Es un buen momento para
Pac-Man y, en líneas generales, para cualquier personaje de videojuegos que naciera en los años ochenta. El popular ?comecocos? está celebrando su reciente treinta cumpleaños con el sobresaliente
Pac-Man Championship Edition DX y, mientras tanto, llega a la serie
Minis de
PlayStation su anterior y bastante correcta entrega descargable, tanto para
PlayStation 3 como para
PSP.
Básicamente, éste es el mismo juego que ya viera la luz, primero en Xbox 360, hace más o menos tres años, con su jugabilidad intacta, aunque sin la posibilidad de disfrutar de ningún tipo de ranking online. Por lo demás, ya decimos, se trata del mismo lanzamiento. Un título que se deja llevar completamente por la mecánica original de Pac-Man, ésa que todo el mundo conoce y que, pese a su indiscutible simpleza, se ha convertido en un fenómeno sociológico, entendiéndola como un referente casi cultural dentro del mundo de los videojuegos.
Las bases son las mismas: un laberinto, nuestro personaje, las distintas frutas y los fantasmas que intentan devorarte salvo cuando recoges puntos especiales que hacen que seas tú quien pueda eliminarlos a ellos durante unos pocos segundos. Una jugabilidad más que de sobra conocida pero que, no obstante, se ha enfocado desde seis modos de juego distintos.
La principal característica de este
Championship Edition radica en la decisión de
Namco-Bandai de incluir un tiempo límite determinado para cada modalidad. Esto tiene una consecuencia sencilla: ahora Pac-Man sí tiene una duración, un final. Las partidas no se prolongan hasta que o bien se terminan tus vidas o bien te terminas por aburrir. En cualquier caso, sobrevivir en el juego durante cinco o diez minutos no es una tarea sencilla. Eso no ha cambiado.
En cada uno de los modos entre los que se puede elegir, se dan sensibles diferencias jugables, ampliando así un poco la experiencia original, aunque sin cambiarla lo más mínimo. Lo que varía, para que te hagas una idea, es la distribución de los laberintos (que pasan a tener distintas formas o incluso a volverse oscuros e impedirte ver por donde te mueves) y la velocidad de los movimientos, tanto de Pac-Man como de los fantasmas rivales.
Visualmente, el juego también sigue las premisas clásicas, sobre todo en cuanto al aspecto de los
sprites se refiere, ya que no han sufrido rediseño alguno. Lo que sí ha cambiado ha sido el colorido de los escenarios, que ahora
cuentan con una estética visual formada por luces de neón que supone todo un acierto, acentuando la sensación retro y nostálgica y, de alguna manera, resultando atractivamente alucinógena incluso.
Poco más se puede decir de este juego que no sepas ya. Pac-Man, su figura y su fórmula jugable, han pasado ya con creces la prueba del tiempo.
Un lanzamiento muy recomendable, cuya mecánica, hoy por hoy, quizás se adapte mejor a la naturaleza portátil de ?una partida más y lo dejo? que a las consolas de sobremesa. En cualquier caso, se trata de un merecido homenaje que sólo encuentra un ?pero? al compararse con el más reciente y atractivo
Pac-Man Championship Edition DX. Un clásico entre clásicos.
NOTA FINAL: 7
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