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Analisis Amnesia Rebirth ,PC,PS4

Frictional Games vuelve a dar en el clavo
Martes 27 de Octubre de 2020 por Rafa del Río

Amnesia es una de mis sagas favoritas de terror por cómo consigue que sea el propio jugador el que rellene los huecos de la experiencia de juego con sus peores miedos y pesadillas. Tras clavarlo en The Dark Descent y Justine, Frictional Games vuelven con una propuesta refinada, elegante y avalada por un presupuesto mayor bajo el nombre de Amnesia Rebirth. 

 

 

La belleza de lo desconocido

Amnesia Rebirth cambia de aires y nos lleva a la Argelia de los años 30 en la piel de Anastasia Trianon. Como ingeniera delineante Tasi viaja con su pareja y el resto de miembros de una expedición de explotación minera. Como no podía ser menos, las cosas se tuercen y el avión sufre un accidente. Tasi despierta sola en el interior del avión destruido, donde sufre una crisis nerviosa que sirve de tutorial para uno de los aspectos más interesantes del juego: la forma en la que afronta el control de la situación a través del mando. Tras salir de los despojos del accidente, la joven inicia la búsqueda de sus compañeros, pero algo no anda bien: los recuerdos confusos en su memoria trastocada le indican que ella ya ha estado ahí fuera.

 

Con esta premisa Frictional Games juega con los elementos de un mundo desconocido para dar como resultado una historia de terror muy fina que huye de los elementos del survival horror para sumirnos de lleno en su narración. Los miedos reales y elementos dignos de la narrativa de Lovecraft se dan la mano con la mitología pre-islámica para crear una serie de historias y situaciones que jugarán con la cordura de Tasi y la del propio jugador. Todo ello con un enfoque que toma lo mejor de los inicios del género de los videojuegos de terror y lo lleva al género del walking simulator con una propuesta que se siente bien. Argelia, su situación tras la primera guerra mundial y su particular geografía son el marco perfecto para esta historia a caballo entre Lovecraft y W.C. Andrews que tiene momentos realmente desgarradores. 

 

 

Explorando el escenario

Amnesia Rebirth retoma la vista clásica del estudio en primera persona con una puesta en escena más ambiciosa en la que se nota un mayor presupuesto que en obras anteriores. Los elementos cotidianos serán los que nos ayuden a salir adelante en la historia: fuentes de luz, algunos objetos sencillos que servirán para solucionar distintos puzles y una enigmática brújula que permitirán que Tasi interactúe con su entorno. Olvidad pistolas, plantas de colores y otras armas y objetos de curación más allá de algunos momentos puntuales. En Amnesia Rebirth el enemigo llega en la oscuridad, y es contra esta contra la que tenemos que luchar si no queremos caer en las garras de las criaturas que están ahí fuera. 

 

Junto a estos objetos, la fuerza de la narración recae por entero en las pistas que iremos encontrando a nuestro paso por la aventura. Cartas, extractos de diarios, objetos e ilustraciones que, junto a los flashbacks de Tasi y sus recuerdos desbloqueados nos ayudarán a seguir la historia y entender lo que sucede y lo que sucedió antes incluso de la expedición y el viaje. A través de estos elementos, como suele suceder en el género, iremos conociendo a los compañeros de Tasi, su pasado y lo que le sucedió a la comitiva tras el accidente. 

 

 

Amnesia Rebirth a los mandos

Rebirth muestra una preocupación real por intentar aumentar la angustia del jugador más allá del clásico túnel del terror de sustos constantes del que ya estamos cansado. Una de las herramientas que usa es el control en los momentos de tensión, jugando con el jugador para aumentar su nivel de estrés y colocar así mejor lo angustioso de su discurso. Huidas en la oscuridad, criaturas que vemos de refilón y demás efectos de tachán son sólo el aderezo de los intentos de Tasi por controlar su respiración, aferrar objetos, salir de determinadas situaciones o simplemente continuar adelante sin la ayuda de un frasco de láudano. 

 

En esos momentos la configuración del mando cambia obligándonos a pulsar determinados botones, a realizar movimientos con los gatillos y la palanca derecha y a tener paciencia en un momento en el que el cuerpo nos pide correr. Afortunadamanete no se trata de QTEs, sino de atajos pensados para aumentar la inmersión en el juego y sentir de forma realista los esfuerzos de tasi por seguir avanzando. 

 

 

Mira detrás de ti

En pantalla, Amnesia Rebirth funciona mejor que los episodios anteriores pero sin ser una locura a nivel gráfico. Se nota la veteranía de la desarrolladora y el impulso del presupuesto en una obra que destaca dentro de la saga pero no invita a hacer fotos. Llama la atención, eso sí, su mundo espectral, ese otro plano lovecraftiano que hace buen uso de las luces y las sombras para arrancarnos un 'qué coj...' en los primeros compases del juego. 

 

En el aspecto sonoro, Amnesia Rebirth funciona especialmente bien en sus melodías y sus flashbacks jugables, así como en los momentos en los que Tasi pierde el control, especialmente si se juega con auriculares. En cuanto al rendimiento, cumple sólidamente con lo que quiere contar gracias a unas físicas que funcionan y un diseño de escenarios que ofrece rincones para explorar y la necesidad clásica de dar unas cuantas vueltas y volver a rincones anteriores para solucionar algunos puzles muy vieja escuela. 

 

 

Resumiendo

Amnesia Rebirth es una estupenda oferta de terror para este Halloween 2020. Cuenta con una historia profunda e interesante y esa forma de hacer las cosas de Frictional Games que tan bien les ha funcionado en el pasado con una fórmula refinada y más interesante que aprovecha mucho de los aprendido de The Chinese Room en Amnesia: A Machine of Pigs. En su parte negativa, sin embargo, se siente que no aporta nada nuevo al género más allá de esa elegancia y ese refinamiento por hacer las cosas bien. Puzles, cartas, flashbacks... herramientas clásicas de un género clásico que funciona y hacen de Rebirth el mejor episodio, pero no vuelan la cabeza ni consiguen que el jugador se acerque al borde de la silla por otro motivo que no sea la tensión propia del género. 

 

¡Nos leemos!

8

/ 10


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