1. Mundogamers
  2. Analisis
  3. WII

Analisis Monster Hunter Tri WII

Miercoles 21 de Abril de 2010 por Omar Álvarez
Los videojuegos de rol Online habitualmente castigan tu interior con la siguiente dicotomía: ¿soy buen jugador por haber depositado cientos de horas o he depositado cientos de horas para desarrollar mis habilidades como buen jugador?.

Capcom ha desafiado las leyes de los niveles, los infinitos parámetros a controlar de un juego de rol tradicional para centrarnos en la experiencia de la caza, en conocer y respetar a nuestra presa y buscar la mejoría de nuestras acciones de forma empírica y no forzando mecánicamente las mismas acciones hasta la extenuación.

Pero esto tampoco nos sorprende. Llevamos años disfrutando de esos enemigos finales que ocupan dos tercios de la pantalla, que ponen a prueba nuestros nervios y consiguen dejarnos exhaustos cuando conseguimos derribarlos. Monster Hunter reúne toda la sabiduría y oficio de la Capcom más agobiante, exigente y curtida en mecánicas imposibles. La pregunta es, ¿cómo ha evolucionado esta icónica franquicia de desbordante éxito en Japón en su llegada a Wii?

Monster Hunter Tri es el juego más potente para Wii del 2010 por múltiples razones: Se trata, para empezar, de una superproducción third party a un nivel inusual, una apuesta completa por una plataforma minoritaria en lo respectivo a jugadores tradicionales, los cuales acaban de recibir una ración abundante e inesperada con este juego de rol denso, visualmente sobrecogedor y que echa por tierra cualquier tópico para Wii: MHTri es exigente y maduro, con una propuesta de juego en red no sólo atractiva, si no inexistente en la competencia, disolviendo incluso errores pasados como los molestos códigos de amigo.

Las leyes de Monster Hunter están muy definidas. El tempo es deliberadamente lento, para evitar que el jugador confunda acción en tiempo real con machacar botones a lo God of War. En MH debes conocer el recorrido de tu ataque, medir la distancia, conocer el tiempo que vas a emplear en guardar el arma y zafarte de el rango de daño de tu enemigo: la única forma es emplear horas, jugar de forma reposada y evitar el impulso nervioso. Precisamente, los clichés habituales que definen la simplicidad de los juegos casuales. La máxima del cazador reincide en transformarnos en un maestro mediante el combate, el estudio y la estrategia en equipo.

El combate es la disciplina más directa y clásica en MHTri. Rutinas estudiadas, ataques con rangos de acción, cargas, preparar el arma, conocer al rival. Esta acción divide radicalmente a MH de los aburridos combates de WoW o las estrategias militares de un juego de rol por turnos, ya que el factor habilidad con el conocimiento y la preparación están equilibrados hasta lo enfermizo.

El estudio es necesario. Es prácticamente imposible siendo un primerzo conseguir dar caza a una criatura sin conocer sus debilidades, memorizar sus rutinas y respetar sus entornos. En medio de una caza, saber hacia donde va a escapar, si buscará en su socorro a otros monstruos o reconocer sus rutinas finales antes de su muerte (no existen barras de energía ni similares) serán nuestras únicas bazas para la victoria.

En Tri se han potenciado la interactuación entre especies, ahora se devorarán las unas a las otras en busca de recursos, cooperarán e incluso te podrán poner en un apuro inesperado combinando ataques (no descartes la combinación de un depredador de fuego y otro de eléctrico, por ejemplo).

El siguiente paso es la creación de nuestro equipo. El eslogan del juego en la relación de armas es que ?nunca podrás comprar un arma tan buena como la que podrás forjar y es la pescadilla que se muerde la cola: para conseguir equipaciones potentes necesitarás objetos extravagantes sustraídos de las propias criaturas que caces, para ello, necesitarás cazar y cazar para optar a una victoria con al menos, un arma que le llegue a la altura: olvídate de comenzar el juego con un arma espectacular, es imposible intercambiar objetos de este calibre con amigos. No obstante, disponer de un arma no determina la victoria si no dominas la propia mecánica de combate: aquí no hay apoyo que valga.

Visualmente, Monster Hunter Tri supone un nuevo estándar en Wii. No llega a la magnificencia de Super Mario Galaxy (su paleta de color y abstracción en forma de personajes redondos y cargados de efectos serán insuperables en esta plataforma) pero si propone sin miedo un entorno basto, realista y en pleno 2010, sorprendente para los ojos de cualquier jugador, venga de lo que venga. Este efecto sólo se puede conseguir, en una plataforma tan limitada, a base de oficio y gusto, aprovechando con sabiduría los recursos y potenciando las animaciones y una virtuosa dirección de arte, a caballo entre el arte azteca, armaduras e iconografía oriental y entornos fantásticos de salvajismo exótico. En lo meramente técnico, el tamaño de los monstruos, sus cuidadas animaciones y tamaño de dibujado dan que pensar, especialmente comparando resultados finales con la competencia.

Los nuevos entornos subacuáticos no se han implementado como meras nuevas áreas en las que exterminar monstruos; todo el propio juego ha sufrido una ?adaptación, como si las especies hubiesen evolucionado en condiciones diferentes. Encontraremos revisiones de monstruos que actuarán de forma diferente, aclimatados o directamente transformados por los entornos. El modo historia para un jugador, sigue siendo un trámite para mejorar y conseguir objetos de forma solitaria, aunque para esta tercera entrega se ha optado por suavizar la curva de dificultad, evitando el efecto rechazo de anteriores MH, donde muchos jugadores abandonaban por no saber cual era su objetivo en las primeras horas de juego. Minucioso, extenso y con gran densidad, las misiones en solitario son un buen pasatiempo para las tardes en las que no consideras necesario jugar por internet o para experimentar como cazadores, aunque no es equiparable a la experiencia de juego en red.

La cooperación es el último pilar de la acción que nos obliga a reposar las acciones con cabeza: cada vez que perecemos disminuye la recompensa de la quest, creando una particular tensión y sentido del deber por, primero, no dejar nuestras aptitudes en evidencia y segundo, no perder el dinero invertido en el acceso a esta quest (mucho menos hacer que lo pierdan nuestros compañeros). El juego Online resulta increíblemente fluido y el intercambio de códigos (no los populares código amigo, estos han sido relegados a la opción de chat mediante Wii Speak) tan ágil como intercambiar un gamertag o un nick de PSNetwork.

Como Monster Hunter, Tri evoluciona drásticamente en opciones visuales e infraestructura Online, aunque merca, como cabría esperar, el número de armas y enemigos, sin desmerecer en número de ninguna forma (recordemos que las versiones de PSP fueron engordando a base de secuelas y expansiones).

No cabe duda de lo importante que resulta un lanzamiento así para la comunidad de jugadores en Wii. Se trata del abanderado del modo Online, de la potencia técnica de Wii, un juego que honra los valores tradicionales del videojuego del ensayo y error, donde no hay lugar a la tregua.

El siempre difuso adjetivo hardcore le queda pequeño a Monster Hunter. Capcom consigue perturbar la conciencia del jugador a base de humillarlo y demostrar que un verdadero candidato a juego del año, no diferencia entre plataforma, sistema de control o resolución a la que se muestra en pantalla.

NOTA FINAL: 9
9

/ 10


<< Anterior Siguiente >>