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Analisis Counter Spy ,PS4

Espíame si puedes.
Jueves 02 de Abril de 2015 por Álex Pareja

La Guerra Fría fue un conflicto que abarcó casi por completo la segunda mitad del siglo pasado, con Estados Unidos y la Unión Soviética como bandos enfrentados. Lo bueno de esta guerra (aunque bueno en las guerras no hay absolutamente nada) es que ninguno de los bandos actuó de manera directa contra el otro. Básicamente podríamos resumirlo todo en un "a ver quién la tiene más grande", pero con misiles, espías y demás parafernalias de por medio.

 

En Counter Spy encarnamos la figura de uno de estos espías que deberá infiltrarse en distintas instalaciones de ambos bandos para recabar información e impedir, en principio, que ninguna de las dos tome medidas desproporcionadas. Quizás todo esto suene muy serio, que lo es, pero el título sabe tomarse a guasa algunas conversaciones y distintos aspectos de este conflicto, generando una especie de tono satírico que le sienta bastante bien para aligerar tensiones.

 

Las coberturas también han llegado a los juegos independientes

 

Sin mayor carga argumental, el juego nos lanza a la acción de manera directa a nuestra misión, con el peligro de que si alguna de las facciones nos descubre pensará que pertenecemos al bando contrario, por lo que actuará de la manera que precisamente queremos evitar. Al final el objetivo es que ninguna se enfade demasiado con la otra para que mientras, nosotros, podamos evitar el conflicto.

 

De forma bastante gráfica y visual, el título sabe explicarnos, si todavía no nos hemos dado cuenta, que somos un espía que se enfrenta a todos los demás enemigos armados, que nos suelen superar en número. Así que lo mejor será actuar con cautela, atacando sigilosamente y entrando en acción sólo cuando la ocasión lo requiera y conociendo las limitaciones con las que contamos. No es una premisa demasiado original hoy en día, con una gran cantidad de títulos que abrazan la mecánica del sigilo como su razón principal de existencia o como mecánica opcional, pero sí que lo es la manera de plantearlo jugablemente en este caso concreto.

 

¡Cuidado con hacer ruido o se alertará!

 

Bajo una perspectiva en dos dimensiones en la que sólo podemos avanzar hacia la izquierda o hacia la derecha, como muchos otros títulos, también se mezclan otras características típicas de otros tipos de juegos totalmente diferentes. ¿Qué me diríais si os dijera que el juego tiene un sistema de coberturas muy similar a lo visto en una gran cantidad de juegos de acción en tercera persona? Pues así es, avanzamos por los escenarios en dos dimensiones pero habrá ciertas zonas donde tendremos que enfrentarnos a tiroteos al más puro estilo Uncharted, salvando por supuesto unas inmensas distancias en cuanto a su complejidad.

 

Este sistema simplificado de tiros es eso, algo sencillo y funcional, pero nada más. Lo que pasa es que funciona bastante bien. ¿Hubiese servido para algo haberlo hecho más complejo? En absoluto, ahí reside uno de los puntos más destacables de Counter Spy: el juego es simple en todas sus mecánicas, pero lo bueno llega cuando se combinan para crear un nuevo sistema totalmente diferente a todo lo visto hasta ahora.

 

Los enemigos siempre nos superan en número y cada vez son más peligrosos

 

Bueno, quizás esa última afirmación sea pasarse un poco de entusiasmo, pero sí que resulta muy entretenido y satisfactorio a pesar de que efectivamente existen juegos mejores en muchos de sus planteamientos. En realidad, Counter Spy no deja de ser un juego bastante sencillo y poco destacable en ningún punto concreto, pero sí que sabe utilizar muy bien las herramientas de que dispone para engancharnos y hacernos jugar una partida y continuar con la siguiente.

 

Yo mismo, durante las primeras partidas, sentía que el juego no me aportaba demasiado. Sí, es entretenido, tiene ciertas cosillas originales, pero... ya está, quizás debería gastar mi tiempo en algún otro asunto o juego más importante. Pero continué jugando, una fase tras otra, y después de esas, otras tantas. A mí. por lo menos. el título consiguió engancharme gracias a las buenas ideas en su diseño y, sobre todo, a su generación de niveles.

 

El título nos avisa nada más comenzar que los escenarios del juego se generan de forma aleatoria, de manera que nunca jugaremos a dos niveles exactamente iguales. Es un sistema discutible porque en realidad, aunque es cierto que nunca nos enfrentaremos al mismo escenario dos veces, todo sigue unos pasos de estructura lógicos y tampoco varían una exageración entre sí.

 

¿Qué pasará si disparo a los barriles rojos?

 

Aún así, es otro de los aspectos que te sigue animando a jugar. Sí, los escenarios no son la bomba y los diseños de niveles tampoco, provocado precisamente por esa aleatoriedad, pero eso también le añade cierto atractivo. Habrá fases que serán bastante sencillas de acabar, mientras que en otras posiblemente sudemos la gota gorda para conseguir avanzar. Hay un desnivel en la dificultad que se ampara en el contexto argumental, ya que nadie puede saber a ciencia cierta si una base enemiga va a estar muy vigilada o no antes de entrar en ella. ¡Nadie dijo que ser espía era tarea sencilla!

 

Esa sensación de no saber a qué nos vamos a enfrentar cuando crucemos una puerta hace que automáticamente queramos seguir avanzando. Al igual que la generación aleatoria de niveles provoca que registremos cada uno de los rincones en busca de nueva información, dinero o mejoras. Sí, nuestro personaje puede obtener nuevas armas y algunos potenciadores que nos facilitan la incursión en futuras misiones.

 

Las cámaras de vigilancia no podían faltar

 

El mayor problema de Counter Spy es que es demasiado corto y su falta de profundidad en muchos aspectos hace que sea bastante fácil terminar dejándolo de lado en cuanto otro juego más interesante llegue a nuestras manos. Es muy entretenido y bastante recomendable, pero no deja de ser un juego sencillo que busca un entretenimiento directo y sin poner en demasiadas complicaciones al jugador. De hecho, es un juego mucho más disfrutable en una consola portátil que en sobremesa por su propia concepción, así que apuntaros la recomendación en caso de que el juego os llame la atención.

 

Yo no soy un gran amante de los juegos independientes y suelo jugarlos sólo por dos motivos: o por temas de trabajo o porque no tengo ninguna otra alternativa en ese preciso momento. Sin embargo, Counter Spy consiguió entretenerme durante varios días y, oye, no es poca cosa en estos tiempos donde, precisamente, no es que nos falten opciones de juegos donde elegir. Sí que falta cierta profundidad en casi todos sus apartados pero tampoco es que el juego lo requiera ni mucho menos. Counter Spy es como ese colega con el que no sueles mantener charlas demasiado profundas pero que siempre está bien tener a mano para echarse unas risas rápidas.

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/ 10

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