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Analisis Ridge Racer PSVITA

Jueves 23 de Febrero de 2012 por Alejandro Pascual
Hay que ser justo. Lo que Ridge Racer ha intentado hacer en VITA es, cuanto menos, valiente. Habrá quien diga, quizá la mayoría, que es simple y llana vagueza, pero no es hasta que te empapas de Ridge Racer cuando entiendes el experimento.

Ridge Racer no intenta cambiar una fórmula jugable que ya lleva utilizando en cada una de las entregas de los últimos años. Ese podríamos decir, es su principal problema. Pero, por su condición de juego de carreras, tampoco puede intentar adaptarse a una tecnología táctil de la que poco va a sacar. Así que, como aquí no tenemos nada de dedos en la pantalla, touchpad trasero o giroscopio (gracias por esto), la saga de Namco ha intentado centrarse en la otra gran característica de la portátil que parece estar pasando desapercibida y, sin duda, es la mejor: el modo online.

Así, podríamos decir que Ridge Racer es prácticamente como comprar el modo Elite de Call of Duty, sólo que la parte de comunidad se queda en la parrilla de salida, al menos por el momento. La idea es buena, pero quizá está mal explicada, o mal planteada. El jugador escoge un equipo, un patrocinador. Y no es posible cambiarlo. Una vez que escojamos, pasamos a la carrera, donde podremos escoger el modo campeonato, un modo carrera y una contrarreloj. Estos dos últimos son modos offline, lo que significa que el campeonato, el modo para un jugador de toda la vida, queda relegado exclusivamente al online.

Esto es uno de los factores que más ha afectado a los jugadores. De repente, sienten la necesidad de jugar a algo que no tienen. Pero el problema no es del título de Namco o, al menos, no del juego en sí. Y es que aquí está la cuestión: Ridge Racer en VITA es lo que otros títulos no se atreven, tirar las armas de un modo offline reiterativo y dedicar exclusivamente todos los esfuerzos a su modo online.

El problema, como decimos, son las formas. Y he aquí el quid de la cuestión. Si compraras el juego, tanto en caja como online, con el Gold Pass más todos los circuitos y vehículos que llegarán a modo de DLC, el juego te costaría, sin mucho temor a equivocarnos, lo mismo que un título de lanzamiento a precio completo: 60? o 70?. Al haberlo dividido, lo cierto es que nuestra mentalidad anti DLCs nos hace creer que nos han vendido un título pelado, para cobrarnos todo aparte posteriormente. Para esta versión analizada, hemos podido probar Ridge Racer junto con el Gold Pass, lo que nos hace un total de tres circuitos y nueve vehículos (y lo que sería, en caja, un precio de 20? ya que el Gold Pass es gratuito de lanzamiento). La dicotomía del asunto es que, mientras que, por un lado, el no tener más circuitos nos ha dolido como a cualquier jugador, el ceñirnos a unos pocos nos ha hecho mejores jugadores. Y de eso se trata Ridge Racer en VITA. De competir online, ganar puntos de experiencia y dedicarlos a la compra de nuevas mejoras (de nuevo, a lo Call of Duty) que te permitirán actualizar tu nitro así como el comportamiento de tu coche.

Con todo, cuesta disfrutar plenamente de Ridge Racer debido a las conexiones en el campeonato. Algunas carreras pueden llegar a durar de 6 a 9 minutos si ya han empezado. Y todo este tiempo en el lobby hasta poder unirte a la siguiente carrera mata a cualquiera, tanto de hecho, que en momentos dejas la consola esperando y cuando te quieres dar cuenta, ya se te ha pasado el turno. Sin duda, Namco tiene que encontrar una fórmula para poder jugar sin remilgos, porque el jugador moderno no es de los que esperan. Para ello, está el modo fantasma, pero no tiene ese ?sabor especial? de la experiencia en línea.

Por otro lado, para haber completado el círculo y haber salido de la vorágine repetitiva que llevaba ofreciéndonos la saga durante los últimos años, no habría estado de más haber utilizado algunas mecánicas nuevas para añadir a las mejoras que podemos añadir gastando puntos de carrera. Quizá, algunas heredadas del futuro Unbounded, o nuevas, o algo, cualquier cosa, que hubiera creado una mayor competitividad online. La larga espera en las conexiones y su falta de novedades jugables, más que de pistas que posteriormente podremos adquirir es la verdadera falta del título.

Ridge Racer en VITA, probablemente, ha nacido con una estocada mortal producto de los tiempos en que vivimos y su más absoluta sinceridad a la hora de aplicar y cambiar de filosofía. Su entrega en Nintendo 3DS tiraba de nostalgia con algunos circuitos y era mucho más vago y poco elaborado y, sin embargo, será más respetado que el del nuevo sistema portátil de Sony. Sin embargo, aunque creemos entender su filosofía, no se puede negar que el título peca de falta de originalidad en su planteamiento, ya que el sistema de ventajas podría haber creado un juego realmente atractivo y lleno de locura sana. Con la cantidad de circuitos que han ido construyendo y reciclando a lo largo de su historia, también podían haber sido más bondadosos, aunque sólo fuera para no llegar a la meta con tan solo uno. En eso no hay justificación posible. Pero, sin duda, su mayor problema será su honestidad. Luego nos quejaremos de que las compañías repiten fórmulas una y otra vez. Lógico.

NOTA FINAL: 5
9

/ 10


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