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Analisis Assassin's Creed Chronicles: India ,PS4

El segundo de una trilogía demasiado continuista.
Lunes 11 de Enero de 2016 por Víctor Junquera

Habiendo hablado hace relativamente poco del primero de la trilogía Chronicles, Assassin's Creed Chronicles: China, suena un poco redundante repetir casi exactamente los mismos pros y contras en la segunda entrega, Assassin's Creed Chronicles: India, aunque sí que es verdad que hay determinados cambios para mejor, aunque se evidencia lo poco importante de esta subsaga para el lore de Assassin's Creed, y lo muy enfocado que está en aprovechar estas mecánicas de sigilo en 2D con el tirón de la marca.

 

Toda esta trilogía Chronicles funciona como elemento concentrador de todo ese universo expandido de novelas y cómics al formato videojuego, y no lo hacen mal al contarnos una breve historia a través de escasas secuencias formadas por viñetas, pero toda esa magia de la ambientación que tan bien funciona en Assassin's Creed, se pierde al llevarnos directamente a lo gordo de cada localización y época, y sigue sabiendo a oportunidad perdida, cuando uno de los grandes atractivos de la saga que se mantienen desde el principio hasta hoy día, es el hecho de verte paseando por las calles de Jerusalén, Florencia, Roma, Nueva York, París o Londres, algo que no se siente de ninguna forma en estas entregas.

 

Siempre es mejor evitar el combate.

 

Pero de todos modos, parece que este segundo juego de la trilogía, el ambientado en India, ha querido ir más directo al grano sin centrarse tanto en asombrar con la estética y buscando ser mucho más juego. Y parece todo un acierto, aunque en el fondo se pierda una gran parte de todo eso que hace a Assassin's Creed ser lo que es. Arbaaz Mir perfectamente podría haber sido un Príncipe de Persia cualquiera o un Sam Fisher en una misión sin armas de fuego, pero en esta ocasión es un asesino que tiene que poner en formato videojuego lo que ya se ha visto en libros y cómics, su lucha personal con los Templarios, la búsqueda del Koh-i-Noor y el rescate de Pyara Kaur.

 

Esta falta de personalidad propia es quizá el único gran problema de una nueva entrega que, a los mandos, funciona realmente bien, y como decía, el centrarse menos en un apartado artístico llamativo como el de China (aunque sigue bien cuidado) y diseñar mejores situaciones y más variadas, le sienta bien a Assassin's Creed Chronicles: India.

 

Los conos de visión, volviendo a los comienzos del sigilo.

 

El sigilo basado en los conos de visión y las rutas fijas de los enemigos es simple, pero funciona, y el sistema de puntuaciones y recompensas es la clave para querer rejugar una y otra vez cada nivel optando por estilos diferentes para cada zona. Lo mejor para una primera partida, una vez más, vuelve a ser la opción sigilosa, ya que es el completar ciertos requisitos lo que aumenta las capacidades del personaje y lo que hace que el combate no sea algo que prefieras evitar.

 

Assassin's Creed Chronicles: India sabe hacerse complejo, aunque lo hace de forma demasiado brusca, como si su curva de dificultad dependiese de otro juego (ACC: China) y aquí ya se diese por hecho que conocemos la mayoría de las posibilidades del protagonista. No será un problema cuando la trilogía completa esté a la venta como pack, pero dado el carácter independiente de cada entrega de la trilogía por ahora, queda raro que se 'olviden' de la presentación de determinados elementos fundamentales en el sigilo que no necesariamente funcionan como ya tenemos por costumbre en los juegos en 3D, como los arbustos en los que esconderse.

 

Conseguir que todo fluya rápidamente para conseguir las mejores puntuaciones es muy satisfactorio, aunque llevará no pocos intentos.

 

De todos modos, es un placer cuando Assassin's Creed Chronicles: India sabe ponerse exigente con el jugador de cara a completar esos objetivos extra que otorgan las mejoras y potenciadores, y entre modos de dificultad y desafíos extra, hay material de juego para rato aunque la campaña pueda superarse por primera vez en unas cinco horas. A pesar de su falta de personalidad, sigue siendo un gran juego, mejor que muchas de las apuestas 2D de la saga, y sigue siendo una gran demostración de cómo una mecánica de juego bien simple puede llegar a alcanzar grandes cotas de profundidad y hacer con ello un videojuego bien divertido y desafiante. Pero cuidado con quienes lleguen aquí buscando más Assassin's Creed, porque no será eso lo que vayan a encontrar.

7.5
/ 10

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