Analisis Contrast ,PC,PS3,PS4,X360

Al entrar en Contrast me pregunto qué es real y qué no lo es. Siento la soledad de un mundo en el que todos están atrapados en la sombra. ¿Mamá, papá, qué me separa de vosotros? Contrast nos cuenta una historia, la de la pequeña Didi, pero no de una forma convencional. Vive una época difícil, los años 20, en la que las sombras que envuelven lo turbio del ser humano. Ese es el recurso que Compulsion Games utiliza para convertir la narración en un juego. Porque son las sombras las verdaderas protagonistas de Contrast.

Una ciudad entera que nos muestra como una niña descubre los secretos más oscuros que enmascara una vida nocturna. Y en ese viaje la acompañaremos encarnando a Dawn para, con nuestras habilidades para introducirnos en las sombras, ayudarla a llegar hasta el final. Pero realmente no es la historia la que nos mueve. A pesar del contenido emotivo que presenta la situación de Didi, el centro de atención recae en los puzzles. Recorremos las calles y estancias moviendo objetos para generar sombras que nos abran camino cambiando entre el plano 2D y el 3D.

Es ahí donde el título nos acoge y tira de nosotros. Nos pone un problema para acceder a un sector y debemos resolverlo para pasar al siguiente. La resolución de estos puzzles no es complicada. En muchas ocasiones se tratará más de sincronizar nuestros movimientos y controlar el tiempo que tenemos para dar un salto que por no saber dónde va cada cosa. A veces pareciera que la dificultad se encontrase en superar algunos de los problemas que trae el juego. Uno de esos inconvenientes que encontramos en Contrast es la falta de precisión a la hora de saltar a un saliente o cuando debemos combinar la habilidad de entrar y salir de la sombra con ese salto. Las físicas no ayudan y la perspectiva de la cámara puede jugarnos una mala pasada. 

Y es que no es un título donde la jugabilidad sea el punto fuerte. Es más, quizá -excepto por esos momentos en los que no atinamos- el encanto general que rodea a Contrast. Puede que haya varias cosas que no funcionen en el juego, pero no podemos dejar de centrarnos en otras muchas que nos llaman y nos encantan. Una de ellas es el matizado de su diseño. Nos encontramos en unos escenarios ambientados al más puro estilo del cine negro. Son oscuros, inertes, que tratan de reflejar la sordidez de la época y la soledad de una niña sola en el mundo real. También encontramos que recorrer las calles resolviendo pequeños puzzles para seguir a la siguiente secuencia o para conseguir uno de los coleccionables ocultos puede no ser un reto como tal, pero resulta ser ocurrente y un ejercicio de sincronización.

Aunque, sin duda alguna es la banda sonora la que nos embauca y nos conquista. Esa música de jazz que nos visita en cada estancia, llena de erotismo, hace que simplemente queramos dejar el juego puesto de fondo.

Es cierto que la idea de fundirnos en la pared no es única en el género. Encontramos el nuevo The Legend of Zelda A Link Between Worlds, pero el estilo de Contrast se siente muy diferente. Utiliza los juegos de luz y sombras para jugar con nosotros y hacer que generemos las plataformas por las que pasar.

Con Contrast hemos de tener varias cosas en cuenta. Por un lado se trata de un juego corto, en un par de horas habremos dado buena cuenta de él. Y por otra, como decimos, falla en la precisión de algunos movimientos. A veces pasa como en Assassin’s Creed, un salto que no sale bien y caemos por el precipicio -aunque aquí no podemos morir. En cambio es bonito, que destaca más por lo artístico. Los escenarios, los personajes y la música son dignos de ser vistos y oída. No cabe duda que la historia que cuenta no es demasiado interesante, pero es el hilo que sirve para unir un puzzle tras otro. Quizá no sea un juego a destacar por su gran calidad, sin embargo se trata de un Indie que se ha abierto camino por lograr una sintonía entre ideas y ambientación. Por último, tenemos que valorar que a un precio de 20 €, podemos pasar un buen rato recorriendo unas calles llenas de sombras y corrupción.