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Analisis Dark Souls Remastered ,PS4

La remasterización de un juego imprescindible
Sábado 26 de Mayo de 2018 por Adrián Suárez Mouriño

Dark Souls Remastered es la mejor manera de jugar a día de hoy al título de From Software. Su mayor mérito es permitirnos disfrutar de nuestra peregrinación por Lordran a 60 fps estables, y el cambio se nota para bien. Esta remasterización nos deja superar la Ciudad Infestada sin que la imagen dé trompicones, pelear contra las puñeteras gárgolas del campanario sin que se pierdan frames cuando ambas aparecen juntas ante la cámara y también rodar mejor. Sí, los que estamos acostumbrados a jugar haciendo cabriolas notaremos cómo ahora podemos calcular mejor cada uno de nuestros movimientos.

 

Si nunca habéis jugado a Dark Souls, hacedlo, comprad este título. Hidetaka Miyazaki nos brindó en el año 2011 uno de esos títulos clave para entender este medio que nos apasiona. Dark Souls no es solo un juego que has de considerad por ser un difícil reto, tienes que disfrutarlo por cómo narra su aventura, por cómo diseña su mundo de juego interconectado y por cómo entiende el combate. El videojuego no es perfecto, tampoco lo consigue ser con esta remasterización, pero las ideas y conceptos que encierra han influenciado a demasiados artistas de la actualidad como para pasarlo por alto.

 

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Si nunca has jugado a Dark Souls, esta es tu oportunidad de hacerlo. No hay excusas

 

Pero no estamos aquí para hablar del imprescindible juego base, sino de cómo le sienta 2018 y cómo se ha ejecutado este Remastered y los pequeños toques de remake que también tiene. Siendo claro y directo: esta no es la mejor remasterización que podría haber recibido el juego, también son escasos los retoques al gameplay y de accesibilidad que han llegado, pero esos 60fps en consolas logran que la compra merezca la pena. Es decir, no es la remasterización que pedíamos pero sí la que el juego necesitaba.

 

Con esta versión, Dark Souls se transforma en un juego que se disfruta más que el original. Recorrer sus niveles con la nitidez de las consolas actuales y de una manera tan fluida engancha, pero se han tomado decisiones de cuestionable acierto en su realización. Con el que más problemas tengo, y que me ha acompañado durante casi toda la aventura, es cómo entiende el paso del personaje de una zona oscura a una iluminada y viceversa. Dark Souls Remastered no juega bien con los contrastes, impidiéndote casi por completo la visión al acceder a una cueva sin luz y parpadeando sin ningún sentido.

 

Tampoco está del todo bien acabadas las texturas por su comportamiento ante los brillos del escenario pues refulgen demasiado. No se ha tocado la cámara, que sigue dando fallos y el sistema de fijación de enemigos continúa dando algún susto que otro. Y es una pena, pues todos estos problemas se fueron solventando entrega tras entrega, en especial en Dark Souls 3.

 

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El principal valor de Dark Souls Remastered es que ahora goza de una tasa de frames sólida y estable

 

Puede que pedir todas estas cosas sea mear fuera del tiesto. Lo cierto es que no es algo que debería exigirle al juego si solo fuera una remasterización, pero es que no lo es. Dark Souls Remastered sí que intenta arreglar algunos elementos que se solucionaron en juegos posteriores. En el original, si recordáis, era un engorro acceder al menú y tener que consumir alma a alma para extraer las que contenían en su interior. Ahora podemos gastarlas todas a la vez, ahorrándonos esta tarea. También accedemos antes a los dedos resecos para ahorrarnos invasiones indeseadas.

 

Celebro estas dos decisiones, en especial la de las almas, pero de querer ‘mejorar’ partes jugables con respecto al original, hubiera preferido que esa cámara o esa fijación de objetivos funcionara ahora con un poco más de finura. Ya puestos a criticar, no habría estado de más que si solo tienes una gran alma, y solo una, no te preguntara cuántas quieres usar.

 

Otro tema por el que sentía mucha curiosidad y por lo que he esperado hasta ahora para hacer este análisis es cómo funcionaría el online. A día de hoy, en Dark Souls 3, seguimos teniendo un lag enorme al pelear contra otro jugador en PVP. Dark Souls Remastered no se libra de esa lacra. En general va bien, pero es fácil vernos inmersos en una batalla en la que damos un golpe que tendría que acertar y no lo hace porque nuestro enemigo no está dónde creíamos.

 

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Se han añadido pequeños detalles para favorecer la accesibilidad al título. Podrían haber sido más

 

Es por todos estos motivos por los que, repito, esta no es la mejor optimización ni la mejor remasterización de la que podría disfrutar Dark Souls hoy, pero sí que es una notable y es la que el juego necesitaba. Pese a todo lo que he mencionado en este análisis como puntos negativos, no me malinterpretéis, no es algo baladí que los fps del juego sean sólidos como una roca, tampoco que podamos disfrutar de este juego ahora y otra vez, pues es una fabulosa excusa para que los servidores estén llenos, lo que es clave para disfrutar de Dark Souls al 100%.

 

Por fortuna, Dark Souls nunca ha sido un juego puntero en lo técnico, pero sí en cómo su propuesta jugable, diseño artístico, mecánicas, dinámicas y narración se alían para darnos una de las mejores experiencias a las que se puede tener acceso hoy en nuestro medio. Eso es lo importante de la obra de From Software y eso ha sido optimizado con Dark Souls Remastered. Esto lo sé porque aunque me lo sepa de memoria he vuelto a disfrutar muchísimo jugando con él. Viajar a Anor Londo, sufrir la Fortaleza de Sen, encontrarme con Solaire, llorar la muerte de Sif o navegar por la oscuridad de la Tumba de los Gigantes es algo que se disfruta más con 60 fps que a 15. Bendito sea el sol.

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