Si juzgásemos Kinect mediante su demostración Kinect Adventures, podríamos estar hablando del mayor fracaso en relación hardware-software de lanzamiento jamás vista. Pero gracias a haber probado en profundidad la tecnología de Microsoft y comprobar de que es capaz, podemos rezar y contentarnos con que KA es,
simplemente, un mal software. Muy mal software, por desgracia.
La analogía con Wii Sports respecto al lanzamiento de Wii es errónea, ya que Rare se ha encargado de crear un símil mucho más razonable e interesante con Kinect Sports. Kinect Adventures es a Kinect lo que Wii Play a Wii:
adaptar posibilidades tecnológicas a situaciones inverosímiles. Pequeños conceptos, menos gráficos y realistas (como saltar por una cascada con una lancha acuática para recoger monedas o tapar las grietas de una cápsula submarina). Funcionan como demostración, en algunos casos. Pero ya está.
El problema es que, mientras que las primeras demos de Wii demostraban el potencial de Wii,
Kinect Adventures muestra menos, pero mucho, mucho menos, de lo que ofrece. Su precisión es burda (mientras saltes en el ejemplo del descenso con lanchas, es suficiente, no cuenta intensidad y muy poco la inclinación) mientras que en el peor de los casos, es francamente agotador (carrera de obstáculos). Y eso, la generación que Microsoft ha alimentado a base de pizza, Xbox Live y Halo, lo va a castigar duramente (de hecho, ¿por qué la cámara que nos captura cuando realizamos una acción nos estiliza sensiblemente? ¿Falsa sensación de atractivo ante la cámara vigilante?).
Hay también una deshonesta intención de insinuar mayor profundidad de la que tiene. Aparte de los modos multijugador, Xbox Live o la recurrente posibilidad de que se nos saque una foto en directo mientras ponemos la postura más inverosímil posible (lo cual funciona muy bien en compañía, pero en solitario es un tanto decadente) hay un modo ?aventura?, donde las variantes de minijuegos (que son el salto en lancha por rápidos, esquivar obstáculos sobre raíles, evitar que destruyan nuestra cápsula de cristal submarina, un simulador de gravedad 0 y una especie de frontón con varias pelotas) se suceden, con pequeñas variantes, de forma bastante aburrida y regalándonos trofeos en forma de animal que podremos animar y poner voz (con un diabólico vocoder a lo Kraftwerk).
Como demo, no tiene mayores pretensiones, pero incluso hay errores incomprensibles, como en el que proyectamos balones contra unos bloques de madera situados al frente, donde debemos golpear con todo nuestro cuerpo y medir nuestra intensidad para potenciar el rebote. Tenemos la sensación de que en las primeras pruebas para periodistas y pocos afortunados respondía de forma más precisa.
Kinect Adventures puede ser un propio peligro para Xbox. Porque no demuestra de lo que es capaz Kinect, incluso lo minimiza. Kinect se merecía más que esto para arrancar e incluso en su lanzamiento, donde es comprensible que los desarrolladores aún no se desenvuelvan con comodidad, hay muchas mejores opciones para dar el primer paso hacia el futuro. O eso esperamos.
NOTA FINAL: 5
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