Tras Gradius y Contra, WiiWare acoge una nueva resurrección de sus sagas más clásicas, y en esta ocasión le toca a Castlevania, tomando muy ligeramente por base la primera de las entregas que apareció en Game Boy, y reconvirtiendo la historia de Christopher Belmont contra el Conde Drácula en una aventura clásica, con
una mezcla de características propias de los primeros juegos de la saga, antes de pasarse al
género Metroidvania.
Desde la propia Wii se puede disfrutar, gracias a la Consola Virtual, de los orígenes de la saga y las bases de esta ?nueva? entrega, con juegos como el primer Castlevania de NES o Super Castlevania IV, de Super Nintendo. Este último es la comparación más justa para el remozado apartado técnico de The Adventure ReBirth, con sprites de gran tamaño, aunque a pesar de tener aspecto de 16-bit, las animaciones son casi más propias de la anterior generación, simples y escasas.
¿Qué hace bueno a Castlevania: The Adventure ReBirth entonces?
Es un capricho para los más fans de la saga, un reclamo para aquellos que quieren disfrutar de aventuras de cazavampiros como las de antaño, sin necesidad de subidas de nivel, súper poderes, eternas exploraciones o espectaculares combos. En definitiva, una vuelta a los orígenes más puros de la saga, lejos de los dos caminos que está tomando. Ni
aventura 2D con tintes de RPG, ni
beat?em up.
Una vez claro este apartado, todo lo demás son ventajas. Aquí, no sólo existirán varios puntos de control a lo largo de cada una de las seis fases, sino que también podremos modificar desde el menú de opciones el nivel de dificultad, las vidas con las que empezar la partida o el control, de entre todas las posibilidades de mandos disponibles, aunque la favorita es sin duda la que más fielmente representa la época que pretende evocar, el Wiimote en posición horizontal, tan sencillo como dos botones y una cruceta.
Otro de los apartados personalizables del juego,
el salto, tiene disponibles dos opciones para evitar controversias entre los jugadores de lo clásico y aquellos que piensan que es ilógico no poder modificar la trayectoria una vez en el aire. Así tenemos las dos variantes de control, la del estilo de Super Castlevania IV (por defecto, pudiendo cambiar el rumbo del salto en el aire), o la de los primeros de la saga, o juegos como Ghosts?n?Goblins, en los que un salto mal medido no tiene vuelta atrás.
Todos estos factores afectan a la dificultad del juego, que ya de por sí es bastante exigente para el formato de ?experiencia irreal? al que se nos tiene acostumbrados. Que la facilidad para derrotar enemigos venga en base a un número o a la mejora del arma a empuñar no se podía concebir en la época de las mecánicas jugables basadas en rutinas en las que la experiencia se ganaba al conocer al enemigo, al caer una y otra vez frente a ataques que tenemos que aprender a esquivar con nuestra propia lógica, y no basados en el ?cuantos más enemigos mates, mejor?.
Lo que nos lleva a la pregunta habitual en el ámbito de los descargables... ¿Merece la pena? Por 1000 Wii Points (10 euros)
hay pocas formas mejores de revivir una época con un juego de valores tan puros, y además cuenta con adiciones para la rejugabilidad más allá del propio esquema de juego retro de partida rápida, como caminos alternativos, aunque tal vez no sean motivos suficientes. El decidir si está entre los mejores de la saga o no depende del gusto personal por los diferentes caminos que ha tomado esta. Lo único seguro, es que aunque a día de hoy no ofrezca nada novedoso digno de mención, dentro del esquema clásico de la saga, es una de las mejores opciones existentes.
NOTA FINAL: 7,5
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