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Analisis Fruit Ninja Kinect X360

Domingo 14 de Agosto de 2011 por Víctor Junquera
Entre juegos móviles y juegos descargables existe ese término medio que antes conocíamos como Arcade, juegos cuya característica principal era la de un entretenimiento momentáneo, de partida rápida, cuyo único aliciente para su rejugabilidad infinita era superar puntuaciones algo que hoy se ha ido perdiendo y que, ni móviles ni XBLA llegan a cumplir del todo, siendo los primeros títulos demasiado cortos o simples, y los segundos, en ocasiones, algo más rebuscados de lo necesario para ser buenos Arcade.

Pero Fruit Ninja es, vamos a hablar a lo grande, como Bejeweled, como Tetris. Rematadamente simple, con sólo una acción que poder hacer en todo el juego, en la que basar jugabilidad de horas, horas y horas. Porque, ¿te puedes llegar a cansar de apilar piezas para hacer líneas? ¿De mover joyas para hacerlas desaparecer? El Fruit Ninja original de iPhone nos proponía algo similar, conseguir la mayor puntuación en desafíos cronometrados, simplemente troceando toda la fruta que nos lanzan a la pantalla deslizando el dedo como si empuñásemos el cuchillo más afilado y eficaz jamás creado.

Pero con Fruit Ninja Kinect han ido más allá, y ese cuchillo somos nosotros, nuestras manos, e incluso si nos da por fliparnos demasiado, nuestros pies. Y con esta mezcla de factores, vale que aún no es tan meritorio como debería, pero algo es algo, Fruit Ninja Kinect es el mejor juego que podemos disfrutar con el sensor de movimiento de Xbox 360. Y el extraño placer que produce cortar algo con exactitud milimétrica no es algo nuevo, y Wii Sports Resort - Kendo es prueba de ello, pero aquí vamos aún más al grano.

Fruit Ninja Kinect nos pone en el centro de la pantalla, representados por una sombra cuyas extremidades se convierten en filos con los movimientos rápidos. La misión es sencilla, y es cortar todo lo que aparezca en pantalla, siempre y cuando no sean bombas, y si cortamos varias frutas de un sólo movimiento, mucho mejor. Y aunque el precio de un juego tan sencillo podría ser un inconveniente, hay que pensar que si has gastado los 150? correspondientes en un sensor que apenas has utilizado, 800 puntos no deberían suponer un gasto muy excesivo para sacarle provecho de una vez.

Tres modos de juego para un jugador, todos con la misma premisa pero distintas condiciones. El Clásico nos lanzará frutas sin límite hasta que fallemos tres veces o hasta que cortemos una bomba que pondrá fin automático a la partida. Arcade nos propone, cómo no, cortar frutas, pero con un tiempo límite de 60 segundos y con tres tipos de potenciadores distintos a conseguir aleatoriamente, teniendo que evitar bombas que anulan potenciadores y reducen en 10 puntos nuestro marcador. Por último, el modo Zen, nada tiene que ver con relajarse, pero nos permite cortar sin presiones de fallos y bombas, dentro de un tiempo límite de 90 segundos.

No faltan los modos multijugador, tanto para cortar sin parar entre dos a sumar la mayor puntuación como de forma competitiva, donde cada uno tendrá que cortar sólo las frutas de su color. Y tanto con uno como con dos jugadores ante el sensor (obviando los problemas de espacio), la respuesta es 100% fiable, tanto que de vez en cuando podemos tener el ligero problema de tocar una bomba sin querer por tener que rascarnos la nariz...

Todo esto parece sencillo. Y lo es, vaya, pero cuando un marcador persistente en una esquina muestra récords propios y de amigos y la partida siguiente está a sólo un aspaviento, seguir y seguir hasta la extenuación es algo bastante fácil. Halfbrick ha seguido la fórmula del buen arcade, y de un juego que no ofrece más de escasos minutos por partida han conseguido que el jugador pueda echar horas ante la pantalla sin enterarse, aunque lo de horas es relativo, que es difícil aguantar el ritmo. Prepárate a sudar.

NOTA FINAL: 8
8

/ 10


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