarter que pretende devolver a la saga a los tiempos del rol táctico y la libertad de acción sin perder todo el sentido del humor y la profundidad de sus historias. Divinity: Original Sin supera la campaña y, con una financiación parcial de Kicksterter ve la luz en junio de 2014, conquistando a prensa y público por su fuerte personalidad, el regreso al espíritu vieja escuela y alzándose con un 87 en Metacritic

 

Tras alzarse con el galardón de 'Juego del año de PC' en varios medios, los chicos de Larian Studios sacarían un año después Divinity: Original Sin - Enhanced Edition, una versión renovada, con mejoras gráficas, más contenidos, objetos, misiones, dificultad ajustada y varios añadidos más que, para colmo de bienes, sería gratuita para los usuarios de PC que contaran con el juego original y que, por fin, llegaría a Xbox One y Playstation 4.

 

Y por eso estamos aquí

De primeras, y estando en el momento en el que estamos de nuevas tecnologías y gráficos chachis, Divinity Oriniginal Sin - Enhanced Edition puede parecer un poco tosco en sus inicios. Personajes burdos, entornos bastos y un creador de personajes muy limitado en lo que respecta a la física que, sin embargo, pronto empieza a mostrar la impresionante profundidad del juego cuando empezamos a jugar con los atributos, habilidades, talentos y formas de comate de nuestros personajes. 

 

 

Como todo buen RPG que permite la acción de un jugador en solitario o dos en cooperativo, Original Sin nos permite jugar con los personajes y hacer que complementen sus habilidades eligiendo entre una cantidad casi impensable de arquetipos, atributos, habilidades y talentos que se unen a los casi 200 conjuros y habilidades especiales que podremos aprender a lo largo de nuestra aventura junto a todas aquellas que iremos desarrollando y adquiriendo según subimos de nivel.

 

El número de posibilidades a la hora de crear a nuestros personajes es tan pasmoso como la libertad que tendremos a la hora de jugar, y ahí entran en juego los talentos, que nos ayudarán no sólo en combate sino también en nuestro día a día como aventureros en conversaciones, sigilo, robo, abrir cerraduras, hablar con animales y un montón de cosas más que hacen de éste un título a tener muy en cuenta para todos aquellos que disfrutéis de los juegos profundos que ocultan mucho más de lo que puede verse a simple vista.

 

 

Decidamos cómo jugar

Divinity: Original Sin - Enhanced Edition empieza con dos personajes a los que podemos crear a nuestro antojo, dos cazadores de magos en busca de erradicar una poderosa magia conocida como la Fuente que guardan a sus espaldas todo un pasado oscuro que os invito a descubrir... y que uno de ellos quiere descubrir junto a ti. Guiones a un lado, pronto descubriremos que a la hora de la verdad son lo que menos importa en el reino de Rivellon. Tras un inicio casi de Risen, pronto podremos desligarnos de la misión principal para investigar por nuestra cuenta. 

 

Es en este 'por nuestra cuenta' en el que Divinity: Original Sin alcanza toda su gloria, plantándose ante nosotros como un buen juego de rol de los de antaño en el que las nuevas tecnologías permiten que vayamos mucho más allá en nuestras decisiones y forma de comportarnos. Solución de conflictos por la vía pacífica, aniquilar pueblos enteros, arramblar con todo usando nuestras dottes de ladrón o usar el sigilo para alcanzar los objetivos sin que el enemigo se entere siquiera de que estuvimos aquí. 

 

Larian Studios quiere que juguemos como más nos guste, y para ello han creado un mundo abierto que responde a nuestra forma de jugar, unos personajes que dan la réplica a la perfección, un mundo plagado de entornos interactivos con los que podemos... eh... interactuar y, lo que es más importante, un curioso sistema de karma que huye de 'buenos y malos' para centrarse en cómo nuestras decisiones y actos influyen positivamente en determinadas habilidades, atributos y talentos. Ser materialistas bonificará nuestras habilidades de regateo y robo, ser pacíficos mejorará nuestras habilidades de conversación y mediar en conflictos, la crueldad obtendrá jugosas bonificaciones en las puñaladas por la espalda y la justicia de nuestras acciones influirá en el liderazgo, por poner sólo unos ejemplos. 

 

 

Un combate por turnos con chispa

El sistema de combate, que de primeras puede parecer farragoso por comulgar con el clásico modo de turnos y puntos de acción, pronto se demuestra tremendamente divertido gracias a que cuenta con un ritmo más que interesante y una dificultad muy 'puñetera' que nos obligará a planear nuestra estrategia y aprovechar el entorno y los objetos que encontremos a nuestro paso

 

Los accidentes del terreno, las diferencias de altura que supondrán una ventaja o una desventaja dependiendo de nuestro equipamento, armas y habilidades, la inclusión de cajas y barriles con contenidos con los que podremos interactuar y las debilidades y puntos fuertes de cada enemigo nos obligarán a estar atentos a cómo peleamos yendo mucho más allá del clásico sistema elemental de los JRPG: usar el agua para conducir la electricidad, apagar el fuego o congelar un lago para cruzar rápidamente a la otra orilla, invocar la lluvia para luchar con elementales de fuego, interactuar con el clima, el terreno... Todo es posible en un sistema de combate que ha sabido renovarse a pesar de que, de primeras, puede asustar por el descomunal tamaño de su catálogo de posibilidades

 

 

Todo está muy bien pensado

Eso es la primera conclusión a la que se llega tras pasar por el tosco aspecto del gestor de personajes y empezar a vagar por el inmenso Rivellon. Una muestra de esto es la manera en la que han dado forma a la opción multijugador online, en la que nuestro compañero podrá ser controlado por un amigo que participará tanto en las batallas y la exploración como en las conversaciones y las decisiones que tomemos, llevando el campo de la partida de dos jugadores a límites desconocidos hasta el momento. 

 

Será en estas conversaciones en las que iremos definiendo la personalidad de nuestro personaje, teniendo nuestras respuestas influencia directa sobre nuestra ficha de PJ y sobre la forma en la que decidamos jugar nuestra aventura. Para más inri, cuando entremos en conflicto con nuestro amigo y tengamos ideas opuestas sobre si aceptar un encargo o actuar de una u otra manera, el juego nos invitará a una curiosa partida de piedra-papel-tijera en la que, una vez más, las cosas serán mucho más complejas y divertidas de lo que puede parecer en su mención. 

 

Llegados a este punto, los chicos de Larian Studios han pensado en todo, y si sois antisociales o no os apetece jugar online, Divinity: Original Sin incluye la posibilidad de dotar a nuestro compañero digital de una Inteligencia artifical y personalidad propia que le llevará a debatir nuestras decisiones, apoyarnos en todo o convertirse en todo un 'grano en el culo'.

 

 

Y todo lo que os queda por descubrir

Porque Divinity: Original Sin es mucho más que batallas y discusiones, y en este sentido Larian Studios haquerido dotar de su magia a la cotidianeidad que rodea a toda buena aventura: Desde las conversaciones y el día a día de los pueblos y asentamientos hasta esas partes de cocinar, crear pociones, forjar y reparar nuestro equipo está todo perfectamente tratado junto a un sistema de trueque muy bien construido y, como no podía ser menos, las ya entrañables mesas de trabajo en la que podremos dar vida a nuestro proio equipo y mejorarlo.

 

En definitiva, Divinity: Original Sin - Enhanced Edition es todo lo que hace buenos a los juegos de rol occidentales de la Vieja Escuela condensado en un título que se hace querer en cuanto le dedicas un tiempo a conocerlo. Oh, sí, tiene todos esos problemas de las letras pequeñas, los inventartios inmensos, las exigencias de un combate que por interesante que sea acaba por resultar agotador y la pesadez de terminar teniendo la mochila llena de cosas inútiles, pero por otro lado ofrece tantas cosas buenas, tanta libertad y tal experiencia de juego que merece la pena para todos los que echemos de menos el género. Eso sí, por si no lo habéis leído lo repito: Sólo para los que echamos de menos el género

 

¡Nos leemos!

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