Poco queda ya, el último bastión de juegos de Wii para satisfacer al público hardcore empieza con este Conduit 2, que salvo que el Call of Duty de rigor de este año llegue también a la sobremesa de Nintendo en vigor,
será el último shooter para la consola, y no es para tomárselo a la ligera, aunque los propios High Voltage Studios hayan querido quitarle más seriedad aún a esta película de serie B de ciencia-ficción.
Porque cuando ya el primer The Conduit contaba una historia poco concluyente de conspiraciones políticas y tecnologías alienígenas, aquí todo queda relegado a un segundo, casi tercer plano para dar toda la importancia a la persecución por todo el mundo del némesis del Sr. Ford, y a la relación de éste con Prometheus, que
le da al juego algo de lo que últimamente todos los FPS carecen, y es sentido del humor.
Y es que cuando el original no aspiraba a más que a ser un shooter genérico, aunque con ciertas reminiscencias a grandes del género como Perfect Dark, aquí High Voltage Studios han sabido darle algo más de personalidad propia, aún basándose claramente en las exigencias del público y haciendo que se parezca mucho más a un juego actual, sacrificando alguna de las bondades del primero para sabe Dios qué fin.
Lo primero que dan a cambio de hacerse un hueco entre los mejores shooters es la duración de la campaña.
La decena de horas del original se ve rebajada a unas seis, con mucha más variedad, ya no sólo de localizaciones sino de situaciones, que diluyen el ?pasillismo? del primero, aunque la linealidad de la campaña es siempre evidente, y por muchas vueltas al mundo que demos, el pretexto de perseguir al malo es simple a rabiar. Por suerte, el EVA (ASE -
All Seeing Eye) sigue ayudando a quitarnos la sensación de caminar de frente, sin más. Cada estancia es explorable, y en cada rincón puede haber un secreto que nos recompensa con puntos para comprar.
¿Para comprar qué? Todo tipo de mejoras imaginables para el protagonista, tanto para el modo campaña como para el multijugador, y querremos seguir jugando, tanto en un modo como en otro, para conseguir más puntos y seguir mejorando las armas y atributos de nuestro personaje y así poder afrontar con mayor facilidad nuevos retos, como los modos de dificultad superiores, o ser rivales más dignos en los modos online, o simplemente personalizar nuestra apariencia.
Siguiendo con los sacrificios del juego, si The Conduit era uno de los títulos más portentosos de Wii a nivel gráfico, lo más lógico es que Conduit 2 esté destinado a superarle, pero
en pos de una mejora de modelados, texturas y efectos, se ha dejado de lado la estabilidad del framerate, incapaz de mantenerse en los 30 fps durante mucho tiempo, menos aún cuando salen más de dos enemigos a nuestro encuentro. Detalles descuidados como polígonos que se atraviesan unos a otros, sombras que van más allá del propio suelo o cuelgues ocasionales, dejan la sensación de que la mejora no es tal, aunque
al menos el estudio da la seguridad de estar constantemente trabajando en parches y actualizaciones para el juego, con lo que tarde o temprano muchos de estos problemas acabarán por ser solucionados (lo que no es excusa para lanzar un juego que parece a medio hacer).
El plato fuerte del juego vuelve a ser el multijugador, esta vez tanto a pantalla partida como online, e incluso mezclando ambas modalidades. Se amplía el repertorio de mapas de siete a doce, con nuevos modos de juego y una interfaz mucho más sencilla y directa, que se olvida por fin de los molestos códigos de amigo y permite marcar a cualquiera con el que te hayas enfrentado en partidas aleatorias como amigo o rival a seguir. Algo que para los jugadores de otras plataformas no es nada revolucionario, pero que en Wii aún no se había visto. Las ralentizaciones en el online por suerte apenas se dan, con razón, ya que los escenarios tienen mucho menos detalle que en la campaña.
Queda mencionar sólo
el control, ampliamente personalizable tanto si jugamos con Wiimote y Nunchuk, como si añadimos un Wii MotionPlus a la fórmula como si nos decantamos por un Mando Clásico o Clásico Pro. Unos mejor para apuntar, siendo el MotionPlus la mejor opción para acabar pronto a base de headshots si gozamos de buen pulso, pero alternar entre funciones con la cruceta o golpear cuerpo a cuerpo dando estocadas con el Wiimote resulta mucho más incómodo que con el Clásico, donde todo está a mano. Ninguna de las variantes es perfecta para todo y alternarlas, desde luego, no es la solución más práctica.
Aunque falto de carisma y de toda pretensión más allá de mostrar un potente apartado gráfico, el primer Conduit daba una impresión de ser un título mucho más redondo. Conduit 2 intenta aprender de los mejores y solucionar sus propios errores, pero no consigue dar un paso adelante sin sacrificar algo a cambio.
NOTA FINAL: 7
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