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Analisis Battlefield 1 ,PS4

La Gran Guerra es eterna.
Jueves 27 de Octubre de 2016 por Tipo de Incógnito

Battlefield 1 es la clase de videojuego que uno se espera que sea una mera continuación de una saga que debe jugar sobre seguro a la vez que introduce elementos nuevos para, primero, distanciarse de sí mismo; y, segundo, diferenciarse todo lo posible de la competencia, que en este caso es Call of Duty. Puedo decir desde ya que esto es justamente lo que ocurre en esta enésima encarnación de la franquicia. También puedo deciros que no es como si me importara lo más mínimo: sigue siendo un gran juego. 

 

Battlefield siempre será para mí un campo de batalla donde juego con amigos y tratamos de defender un par de posiciones en las que estemos cómodos de un mapa de Conquista. Os podéis imaginar que la campaña, pues, me importa un pepino. Por pura profesionalidad, me obligo a jugarlas, a terminarlas con algo de implicación – esto es, investigando y consiguiendo algunos coleccionables – y siempre acabo algo mareado por lo malas que son. 

 

 

Esta vez no ha sido el caso. No sé si el tiempo extra de desarrollo le ha sentado bien a DICE o si es el cambio de época, pero he disfrutado la campaña de Battlefield 1. Durante unas 5 o 6 horas, es posible pelear en varios frentes de la guerra con distintos protagonistas. Es una forma artificial de crear variedad, pero que no resta nada de autenticidad a los personajes, sus situaciones, sus entornos y el juego en sí que desarrollamos. 

 

Particularmente, me han gustado los personajes del soldado negro que forma parte de los Harlem Hellfighters y la beduina que lucha en el frente del desierto, incluso si se han desarrollado bastante poco sus intersantes puntos de vista. Es lo que se consigue al fragmentar la historia, claro, personajes superficiales. A cambio, conseguimos que no sean superhombres ni superhembras que recorren medio mundo luchando en tanques, aviones o submarinos como si un solo soldado pudiera hacer todo eso de verdad. 

 

 

Finiquitada la historia, queda por delante lo bueno, el multijugador. Por un lado, lo que todos conocemos de siempre, las batallas entre 34, 40, 64 o los jugadores que determinemos en las partidas personalizadas y que giran en torno a unos cuantos modos de juego bastante bien establecidos y que cualquiera que haya funcionado un mínimo con la saga conoce. Por otro lado, una importante y jugosa novedad, las Operaciones, un pequeño pisto de elementos narrativos y combates 20vs20 en mapas del multijugador.

 

Las Operaciones son un maravilla, en resumen. Son una especie de modo Asalto más contenido donde hay que capturar puntos al enemigo, que a su vez puede recuperarlos; y donde se avanza o defiende hasta que se invaden varios frentes del mismo mapa. Hecho esto, se pasa a otro mapa, a una segunda batalla donde se repite el proceso, dando una ventaja inicial al vencido sobre el vencedor. 

 

 

En caso de que el atacante no sea capaz de conquistar los puntos, se les da algunas oportunidades más para repetir el proceso y alguna ventaja táctica, como el control del todopoderoso tren que forma parte de esa nueva clase de vehículo que aparecerá en los mapas más grandes para desequilibrar la balanza de poder. El objetivo de las Operaciones es crear partidas online más largas, donde uno se implique mucho más y donde la colaboración sea mucho más importante para triunfar. 

 

En cierto modo, es una fusión fantástica de la Conquista y el Asalto, hasta el punto de que me parece el mejor modo actual del juego y una experiencia que da sentido a este título. Si estamos jugando a un juego sobre la Primera Guerra Mundial, qué menos que dar al jugador esa sensación de avance y de conquista del enemigo con algunos elementos históricos y narrativos de por medio. De esto trata este modo de juego, ni más ni menos.

 

 

Junto a las operaciones están la Conquista, el Asalto, la Dominación, el Todos contra Todos y las Palomas de Guerra. Este último modo de juego trata sobre el control de palomas para solicitar ataques de artillería sobre el enemigo y, la verdad, tendría que haberse pulido más. Perder es francamente frustrante y no se tiene la sensación siquiera de haber luchado un mínimo por muy bien que lo hagas. Ganar, además, parece un abuso y algo que no ha dependido jamás de uno mismo ni de su habilidad.

 

Los otros modos, por fortuna, están tan bien como siempre. Asalto se está haciendo un hueco en mi corazón de señor que no tiene tanto tiempo para echarse una Conquista de media hora. Capturar puntos enemigos sin vehículos y tirando casi siempre de estrategia y pillar al enemigo desprevenido en una ocasión o dos con un par de miembros de tu patrulla es algo que empieza a gustarme mucho. Los mapas, más grandes quizá que en otras ocasiones, ayudan mucho en este sentido.

 

Me da la sensación de que DICE ha invertido más tiempo en seleccionar las posibles rutas de avance de cada mapa para que este modo permita rodear, tender trampas y hacer putadas al equipo defensor, que todavía cuenta con la mayor ventaja en muchas sitauaciones. Verse rodeado como defensor no es nada agradable, pero como ejecutar una buena pinza como atacante es una maravilla. 

 

 

Por su parte, Conquista y Dominación son una versión gigante y una más contenida de la misma idea: capturar y mantener puntos del mapa para conseguir puntos mientras se mata al enemigo. Sus virtudes dependen por completo de lo bien que jueguen tus aliados a mantener los puntos en lugar a matar desde lejos con el rifle de francotirador; y de cómo te gusten los mapas, si abiertos y para camperos (ver nota anterior) o con variedad y distintas formas de chocar con el enemigo.

 

Me inclino a pensar que la Conquista brilla mucho más en el segundo caso, y de ahí que Battlefield 1 sea algo amargo por momentos por culpa de sus mapas. El mapa de la beta es un cachondeo porque es todo campo abierto y aburre soberanamente moverse por él. Los entornos urbanos derruidos que se destruyen mucho más mientras peleamos son lo mejor. En este sentido, diría que Battlefield 1 vuelve al buen camino de Bad Company 2: puedes reventar casas casi por completo. 

 

No creo que ningún mapa brille especialmente sobre el conjunto de los demás, y esto tampoco es del todo malo: es mejor un equilibrio entre mapas mediocres con toques notables que tener un solo mapa sobresaliente y otros muchos apenas potables. Por supuesto, la comunidad elegirá tarde o temprano uno favorito en el que luchar constantemente hasta aburrir a cualquiera, pero para eso quedan meses.

 

Al menos, el uso de vehículos es mucho menos agobiante que en Battlefield 4, sea porque han intentado replicar una época en la que tanques, aviones y jeeps podían romperse con una piedra que les entrara en un engranaje o porque DICE ha estructurado los mapas mejor. Sea como fuere, aunque un avión puede hacerte polvo, no es tan abusivo como en el pasado. Y los tanques, aunque difíciles de contrarrestar en los primeros niveles de cada clase, no son tan letales en general en los mapas urbanos. 

 

 

Y para cerrar, hablemos de clase. Las diferencias son las habituales: la clase Asalto, que tiene un arma automática de alcance medio y explosivos para los tanques; la clase de Médico, que cura y revive a la vez que tiene el segundo rifle de más alcance de entre sus compañeros; la categoría de apoyo, con más variedad de armas y munición para reabastecer a los demás; y el francotirador, que dispara desde lejos y puede defender pasillos poniendo minas de proximidad. 

 

Avanzar con cada una de ellas es sencillo: solo hace falta subir de rango (que no de nivel, que eso se comparte entre todas las clases y va ligado a nuestra cuenta) y tener suficientes bonos de guerra (los cuales se obtienen jugando y subiendo de nivel o cumpliendo los retos de medalla). Por supuesto, la forma más cómoda de conseguir armas y mirillas y demás complementos es consumir Battlepacks, que cuestan dinero, pero no es como si fuéramos a pagar dinero dentro de un juego que ya cuesta 60 o 70 euros, ¿no?

 

 

Luego hay más variantes entre clases. Si apareces montado sobre un avión, que esta vez no se pueden hacer despegar libremente y que no te permiten ni aparcarlos en un sitio; tendrás una clase de 'piloto' con un par de pistolas, pero no un arma de largo alcance como los demás personajes. Es una forma brillante de impedir que la gente se lance al combate a lo loco, desperdiciando el avión por el camino. Un aplauso a DICE por esto. 

 

Las otras posibilidades son las clases especiales, que se consiguen en puntos específicos de los mapas y que pueden ser un francotirador que tiene un rifle que hace daño a los tanques, un pirómano con lanzallamas o un soldado armado con más vida y resistencia al daño que lleva una ametralladora pesada. En el modo Operaciones, estos personajes son cruciales, aunque en Conquista y Asalto también pueden hacer mucha pupa.

 

Battlefield 1 ha modificado bastante las clases con respecto a anteriores entregas y, bueno, los defectos de cada una siguen ahí. Como con los mapas, sin embargo, es mejor tener un equilibrio en lo decente que tener un solo elemento que sobresale y que deja a los demás en el barro. Quizá el médico pueda convertirse en este problema si uno es bueno con las armas semiatuomáticas, pero no es tan fácil como con el médico de Bad Company 2, por ejemplo, que hasta servía de francotirador.

 

 

¿Merece la pena hacerse con Battlefield 1? Esta pregunta no necesita respuesta para los fans, que ya estarán quemando online su juego de tiros para este final de año y la mitad del que viene. Para quienes tengan dudas, mejor que se lo planteen por comparación: ¿jugar solo y lucirse con piruetas imposibles o jugar en equipo y yendo quizá un poco más con calma? Esto es, ¿Call of Duty o Battlefield?

 

Yo siempre he tenido predilección por la saga de EA y DICE, pero eso no me impide ver sus defectos. El juego sigue siendo muy parecido a sus antecesores y no se molesta en cambiar para atraer a otros públicos, sino simplemente para mantener felices a los jugadores que ya tiene. No puedo criticar esto tampoco, porque al final es de lo que se trata: reforzar tu fórmula, perfeccionarla mediante variantes y seguir probando cosas nuevas para ver si funcionan.

 

Una de esas cosas nuevas son las Operaciones, que son fantásticas. Otra, las modificaciones en las clases y la presencia de súperclases. Otra más, los mapas urbanos que realmente se pueden destruir. ¿Es suficiente para diferenciarlo de Battlefield 4? En mi opinión, el simple hecho de que el online funcione bien ya lo diferencia de dicho juego. La ambientación y el sonido – que no he alabado nada en este análisis, pero que es una cosa de otro mundo – también ayudan. 

 

 

Puede que un Battlefield más sea solo eso, un Battlefield más; pero las ligeras variaciones sobre la fórmula del multijugador tienen luego suficientes ramificaciones para pasarse decenas, si no un centenar, de horas jugando durante bastante tiempo. Aunque haya que pagar luego el pase de temporada para mantenerse al día de cómo evoluciona el juego, la oferta inicial de DICE esta vez es soberbia. Mucho mejor que la que hicieron con Battlefront, la verdad.

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