Analisis Call of Duty Black Ops Declassified ,PSVITA

Las circunstancias que rodean al lanzamiento de Call of Duty: Black Ops Declassified son ciertamente particulares, y hasta cierto punto están teniendo su particular relevancia de cara a la negativa recepción que ha tenido en los medios especializados. Gran parte de la culpa reside en el más que titubeante catálogo de PlayStation Vita, el cual apenas termina de asomar la cabeza más allá de aquella remesa inicial que tanto prometía. Es por ello que el anuncio de una franquicia como Call of Duty sonaba a gloria en la portátil de Sony, por lo que se puso en marcha la maquinaria en pos de contar con tan popular título.

 

Para resumir la situación, habría que retroceder al punto en el que Sony presentaba la que por entonces se denominaría como NGP, el relevo generacional de su consola PSP. Es entonces cuando Activision declara que lanzará un Call of Duty para este nuevo hardware... si bien, con el paso de los meses, Activision dejaría el proyecto en un segundo plano que en absoluto beneficiaba al venidero catálogo de una Vita que ya era más que tangible. Es entonces cuando Nihilistic programa Resistance: Burning Skies, presentando las posibilidades de cara a los shooter de la consola. Y Sony vuelve a presionar a Activision.

 

 

Así, se llega a un acuerdo entre las dos compañías, de tal manera que se maneja un particular tridente en el que Sony es la que mueve todo el asunto en términos de desarrollo, alquilando nuevamente los servicios de una Nihilistic cada vez más tocada por los malos resultados. La idea es tener el juego listo para la temporada navideña, con el objetivo de que salga de manera simultánea con el Call of Duty anual destinado para las máquinas de sobremesa. Así, Nihilistic cuenta con poquísimo tiempo para desarrollar un juego al que le pesa en demasía su nombre, y, usando parte del código utilizado en su Resistance, encajan la clásica jugabilidad de Call of Duty limitando el contenido en la medida que les ha sido posible desarrollar: seis mapas, un multijugador cuatro contra cuatro (que no ha contado con BETA alguna), una campaña de diez misiones de poco más de cinco minutos cada una y... poco más.

 

Y así tenemos un Black Ops Declassified que, sobre el papel, hace muchos méritos para ser destrozado por la crítica. Lo cierto y verdad es que ciertos detalles son absolutamente irrisorios, encajando a la perfección el limitado tiempo con el que la ya difunta Nihilistic ha contado para terminarlo. El caso más sangrante es el de la campaña, que se reducen a una sucesión de misiones al más puro estilo Unit 13, siendo incluso más limitadas en cuestión de IA, durabilidad y planteamiento. No dejan de ser jugables y, hasta cierto punto, conservan de manera solvente la esencia de Call of Duty, pero el hastío que transmite recorrer unos niveles pasilleros a más no poder y de duración ridícula (aproximadamente una hora) es de órdago, por mucho que el formato parezca encajar en lo que se espera de un juego para consola portátil.

 

 

Para un jugador tenemos también una modalidad de supervivencia que vendría a ser el símil para Vita del aclamado modo zombie... cumple, pero el hecho de no tener opciones multijugador lo convierten en una mera anécdota. No obstante, el multi debe ser la base jugable de este Declassified, como en todo buen Call of Duty que se precie... y aquí se podría decir que lo consigue, aunque con reservas. Después de una actualización que solventa en gran medida muchos de los problemas de conexión del juego a través de PlayStation Network, puedo decir que me he divertido sobremanera participando a través de la red de redes con las distintas opciones online de este título, a pesar de lo limitado que puede parecer hoy día un tope de cuatro contra cuatro.

 

Por lo demás, cabe decir que técnicamente el programa cumple. Su movimiento es sumamente fluido, y luce bastante bien en la siempre brillante pantalla de PS Vita. Algunos detalles pecan del descuido que puede ocasionar un tiempo de desarrollo apresurado, como son ciertas texturas o el escaso bagaje poligonal de ciertos elementos, pero en general el resultado es óptimo, y más aún cuando estamos en plena refriega online, donde apenas tendremos tiempo para fijarnos en los detalles visuales. Los efectos de sonido acompañan, aunque con esa extraña falta de contundencia que, tras Resistance: Burning Skies, parece ser marca de la casa. Y el doblaje al castellano resulta muy notable, a la altura del que podemos disfrutar en los Black Ops de sobremesa.

 

 

Es aquí donde termina nuestro recorrido por Black Ops Declassified, un juego que podría haber sido mucho más pero que se ha quedado en una interesante propuesta exclusivamente orientada al multijugador. El que aquí os habla, después de la supina decepción que supone el encontrarse con la extremadamente ridícula campaña, saltó de alegría al comprobar que un par de horas de tiroteos online a este Call of Duty puede resultar más que gratificante. Estoy completamente seguro que satisfará a todo aquel que busque un shooter multijugador para los momentos en los que estamos sentados en la taza del WC. 

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