Analisis BoxBoy! ,3DS

A menudo, los jugadores nos llevamos llevar por los gráficos a la hora de juzgar un videojuego. Es complicado no sumergirse en GTA V, The Witcher 3 o Star Citizen y no quedarse perplejo ante el espectáculo visual que vemos. Curiosamente, esto nos afecta a todos y en todos los escalones posibles en cuanto a lo que concebimos como gráficos: yo babeo con todo lo que es pixel art imitando la era de los 16 bits, por ejemplo, y por eso me tienen loquito Death's Gambit o Hyper Light Drifter. 

 

¿Qué tiene esto que ver con BoxBoy!? Pues bastante, porque yo al menos también me dejo llevar fácilmente por los videojuegos que no se avergüenzan de apostar por el minimalismo, las líneas simples y los colores planos como estética. Echochrome me pareció una locura, Thomas Was Alone tambíen y BoxBoy! no va a ser menos. Afortunadamente, el juego tiene mucho más allá de lo monísima que es su caja con patas. ¡Una caja que baila y da saltitos de alegría cuando termina el nivel!

 

 

Esto último delate un poco a HAL Laboratories, que os sonarán por ser los desarrolladores tras Kirby, la bola de chicle rosa que también es megamona y que también baila al acabar los niveles. Aunque la caja de BoxBoy no hace piruetas y simplemnte mueve el cuerpo con alegría, son estos pequeños detalles de simpatía y de cariño los que hace que el juego entre por los ojos y por el corazón. 

 

Luego, claro, están los puzles, que son con los que entra por la cabeza. Ningún puzle de BoxBoy es especialmente complicado ni el juego en sí apunta a quererlo ser. Esto se traduce en que muchas veces me he complicado yo solito la vida para resolver un puzle cuya solución era muy simple y evidente pero que yo no veía porque, bueno, porque tengo costumbre de jugar a cosas más difíciles. No siempre me ha pasado esto, pero de vez en cuando ocurría.

 

 

No es que me vaya a frustrar por suspender al aplicar la Navaja de Ockham, pero es eso: el juego no es difícil y sus mecánicas se pueden explicar en un párrafo. Eres una caja en 2D, esto es, un cuadrado, que puede multiplicar su cuerpo varias veces y crear figuras geométricas que te cubran ante un láser, que te sirvan para colgarte de un borde, que te ayuden a cubrir unos pinchos cuando las lanzas sobre ellos, etcétera.

 

BoxBoy! sabe aprovechar todas estas pequeñas creaciones de tu cuerpo para hacerte pensar algo. ¿Cómo llegas más alto? Construyendo una escalera con tres cuadrados. ¿Cómo llego a ese extremo? Creando una fila de cajas o creando una L invertida con la que colgarme del borde y transferir mi cuerpo a la caja que no está suspendida sobre el vacío. ¿Cómo consigue hacer estas dos cosas a la vez? Pues depende de ti. Existe variedad y algunas opciones distintas para resolver cada situación, de ahí que yo me complicara la vida a menudo.

 

 

Superar puzles equivale a superar niveles, que se pueden terminar sin más o se pueden hacer perfectos cogiendo las coronas sueltas por los escenarios y sin pasarse del número de cajas impuesto (esto es, no hacer figuras al tuntún) para obtener un buen número de monedas con las que comprar retos contrarreloj o de puntuación además de trajecitos para la caja, consejos prácticos y las canciones del juego. Soy muy fan del traje de rapero, por cierto. 

 

En definitiva, BoxBoy! es un juego chiqutito y no hay que pensar en él de otro modo porque te va a llevar a decepciones, pero si eres consciente de que por 5 euros te llevas unos puzles entretenidos, un juego monísimo al que da gusto mirar y con un protagonista tontorrón que te saca una sonrisa y unas cuantas horas de entretenimiento apacible, sin complciaciones pero sin tampoco demasiado reto. Yo no pido más para un juego de la eShop que me he pasado entre ratos muertos e idas y venidas al baño. Sí, es otro de esos juegos de Nintendo que funcionarán bien en móviles.

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