Analisis Batman Arkham Knight ,PC,PS4,XONE

Así se hace un juego. Es el primer pensamiento que se me vino a la cabeza tras llegar al final de Batman Arkham Knight y ver que todavía queda mucho, mucho por hacer y que las anteriores más de 20 horas han sido de esas horas que vas a recordar toda tu vida. En Rocksteady lo han dado todo para que este sea el título definitivo que cierre una gran saga de videojuegos con identidad propia más allá del amor por el cómic en que se basa, llegando incluso a unir su propia reinterpretación de los hechos 'oficiales' con algo de invención propia que no desmerece en absoluto.

La saga Arkham, en general, y las partes desarrolladas por Rocksteady en concreto, siempre han tenido muy buenos gestos con el jugador, detalles que pueden no ser la clave más importante de todo el juego pero que suman, como el hecho de no empezar desde cero en cuanto a tutoriales y gadgets se refiere, no hace falta buscar una excusa para encajar de nuevo el aprendizaje y la obtención de 'nuevos items' que hacen lo mismo que en anteriores entregas, un mal muy habitual que se concede para que cualquiera pueda entrar en cualquier entrega de una saga sin perderse mucho, pero aquí no hay tantas concesiones, y viene muy bien haber pasado por Asylum y City.

Esto tiene su parte positiva y su parte negativa, claro, es respetuoso con el jugador que ya lleva tres (o cuatro) títulos de la misma saga, y no necesita un tutorial para saber qué paneles se abren con el decodificador o qué interruptores se activan con un Batarang, pero Arkham Knight en concreto, da por hecho mucho sobre quien coge el mando, y muchas situaciones con gadgets o incluso combos de combate, no vienen nada explicadas de cara a que pueda ser 'la primera vez' de alguien.

Y en el fondo no tendríamos por qué estar todos tan extasiados con Batman Arkham Knight porque es tremendamente continuista con respecto a Arkham City y Origins. Tiene su carácter propio, pero el gran añadido de esta vez, el Batmóvil, no es un cambio tan significativo como lo fue el salto del entorno más o menos cerrado de Arkham Asylum al mundo abierto de Arkham City, y justo ese Batmóvil es el que está causando más diversidad de opiniones. Personalmente, a mí me encanta en todas sus facetas (hay a quien no tanto), aunque bien es cierto que se abusa más de la cuenta y ha pasado de no estar a ser prácticamente un 50% del juego, protagonista de más batallas contra jefes que el propio Batman a pie. Pero una vez más, Rocksteady no quiere que te enfrentes por enésima vez con la misma mecánica a los villanos de siempre.

Y si me preguntasen, ahora mismo sería incapaz de quitarlo, no podría volver a un Arkham sin Batmóvil, con todo lo que ello representa, con ese poderío no-letal, esas persecuciones dignas del mejor Burnout con misiles y esos combates entre tanques que, en el fondo, encajan muy bien con el concepto de combates cuerpo a cuerpo y no dejan de ser ejercicios de ataques y esquivas (sumando algo de puntería) teniendo en cuenta el tipo de enemigo que nos rodea. Pueden llegar a hacerse excesivos precisamente por eso, porque de repente el Batmóvil es la mitad del juego, pero viendo el pleno aprovechamiento que hacemos de él en diferentes enfrentamientos o las pruebas y trofeos de Enigma (Riddler), es difícil negarse a este gran gadget, que ni mucho menos viene a sustituir el sobrevolar Gotham. Hay mucho que hacer a todos los niveles.

Sorprende mucho también lo bien integrado que está el Batmóvil a nivel de dirección cinematográfica del juego. Los Arkham siempre han tenido algo muy especial que aquí se nota incluso más, y es que no abusan de 'secuencias' o QTEs y punto. Aquí prácticamente todo es interactivo, y no es sólo el que podamos movernos durante las (muchísimas) interrupciones del comunicador, sino que hacen que prácticamente todo salga de la mano del jugador, y cuando Batman ha de dar un puñetazo importante o cuando tenemos que planear algún asalto conjunto, bien con el control remoto del Batmóvil o con alguno de los compañeros que hace acto de presencia en esta nueva Gotham, es el jugador el que maneja constantemente lo que ocurre en pantalla, y todo con transiciones de órdago, sin cargas, y aprovechando para lucir de vez en cuando algunos planos increíbles.

Viendo todo este buen hacer, uno se da cuenta de lo que de verdad tiene que ser un videojuego, que no sacrifica ninguno de esos apartados vitales para muchos, como la duración, la narrativa, la variedad, lo audiovisual o la sensación del mando en las manos. Batman Arkham Knight es un espectáculo constante, es un universo que engancha de principio a fin con el gran misterio de la identidad del Caballero de Arkham, es un mundo abierto en el que sin querer te pasas más de 30 horas en misiones bien diferentes, es el espectáculo gráfico que ha sido así desde el primer día que nos lo mostraron, sin un ápice de engaño o 'downgrade', es esa atención al detalle en esa noche lluviosa en Gotham que nos sorprende con las salpicaduras de la capa de Batman al extenderse, es el ver cómo te hace utilizar todo lo que tiene y que cada item no sea sólo un mero gadget para puzles sino que también tienen utilidad prácticamente obligatoria en combate,...

Es, en definitiva, ver cómo respetan al usuario y no le toman el pelo en ningún momento. Es un producto de los que no cabe duda alguna que es de nueva generación, un juego con el que se amortiza cada céntimo invertido en él. Puede que el gran fan de Batman (cómics, claro) se tire de los pelos con los límites que roza esta reinterpretación a la vez que se maravilla por ver la fidelidad con que recrean otros grandes momentos míticos, y puede que algún gran fan de esta fantástica saga Arkham no lleve bien tanto Batmóvil, es difícil que llueva a gusto de todos, pero lo que es innegable es que el trabajo de Rocksteady con Batman Arkham Knight es de quitarse el sombrero y aplaudir al final.