Analisis Call of Duty: Black Ops Cold War ,SERIESX

Cuando probé la alfa de Call of Duty Black Ops Cold War os dije que su modo campaña era lo que más me interesaba, con razón. Adentrarse en un conflicto como la Guerra Fría en una saga que siempre ha optado por conflictos armados más abiertos y crudos despertó mi interés. ¿Cómo iban a generar una historia interesante que captara la esencia de esa contienda? Espionaje, tensión, juegos mentales... todo eso va por delante de apretar el gatillo como solución para todo. Y me he sentido francamente sorprendido con una obra que he disfrutado por momentos y que se confirma como otra entrega de la franquicia que cumple las expectativas... aunque su guerra termina siendo más templada que fría y la rutina nos aleja de la magia cada vez más. 

 

Call of Duty Black Ops Cold War se pone frío en sus misiones de sigilo y en algunas características incorporadas que nos permiten sentirnos como auténticos espías. Hay muchas fases de infiltración en su campaña, donde tenemos que evitar que el enemigo nos detecte mientras encontramos el mejor camino posible en escenarios semiabiertos y forzamos las cerraduras de las puertas con la tensión de no ser descubiertos. El juego funciona muy bien aquí y también cuando nos invita a explorar los escenarios en busca de pistas e información que posteriormente nos pueden resultar útiles, o cuando tomamos pequeñas decisiones que terminan afectando el devenir de los acontecimientos políticos. En esta contienda el conocimiento es poder y se deja entrever al incorporar misiones secundarias que requieren la obtención de estas piezas y de una pequeña investigación por nuestra cuenta. Saber cuáles son los espías y los objetivos reales antes de lanzarnos al campo de batalla, dejándonos decidir. Es lo que más me ha gustado y es una pena que no se mantenga todo el tiempo. 

 

 

 

Porque Call of Duty Black Ops Cold War deja de estar frío cuando ofrece las experiencias que parecen obligatorias en cualquier campaña de un Call of Duty que se precie. Tenemos la fase en la que nos subimos en la parte de atrás de un vehículo y disparamos su ametralladora montada, también en la que portamos un rifle de francotirador y disparamos a los objetivos mientras defendemos a los nuestros, no olvidemos la de disparar subidos a un helicóptero... demasiados momentos de avanzar y disparar a todo lo que se mueve, porque eso es más propio de otros conflictos armados. O eso quería pensar. Pero las buenas ideas permanecen y me alegro de que podamos disfrutar de unas pocas horas de un modo historia interesante, que ojalá repita tendencia en el futuro. 

 

Tampoco puedo decir que las fases de pura acción sean malas porque si algo tiene Call of Duty desde siempre es una calidad evidente cuando cogemos las armas, apuntamos y disparamos. Hay una cierta pátina de odio y prejuicios ante la franquicia que comprendo, porque no deja de ejemplificar algunos de los peores hábitos de la industria. Pero la sensación que deja en las manos, llamadlo gunplay si queréis, siempre es soberbia. Disparar y matar a los muñecos que cada vez parecen más reales es un gustazo, con su movilidad y rapidez que premia la habilidad y la práctica. En esto se han apoyado durante años y por eso también su modo multijugador competitivo continúa siendo divertido: porque está bien diseñado desde los mandos. También se agradecen los mapas made in Treyarch que me parecen los mejores de la saga al completo y que escupen con alegría a los del juego anterior: nada de múltiples pisos y niveles de suelo que fomentan la búsqueda del mejor spot desde el que campear, aquí se promueven los enfrentamientos uno contra uno donde la habilidad lo es todo. 

 

 

Sí que percibo un cierto deje de trabajo automatizado que elimina la magia que sí recubría algunos juegos de la saga de hace años. ¿Los mapas son buenos? Sí, están hechos por Treyarch, cómo no van a estarlo. Pero los hacen porque es lo que toca. Se asemeja a lo que me ocurre a mí en ocasiones: escribo, porque es mi trabajo, pero es fácil percibir cuando lo hago porque toca o porque realmente estoy dejando mi pasión en cada tecla. Estará mejor o peor, gustará más o menos, pero la magia se siente. Y hace tiempo que no la percibo en ningún juego de esta saga, Call of Duty Black Ops Cold War incluido. Quizás sea culpa de la rutina en que también se ha convertido jugar a cada nueva entrega año tras año sin descanso y sea culpa mía, porque esa magía está esperándome pero no puedo localizarla. No lo sé, pero no siento lo mismo que antaño. 

 

Algo parecido ocurre con su modalidad de Zombis, siempre divertida, siempre bien diseñada. Porque es lo que toca y Treyarch lleva muchos años haciéndolo bien. Tu madre hace unas croquetas fantásticas y las va a seguir haciendo siempre. Que la magia y la ilusión perduren es lo complicado y quizás el estudio ya no nos percibe como esos hijos ilusionados por la rica comida que siempre nos prepara. Esta nueva entrega también incorpora el exitazo que ha resultado ser el Battle Royale Warzone, inalterado, que pronto recibirá las mejoras de nueva generación. Hablando de esto, he podido probar el juego tanto en Xbox Series X y PS5 (va fantástico en ambas) y es un gustazo disfrutar del DualSense de la consola de Sony, con un sistema de apuntado y disparo que varía en cada arma con los gatillos adaptativos. Una de las primeras experiencias significativas con el mando que cambian un poco la experiencia, o al menos añaden algo más de valor a esta versión. 

 

 

He quedado satisfecho con esta Guerra Fría de Call of Duty Black Ops Cold War que en realidad está templada, con ese modo campaña que no arriesga demasiado pero que opta por incorporar pequeñas pinceladas originales que le sientan muy bien y que nos brindan una experiencia muy grata, con uno de los mejores modos para un jugador de la saga de los últimos años. ¿Qué decir del modo multijugador? Que se mantiene firme y divertido como siempre, aunque no he percibido esa magia de antaño. Ahora está un poco roto y desequilibrado (como pasa en las primeras semanas desde que existe la saga) y lo irán arreglando, al igual que se irán incorporando contenidos al modo Zombis y a Warzone, que también continúan siendo divertidos como siempre. Otro año más, otro buen juego, pero esta rutina termina afectando a su desarrollo y a nuestra percepción, no me cabe la menor duda. 

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