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Analisis Bioshock Infinite Panteón Marino DLC ,PS3,PC

El DLC que junta lo bueno del primer Bioshock con el atractivo de las innovaciones de Infinite ya tiene su primer capítulo.
Miercoles 13 de Noviembre de 2013 por Alvaro Ondina

Ken Levine nos sorprendió con la tercera entrega de Bioshock. Una línea que comienza envuelta en una nube de misterio. Aterrizamos en Columbia y nos golpea un estallido de luz y color, aunque no tenemos ni pajolera idea de qué pintamos allí. A eso es a lo que juega Irrational Games, nos suelta allí en medio y nos va proponiendo pequeños pasos de la búsqueda, pero sin adelantarnos nada. Claro que, al avanzar en él, nos dimos de bruces con un muro de tiros y oleadas de enemigos que nos alejaban algo de esa intriga. Pero bueno, tuvo una buena resolución que nos llevó a plantear nuestras propias teorías.

 

Ahora es el momento de quedarnos perplejos. Lo que podíamos echarle en cara a Infinite con su excesiva acción, la compañía lo corrige en Panteón Marino. No es que el DLC sea un camino de rosas en el que andemos a saltitos con Elizabeth de la mano. Tiene su acción y, en algunos momentos, bastante frenética. Pero de algún modo, todo se vive diferente. En parte es porque muchas veces podremos deslizarnos por las estancias de Rapture sin necesidad de entrar en combate directo con los enemigos. Solo nos hace falta un poco de astucia, paciencia y observación. Podemos utilizar la estupidez de los Splicers para bordear su campo de visión y evitar que nos detecten. Pero no os engañaremos. Hay ocasiones en las que no os libraréis de pegar algún que otro tiro ni hartos de vino.

 

El comienzo nos mostrará unos decorados más iluminados y lejanos a la decadencia que vendrá después

 

Pero eso nos ha ocurrido desde que la primera entrega de Bioshock tocó nuestros PCs y consolas. Aún así este DLC bebe más de este primero que del juego que le dio pie. No solo es el aspecto gráfico, con su oscuridad y su mundo acuático destruido. Es que en Panteón marino tenemos de todo un poco. En parte no nos vemos sepultados por una avalancha de enemigos armados hasta los dientes. Son un puñado pero bastante letales. Pero hay algo característico y es que disfrutamos viendo como los vigorizadores, o en este caso plásmidos, recobran su importancia. Volvemos a encontrar esos momentos en los que una parte del escenario nos invita a usar uno de nuestros poderes. Y ¡zas! de pronto vemos cómo sin esa habilidad no habríamos podido explorar una de las zonas disponibles. En Infinite teníamos el mismo abanico de poderes, pero casi todos optamos por un par y pudimos arreglárnoslas perfectamente para ir de principio a fin. De nuevo ahora podremos utilizarlos para tender trampas a los enemigos y acabar con el mayor número de un plumazo.

 

Por contra, este DLC se siente demasiado breve. A más de uno le bastó con escasas dos horas para acabar el capítulo. Yo necesité algo más de tres para llegar al final. Ya sabéis, todo depende de lo que os tire la exploración y buscar todas las grabaciones para descubrirlos secretos de la aventura. Además se juntan los puzzles de cómo abrir puertas y completar ciertas misiones secundarias. Sí, tenemos que llegar a nuestro objetivo, pero tendremos que comernos el coco para descifrar algunos de los acertijos que nos proponen. No es que sean como los de la historia de la Esfinge, podremos resolverlos con algunos registros y algunas escuchas.

 

Quizá nos pese un poco que se haya dividido en dos partes. Es posible que suframos como cuando vemos una serie de televisión. Acaba un capítulo en lo más interesante y debemos esperar a la semana siguiente para ver el próximo. De todos modos la experiencia merece la pena. Somos devueltos a los comienzos de la franquicia pero nos llevamos de paso las cosas nuevas del último título. La jugabilidad conservadora va acompañada de aspectos como las ayudas -de una forma más moderada- de Elizabeth. Es más, recordaréis aquellos momentos en que nos servíamos de las habilidades de la joven para abrir brechas y utilizar torretas aliadas o arsenales. En más de una ocasión nos salvará el culo al poder traer un señuelo y desviar la atención de los splicers.

 

Una Elizabeth más madura nos llevará en nuestro camino por descubrir los nuevos secretos de Rapture

 

Agradecemos sumamente esa vuelta a un enfoque más estratégico. Tendremos infinidad de armas nuevas, pero no tendremos munición como para andar derrochando balas. De hecho os volveréis locos con el microhondas, su uso es espectacular. Lo mejor que podemos decir de este segundo DLC de Bioshock Infinite es que te deja deseando que salga el segundo capítulo. Por supuesto que tenéis que sentir algo especial por el primer título. Aunque es cierto que, de coger alguna expansión, deberíais optar por el pase de temporada con los tres paquetes. Es lo más económico. Si os gusta Bioshock tenéis un regreso al principio con las novedades de Infinite.

8.5

/ 10


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