¿Dónde empieza un videojuego? Nosotros, humildes redactores, sólo tenemos un conocimiento creativo limitado, pero suponemos (por sentido común) que, como cualquier otra obra artística, todo nace de una idea original, un argumento que sea el punto de partida del desarrollo. O así debería de ser. Pues bien, la idea de
Fairytale Fights resulta indudablemente atractiva sólo por el extremo de su concepción. Y es que ver a los tiernos e inocentes protagonistas de los cuentos clásicos convertidos en violentas máquinas de matar genera una impresión tan contundente que rompe los ingenuos principios morales de nuestra infancia. Vamos, que resulta irresistible.
En este juego,
Playlogic ofrece una aventura de acción protagonizada por
Caperucita,
Jack (el de la judías mágicas),
Blancanieves y el
Emperados Desnudo. Cuatro clásicos de la literatura infantil mundial vistos desde un punto de vista inédito hasta el momento: como salvajes héroes de acción. La aventura empieza en la Villa de los Cuentos, el punto de partida donde elegir un personaje y una misión. Cada capítulo (de los que componen la aventura) está ambientado en el universo colorido y, por qué no decirlo, algo siniestro de los cuentos de toda la vida. Ya sabéis: bosques, casitas de madera, ríos y todo eso?
Ya lo dejamos claro durante el anterior avance del juego que publicamos hace unas semanas en MundoGamers: el sentido del humor es el principal aliciente de
Faitytale Fights. Su propuesta, su idea, resulta original y fresca. Un título que se aleja intencionadamente de desarrollos profundos, pero que a la vez no resulta apto para paladares sensibles ni para niños pequeños (al contrario de lo que todavía pueda pensar algún despistado al ver por dónde van los tiros).
Básicamente estamos ante un juego de acción (
hack ?n slash) en toda regla. Y es que, si
Fairytale Fights sorprende por su propuesta argumental, es mucho más convencional en la práctica jugable. Escenarios lineales en los que avanzar de un punto a otro, un elevado número de enemigos y sencillos puzles de rigor es lo que vais a encontrar en él. Todo ello salpicado de plataformas de las de toda la vida. Una idea segura y adictiva que, no obstante, termina por volverse algo monótona e insustancial con las horas, pasada la sorpresa inicial de ver tanto gore de por medio.
Para suplir un poco esta sensación (y despedazar, literalmente, a los enemigos), Playlogic ha incluido en el juego un generoso arsenal. En total hay más de cien armas, que pasan desde las típicas hachas o pistolas hasta algunas más delirantes, como piruletas o muñecos. Los principales movimientos ofensivos del juego, dinámicos y aceptablemente intuitivos, se llevan a cabo realizando distintas combinaciones con los dos sticks del mando.
Lo cierto es que supone un gran atractivo ver como, dependiendo del arma que utilicemos en cada momento, los enemigos son desmembrados o eliminados de una forma distinta (pero siempre de lo más contundente). Por último existen unas pociones que, además de servir para terminar con unos cuantos rivales, también tienen efectos curativos.
Como es habitual dentro de este género,
Fairytale Fights gana mucho si se juega en compañía. Para eso hay un interesante modo cooperativo que permite compartir la campaña con hasta tres usuarios más (ya sean amigos presenciales en una misma consola o a través de internet). Un directo modo versus termina por completar el plantel de opciones del juego que, todo sea dicho de paso, tiene una duración aproximada de unas diez horas. Es recomendable, a poco habilidoso o experimentado que uno sea, empezar la partida en una dificultad media o elevada para que dure un poco más tiempo. Si no, al tener vidas infinitas, no supone un reto muy alto.
Entrando ya en materia estética, hay que reconocer que se trata de un juego resultón a nivel artístico. Los escenarios y los personajes presentan una imagen desenfadada y colorida que encaja con la naturaleza del juego en sí. Sobre todo destacan el diseño y la realización de los cuatro protagonistas, que tienen un aspecto irresistiblemente histriónico. Por lo demás, poco que destacar técnicamente.
Hay que reconocer que lo nuevo de Playlogic tiene sus puntos fuertes y sus evidentes carencias. En resumidas cuentas se trata de un título de acción simple y directo (demasiado) que termina limitándose a un movimiento enfermizo de palancas y la destrucción masiva y sangrienta de enemigos. Pero su reiterativo desarrollo tampoco oculta sus virtudes: un sentido del humor punzante y radical, una propuesta original y valiente, y una puesta en escena dinámica y adictiva. Divertirá a cualquier mayor de edad aficionado a este tipo de juegos de acción, incluso con sus citadas limitaciones.
NOTA FINAL: 6.5
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