Analisis 1971 Project Helios ,PS4

1971 Project Helios llega a PS4, Xbox One, PC y Nintendo Switch de la mano del estudio español Reco Technology y la distribuidora Meridiem Games. Un juego de estrategia sencillo y directo que nos lleva a descubrir una oscura historia en un 1971 alternativo cubierto de hielo y nieve. Un diesel-punk que se aleja del género y en el que los personajes marcan el tirmo de la acción. 

 

 

Estrategia sin complicaciones

La nueva obra de Reco Technology apuesta una vez más por la estrategia por turnos en un título que coloca todos los huevos en la cesta del combate y lo visual. Lejos de la gestión compleja de otros títulos del género, que en este caso pasa un poco por encima con la gestión del Fulgor, 1971 Project Helios centra casi toda su acción en la exploración de detallados escenarios congelados y el combate entre las distintas facciones que pueblan su universo. Estos combates son directos y coreografiados, ideales para los novatos en el género aunque demasiado sencillos para los amantes de la estrategia pura de títulos como X-COM o Wasteland.

 

El ritmo de juego nos lleva a explorar los escenarios con un enfoque muy cercano al del JRPG de los 90, en el que en cualquier momento podemos encontrarnos con enemigos. Al suceder esto, nuestro equipo tomará posiciones y comenzará el tiroteo. Por un lado la estrategia es sencilla y directa con escenarios a una sola altura y enemigos que no dan pie a planificaciones elaboradas. No hay posibilidad de preparar emboscadas antes del enfrentamiento, ni uso del sigilo para flanquear al bando contrario. Al final todo se reduce a defendernos en la situación que el juego nos ha preparado, y tratar de salir con vida de ella eliminando a los enemigos. 

 

Por otro lado, sin embargo, la evolución del árbol de habilidades de nuestros personajes y las propias habilidades los diferencian del resto haciendo que a la hora de elegir personaje y acción podamos preparar el terreno de juego como si de una partida de ajedrez se tratara. Es en estos momentos cuando más brilla 1971 Project Helios, con algunos combates sobresalientes que consiguen transmitir el mensaje que el estudio madrileño quiere darnos. 

 

 

Historia y puesta en escena

La historia de 1971 Project Helios es más que interesante y da para una buena colección de novelas ambientadas en su mundo. Una materia misteriosa, el Fulgor, un mundo apocalíptico en plena era glaciar y varias facciones en pugna que no puede menos que recordar al Dune de Frank Herbert. A través de los diálogos de los personajes y los documentos que encontramos en el escenario vamos perfilando un mundo alternativo en el que la crueldad está a la orden del día. 

 

Respecto a la puesta en escena, 1971 Project Helios funciona muy bien en lo visual con unos escenarios muy detallados y unos personajes muy bien perfilados y reconocibles. El diseño de armas y entornos resulta notable, con un resultado que hace ambicionar más de las 6-9 horas que dura el juego, rejugable, eso sí, gracias a sus tres finales. Lo que no acaba de funcionar tan bien es el apartado sonoro. Las melodías y los sonidos ambientales de la exploración funcionan realmente bien pero todo se va al traste cuando llegan los combates con una música frenética, desequilibrada y que no tiene nada que ver con la tensión del momento. Una elección musical que nos lleva de la intimidad de los gélidos escenarios de 1971 Project Helios a un botellón de mascachapas en pleno confinamiento. 

 

 

La cuestión

1971 Project Helios está bien, muy bien, pero se aleja de ser notable en casi todos sus aspectos. Contiene algunas cosas a tener en cuenta como libertad de elección en el turno del jugador, las habilidades y algunos combates realmente bien diseñados. Sin embargo falla con un enfoque demasiado sencillo que se aleja de lo que busca el público experimentado en el género, algo a lo que las sintonías de combate no hacen más que sacar punta demostrando que algunas decisiones de desarrollo no han sido del todo certeras. 

 

Aún así, 1971 Project Helios no deja de ser un paso en la dirección correcta y una llamada de atención sobre un estudio capaz de lograr cosas muy interesantes y con una gran capacidad artística que sigue evolucuionando de forma sobresaliente tras lo que pudimos ver en Numantia. Un bien alto para este nuevo lanzamiento del estudio y ganas, muchas, de ver cómo sigue creciendo. 

 

¡Nos leemos!

<< Anterior Siguiente >>