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Analisis Atelier Sophie The Alchemist of the Mysterious Book ,PS4

Abuelita, quiero ser alquimista
Miercoles 08 de Junio de 2016 por Adrián Suárez Mouriño

Atelier Sophie: The Alchemist of the Mysterious Book es ya el videojuego número 17 de la saga Atelier; ríete tú de Final Fantasy. En todas las entregas hay un patrón que se repite: el trabajo. La protagonista de cada uno de los capítulos, Sophie en este caso, es una alquimista que ha de mejorar en la mezcla de distintos materiales para conseguir otros.

 

A diferencia de otros JRPG, y de algunos videojuegos de la propia serie Atelier, aquí no nos encontramos un gran mal que quiere arrasar con el mundo. Atelier Sophie: The Alchemist of the Mysterious Book es un videojuego de personajes, es casi, casi un slice of life, un Friends o un Cómo conocía a vuestra madre con monstruos y pociones protagonizado por Sophie creciendo como alquimista, por sus amigos, y por otros que se acercan a ella con una u otra intención. La parte de la trama del videojuego que nos encamina a la conclusión del relato tarda en desarrollarse, y tampoco le importa hacerlo, pues estamos ante un JRPG más cercano a Harvest Moon que a Dragon Quest.

 

Rutina, rutina y rutina. Para ser una buena alquimista hay que hacer encargos y repetir tareas, demasiadas veces

 

Cambia cuidar vacas, segar el campo y recoger huevos por recoger ingredientes, cumplir encargos que nos dan en el bar, llevar materiales al herrero, buscar ideas para nuevas recetas y fabricarlas. Nuestra abuela ha muerto y nosotros heredamos su taller de alquimia. De repente descubrimos que un libro flotante, que en realidad es un recetario mágico, nos habla; no tiene memoria, no recuerda nada y nuestra labor inicial será escribir en sus páginas las mezclas alquímicas que se nos ocurren al realizar nuestros viajes. Pronto llegará un personaje que parece preocuparse mucho por este libro de nombre Plachta y la aventura comienza, Plachta comienza a recordar y…

 

Desde este taller caminamos a la ciudad cercana para conocer a nuevos individuos, satisfacer sus peticiones e incluso ver cómo se unen a nuestro grupo. Invertiremos nuestro día a día en viajar a la ciudad, adentrarnos en nuevas zonas de farmeo, combatir, conversar y sumergirnos en menús para realizar nuevas mezclas.

 

Es una pena que Atelier Sophie: The Alchemist of the Mysterious Book sea tan pobre en lo referente a los gráficos y al diseño de escenarios. Las zonas que se abren en nuestro mapamundi no son más que pequeñas estancias floreadas con un puñado de enemigos danzando por ahí, unos cuantos hitos brillantes que representan los ítems a recoger y muchas barreras. A medida que avanzamos estos se hacen más amplios, pero es una lástima que estos escenarios no sean unos más bonitos, ricos o dignos de ser explorados, y que la manera de colocar los ingredientes a recoger para nuestros pociones no esté mejor implementado. Lo mismo sucede con la ciudad. Tan solo veremos unas cuantas secciones y los personajes justos con los que hablar. Eso hace que ni descubrir nuevos lugares sea algo emocionante ni tampoco lo sea viajar a la ciudad, y lo haremos muchas veces a lo largo de las más de 20 horas que dura el juego.

 

El videojuego es demasiado pobre en lo técnico para lo que exige su propuesta, y es una pena

 

Por fortuna, los combates son duros y saben obligarte a construir nuevos ítems alquímicos para poder salir de ellos airosos. Atelier Sophie: The Alchemist of the Mysterious Book destaca en lo mucho que importa la posición de los enemigos en el campo de batalla, pues cómo estén agrupados dependerá de qué tipo de ataques podemos realizar. Eso también es importante para nuestro equipo, pues podremos realizar ataques en cadena si planeamos bien nuestros movimientos.

 

Los gráficos vuelven a ser un problema en las batallas, porque aunque los personajes y monstruos están bien modelados y pintados con un bonito cell-shading, estos se repiten hasta la saciedad, incorporando pequeñas variaciones para fingir que son enemigos nuevos. Este es un problema general que tiene Atelier Sophie: The Alchemist of the Mysterious Book: se quiere llevar al jugador a un viaje de crecimiento encarnando a su protagonista, pero este está representado de una manera muy sosa. No se tiene la sensación de estar en un mundo vivo que se quiere descubrir.

 

Nos tocará hablar mucho con los personajes de la ciudad y con nuestros amigos, de hecho, cumplir con todo lo referente a ellos hará que el juego pase de las 20 hasta las más de 40 horas, pero estas conversaciones no presentan ninguna participación del jugador, únicamente hay que desarrollarlas y cumplir con determinadas tareas. La otra parte del título, la creación de pócimas, comida, armas y utensilios sí está más lograda. En esta ocasión podemos escoger entre varios ingredientes para cocinar nuestros productos alquímicos, en función de lo que elijamos cambia su calidad y se alteran sus efectos, algo que también ocurre si los mezclamos bien o mal. Cada una de las partes de la mezcla se representa con una figura geométrica que colocar en un puzzle, a veces todo encajará bien y en otras ocasiones algunos ingredientes se pisarán entre ellos limitando su efectividad; esto nos llevará a querer mejorar a la hora de escogerlos, localizar nuevos lugares de búsqueda y tener nuestras recetas propias. La idea está bien, y a medida que avanzamos en el juego se nos dan nuevas facilidades para que estas mezclas sean divertidas, como poder llegar a alterar más su calidad y la importancia que a la larga le da el juego a ello.

 

Los combates son interesantes y también la manera de mezclar ingredientes, pero tras tantos Atelier queremos algo más que esto

 

El problema que tiene Atelier Sophie: The Alchemist of the Mysterious Book es que todas su partes tienen muchas lacras: el combate se hace repetitivo, también la exploración, la mezcla de ingredientes y las conversaciones, pero sin embargo te verás jugando horas al título por lo mismo que lo haces con un Harvest Moon: por la manera que tienen ambos títulos de construir una rutina agradable. Atelier Sophie: The Alchemist of the Mysterious Book sabe introducir continuamente elementos nuevos, nuevas recetas, nuevas variables, mejoras al combate y nuevas zonas de exploración. El farmeo de zonas y enemigos se refleja directamente en la mejora de Sophie como alquimista y es reconfortante acompañarla al hacerlo. Sin embargo, aunque se consiga construir así un videojuego ameno jamás es capaz de brillar por lo mismo que hemos mencionado en este artículo: su poca ambición.

 

Tras jugar a tantos Atelier, ojalá Gust y Compile Hearts se tomarán su tiempo, un par de años por lo menos, para sacar un Atelier en condiciones. La base es buena, la mejor de todos los productos de Compile Hearts, pero nos encontramos con los escollos de siempre: jugar a ser alquimistas es divertido pero sigue faltando mucho para que sea un JRPG de primer nivel, sobre todo en lo que se refiere al acabado técnico y al ritmo de juego. Por cierto, sabemos que no se lo tomarán con calma, pues ya hay anunciado un Atelier nuevo, el número 18.

6.5
/ 10

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