Analisis A.W. Phoenix Festa ,PSVITA

A.W.: Phoenix Festa supone la llegada de la marca Asterisk War a nuestra tierra. Esta desconocida licencia para la mayoría en occidente nos sitúa en un siglo XX distópico en el que La Tierra se encuentra medio destruida. Para intentar recuperarse, se crean escuelas de magia en el que sus estudiantes son usuarios de Genestella. A efectos prácticos, tanto Ayato Amagiri como el resto de los protagonistas de A.W.: Phoenix Festa cuentan con poderes mágicos, habilidades como guerreros que dependen de la citada Genestella para ser ejectutadas, y también la habitual efervescencia hormonal de la adolescencia, claro.

 

Este trasfondo sirve para construir un videojuego con dos géneros unidos: combate y simulador social. Las batallas son de tipo brawler, contamos con un escenario en tres dimensiones por el que desplazarnos, saltar, atacar, bloquearnos y usar nuestras habilidades. Cada acción consume Genestella, en caso de agotarla tendremos que apartarnos de la lucha y recargarla. No peleamos solos, sino en grupos de a dos contra otra pareja.

 

 

Tenemos a un gran número de personajes a seleccionar, más de 20, los que nos encontramos en la fracción jugable de simulador social, escogemos a dos y uno lo controla la máquina si no tenemos a un amigo cerca. El combate de A.W.: Phoenix Festa peca de ser terriblemente sencillo, al final acaba ganando el que tenga un mayor rango de arma y la mejor habilidad especial. La cámara falla y la ejecución de los golpes es torpe, les falta ritmo e inspiración. Al ser combates en escenarios tridimensionales con obstáculos uno esperaría una mayor interacción de estos o al menos que sean más vistosos, pero no lo son. Por fortuna, los modelados de los personajes sí que están a la altura y como en cualquier juego de lucha tremendamente casual, cuenta con sus momentos entretenidos al sentir que eres capaz de dominar el campo de la lucha, pero no invita a mejorar por carecer de la profundidad necesaria para tener que hacerlo.

 

A.W.:Phoenix Festa cuenta con tres modos de juego que en realidad son dos: o escoges combatir sin más en los términos mencionados o eliges disfrutar del simulador social. Lo bueno de este último es que, aunque sea muy sencillo llega combinado por la presencia de batallas, que aunque también son muy simples, consiguen refrescar la habitual monotonía que impera en este género. La historia empieza de la manera más convencional posible: chico nuevo llega a instituto y va conociendo al resto de los protagonistas que por un motivo u otro deciden pelearse con ellos. Podemos elegir al personaje preconfigurado por el juego y que cuenta con mejor popularidad entre las chicas, o uno que creemos nosotros mismos. Tanto en función de ello como con qué compañeras de clase hablemos, cambiará ligeramente la trama.

 

 

La historia es una con un fuerte y marcado carácter shonen, es un viaje hacia la Phoenix Festa, una celebración de lucha a la que tenemos que acudir con una pareja. Ya hemos dicho que las batallas de A.W.: Phoenix Festa son de dos contra dos, por lo que necesitamos contar con una compañera de equipo con la que hayamos intimado y en la que confiemos. Esto nos lleva a tener que decidir qué hacer cada día, a qué chica hacer regalos, con quién hablar y a quién dedicar nuestras atenciones.

 

En función de lo bien que lo hagamos conseguiremos puntos de intimidad, y si obtenemos los adecuados pasaremos a poder llevarla al torneo por nosotros. Hay que avisar que si no os centráis en una y os descuidáis puede que no consigáis ninguna relación, si llegáis al Phoenix Festa sin una luchadora a vuestro lado perderéis automáticamente la partida.

 

Todo se nos narra con mucho texto en inglés e imágenes estáticas. En función de las decisiones que vayamos tomando se nos darán puntos de intimidad, pero también podremos perderlos. Además de hacer caso a las chicas, también tendremos que entrenarnos, y lo haremos retando a otros personajes que se nos presenten en el juego.

 

 

Gracias a la combinación de estos dos géneros se consigue un desarrollo del juego llevadero e incluso agradable. Ninguno de los dos géneros que se dan cita en este título sabe ir más allá de ser simplemente correcto, no destaca en los gráficos, ni en la jugabilidad ni en el plano sonoro, pero si os gustan las novelas visuales y no os importa que un juego de lucha no ofrezca la posibilidad de convertirse en un maestro del mismo, encontraréis un título para vuestra PSVita que sabe ser entretenido. Pero nada más.

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