Si el amor verdadero no nace a primera vista, NBA Jam no lleva a engaño. El modo bizarro en el que EA ha resucitado esta alocada saga de basket, en la que se mezcla caricatura, fotorrealismo y animaciones alocadas, consigue entrar por los ojos incluso en un sistema tan claustrofóbico para la virguería técnica como Wii.
Es imposible no quedarse prendado ante su surrealista apartado visual, que grita novedad.
La mecánica sigue siendo la misma, partidos de patio de cárcel 2 vs. 2, pero en los principales estadios y con los grandes jugadores de la NBA (y algún que otro invitado especial, con el señor Barack Obama incluido), donde las normas de deportividad desaparecen y los mates tres metros por encima de la canasta están a la orden del día.
NBA Jam se beneficia de otro de los grandes males de esta industria: el entrar en el club de los juegos con los que se debe ser benevolente por cortesía. Una tendencia artística que se salga de la norma, un guión con unas pizcas de provocación (dentro de los parámetros de esta industria, claro) o una producción con aroma independiente ya se ganan un colchón automático en el que descuidar o dar por supuesto el resto de valores.
Hasta que las ventas y el boca en boca, pasan la verdadera factura de la desidia.
Aparte de incluir un modo de retos, personajes desbloqueables y varios tipos de control (extras habituales que a estas alturas no deberíamos ni reseñar) la mecánica y
sistema de juego es exactamente el mismo, punto por punto, que en la entrega original. No hay nada más: NBA Jam usa la nostalgia como último clavo ardiendo al que agarrarse. Buena estrategia, pero se debe tener en cuenta que el 2010 exige muchas evoluciones y esfuerzos, como un modo online, mayor profundidad, físicas coherentes (que no realistas, incidimos una vez más) y sobre todo,
un leit motiv digno.
La falta de garra no tiene pretexto dentro de una la gran Electronic Arts. La compañía nos ha quitado a EA Big, ese gran estudio que nos ha brindado juegos maestros como SSX o la saga NBA Street en la que verdaderamente daba un paso adelante a los arcades, el mismo que no quiere dar Jam.
Antes de su lanzamiento, NBA Jam estaba superado por su propia compañía años atrás, si EA quería recuperar una saga sin pretender una evolución, que asuma las consecuencias.
Lo bueno, claro, reside en que su
modo competitivo con un amigo es infinito y sigue con la misma vitalidad que en los noventa pero la experiencia para un jugador es muy limitada. Los partidos contra la I.A. son mecánicos y tan irreales como su propia propuesta, ya que no permite ningún tipo de estrategia más allá del machaque y reconocer la rutina, muy prefijada, preparada contra nuestro juego.
Un apartado visual atractivo y que puede resultar fresco (no obstante con técnicas que ya usaron Mortal Kombat, Clayfighter y un largo etc., hace muchos años) y una mecánica prácticamente inalterada, sin las posibilidades que ofrece el 2010, ni siquiera un modo online. Algo habitual en consolas desde hace diez años.
Pero hay, nuestro pobre corazón nostálgico. NBA Jam funciona, como funciona un buen producto, un clásico. No engaña, pese a que lo intenta con su nueva fachada. Sigue consumiendo tus horas con dos mandos y una buena compañía al nivel. Pero a estas alturas, si esto no es conformarnos con poco, sería como aprobar el seguir suspirando por nuestro primer amor.
NOTA FINAL: 6.5
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