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Analisis Child of Light ,XONE

Jugando espero al hombre al que yo quiero
Martes 10 de Noviembre de 2015 por Dayo

Precio vs. Duración. Un debate que siempre ha tenido lugar entre todo tipo de géneros dedicados a un sólo jugador que ha llevado a pensar tanto que lo breve, si bueno, dos veces bueno, como que hay quien valora sus euros a hora de juego cada uno. Todo ello va muy unido a la propia concepción de videojuego y lo que uno mismo cree que puede disfrutar, de su propia valoración de los que se engloban el término 'indie' y los que se engloban bajo el mal llamado 'AAA'. Y Child of Light tiene un poco de todo. Es un AAA con aspiraciones modestas, a la vez que tiene el valor ser original como un indie descargable con el valor de producción de un AAA. No en vano, es un título pequeño desarrollado por un estudio acostumbrado a hacerlo todo a lo grande.

 

No es un artwork, el juego luce igual que acuarelas en movimiento.

 

Child of Light nace con las herramientas de Rayman Origins/Legends, pero le da un nuevo toque al UbiArt Framework y lo convierte todo en una acuarela en movimiento. Coge el toque de cuento interactivo con el que muchos ya son llamados originales (demasiados hoy en día ya) y el aire de ilustración evocadora de melancolía que tan de moda está en otras áreas del diseño, pero lo muestra todo de tal forma que parece algo nunca visto en un videojuego. Y en el fondo, lo es, ya que una producción occidental con alma de RPG japonés que se desbanca de su propio género ofreciendo nulo relleno y poco más de 10 horas de duración, es algo insólito. ¿Pero qué más da que sea corto si es igualmente bueno y cuesta 15€?

 

Esa es la gran pregunta que rodea a Child of Light desde el momento antes de empezar a descargarlo hasta su mismísimo final (algo apresurado o más bien inesperado porque llega pronto para lo que estamos acostumbrados). No todos los RPG tienen por que durar de 60 a 100+ horas, pero prácticamente todos lo acaban haciendo, y muchos jugadores ni se acercan al final por eso mismo, limitando en mucho que alguien pueda llegar a disfrutar de un buen sistema de combate o de explorar un mundo nuevo, porque va unido a una cantidad de horas que no todos se pueden permitir.

 

Los textos son obras de genialidad. Todos los diálogos (en castellano) riman, salvo los de algunos villanos que se saltan los pareados intencionadamente.

 

Child of Light es corto y ágil. Empieza fuerte cuando a los 15 minutos de juego ya ofrece una libertad absoluta de movimiento que en otros juegos costaría cerca de 40 horas conseguir, y así, es el jugador el que decide si explorar cada recoveco y combatir todo lo posible para afrontar los combates obligatorios con buen nivel.

 

Pero apartándonos un poco del despiste al que juega Child of Light con su género, hay que decir que no toda la atención está en su duración, ni mucho menos. Child of Light es el cuento de antes de dormir. Una historia sencilla que se sabe tornar épica cuando el momento lo requiere. Una niña perdida en un mundo de fantasía que sólo quiere regresar a su hogar, debe recuperar las estrellas, la Luna y el Sol del cielo, subiendo a lo más alto y bajando a lo más profundo (como en Dark Souls, si), acaparando compañeros por el camino mientras ayuda a pueblos enteros convertidos en cuervos, aldeas asoladas por ogros o gigantes invadidos por arañas, todo ello contado como poesía, con diálogos que riman.

 

La velocidad del personaje determina lo que tarda en recorrer la parte azul de la barra. Ahí, elige una acción. La velocidad del ataque determina lo que tarda en recorrer la parte roja. Si te golpean durante la carga, vuelve a empezar.

 

Child of Light ofrece todo lo que se le podría pedir a un buen JRPG. Una gran historia, sencilla pero bien narrada; grandes personajes desde la protagonista hasta el más secundario de los secundarios(aunque alguno llega demasiado tarde como para ser disfrutado); un mundo bellísimo que explorar (a lo que ayuda una fantástica banda sonora acompañando el mismo aire de melancolía); puzles e infinidad de recovecos donde encontrar cofres con recompensas, combates contra jefes ocultos o misiones secundarias; una buena parrilla de habilidades muy similar a las esferas de Final Fantasy X; un sistema de combate sólido, por turnos pero basado en una barra de tiempo activo en dos partes con muchas variantes estratégicas...

 

Toda la esencia comprimida en un frasco pequeño que, sí, deja con ganas de más, no a modo de producto incompleto porque es capaz de dejar perfectamente saciado, sino como producto del que estaríamos encantados de que hubiese mucho más, porque da para ello.

 

El juego no deja de impresionar visualmente, escenario tras escenario, enemigo tras enemigo.

 

Child of Light va directo al grano. Todos los personajes suben de nivel aunque no se usen en combate, no hace invertir tiempo entre menús, gestión de dinero y equipación,... Y esa es una de las partes en las que sabemos que Child of Light podría haber dado más y no quedarse a medias entre la aventura ligera indie y el RPG denso que muchos podrían esperar. Aún así, es un gran juego, y un producto interesante que demuestra tanto que aún se pueden hacer grandes cosas sin caer en la repetición, como que la barrera entre el AAA y el indie se puede romper y llegar a dar lugar a auténticas maravillas. Ojalá Child of Light marque el principio de muchas creaciones tan interesantes, atrevidas contra las convenciones de un género y equilibradas en cuanto a precio/duración/calidad.

 

(Versión analizada: Xbox One)

8.5

/ 10


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