Entre clichés japoneses elevados a la enésima potencia, el exageradamente omnipotente poder de la amistad y aspectos físicos recargados de asimetrías, cremalleras, runas, tribales y pelos planchados,
Tetsuya Nomura ha conseguido sacar adelante una saga que empezó aprovechando la magia de Disney y el tirón de la saga Final Fantasy, pero que tras seis títulos se ha labrado con creces una personalidad propia, a pesar de ser un
crossover de mitologías de diferentes mundos. Pero Kingdom Hearts es lo que es. No queremos dejar de encontrarnos con Mickey o Hércules, ni queremos que el tendero deje de ser Moguri, o dejar de lanzar hechizos Piro++ para batir enemigos en Nunca Jamás. Queremos todo este crisol de universos siendo salvado de Sincorazón, Incorpóreos y Nescientes por los portadores de la Llave Espada, y descubrir todo lo que nos ofrece esta saga única.
Kingdom Hearts: Birth By Sleep es, aparentemente, el principio de todo. Diez años antes del comienzo de la historia original, tres portadores de Llave Espada empiezan su camino hacia un destino nada esperanzador. Así, en esta ocasión tenemos la posibilidad de encarnar a cualquiera de los tres, con sus respectivas historias que se entrecruzarán y acabarán por encajar como un rompecabezas muy bien diseñado.
Ventus, Terra y Aqua visitarán los mismos mundos durante sus respectivas historias, pero así como cada uno tiene un estilo de combate y unas habilidades muy diferentes, recorrerán los escenarios en momentos de la historia distintos, con lo que hablarán con distintos personajes, se enfrentarán a distintos jefes finales y, en resumen, ofrecerán una experiencia de juego de unas 40 horas (entre todas, y muy prolongables) que no dará la impresión de repetición en ningún momento. Como pequeña advertencia, la primera impresión puede ser más negativa si se empieza por la historia de Ventus (algo normal, ya que aparentemente es el protagonista y tal vez lo primero que queramos saber es el por qué de su parecido con Roxas), pero realmente, es la campaña menos entretenida y variada de las tres, claro que también es la más indicada para principiantes, por el estilo de juego equilibrado del personaje.
Dejando a un lado la trama, que aunque es un factor importante, es suficiente decir que no decepcionará a nadie, Birth By Sleep es una entrega inteligente que
ha sabido mejorar la calidad de la saga sin necesidad de reinventarse en combates por cartas o de liosos sistemas de paneles. El sistema de habilidades, por compararlo
grosso modo, podría ser como el de Final Fantasy VII y el enlace de materias. Disponemos de unas ranuras determinadas, y sólo podremos utilizar las habilidades que tengamos equipadas en ellas, sólo que en esta ocasión, tendremos la oportunidad de que éstas suban de nivel (bien con su uso o bien mediante un
MUY ADICTIVO minijuego similar al Monopoly), y una vez al máximo podremos combinarlas para crear otras más poderosas de forma sencilla: Fusionar Hielo y Hielo da Hielo+, aunque siempre podemos añadirle un material para darle a la habilidad un efecto pasivo sobre el personaje, como aumentos de resistencia, vitalidad, etc.
En combate,
no sólo tendremos los clásicos combos de aporrear un botón, sino que en esta ocasión disponemos también de la lista de comandos, donde elegiremos una habilidad de entre las equipadas y la usaremos a placer, siempre que no esté en proceso de recarga. Los Nexos Dimensionales hacen las veces de invocaciones y nos dan habilidades únicas durante un lapso de tiempo.
También se ha rediseñado el sistema de habilidades límite y golpes finales, que dependerán de nuestra eficacia y persistencia en combate, así como de las habilidades que utilicemos, y también
se han añadido como novedad en la saga los ataques de Tiro Certero, un ejercicio de puntería y tempo que bien puede dejarnos vendidos o salvarnos haciendo un gran daño al enemigo si lo usamos correctamente.
El primer Kingdom Hearts fue un comienzo inigualable, pero siempre que algo se diseña con una saga en mente,
se nos queda clavada la espina de querer más tras terminar cada juego, y es una sensación que, entrega tras entrega, acaba por desesperar, más aún cuando de la trama de cada una divergen tantas incógnitas nuevas como antiguas que consiguen resolverse. Birth By Sleep no es una excepción. Sora, Riku y Kairi, Roxas, Axel y Xion, y en esta ocasión, Ventus, Terra y Aqua. Siempre hay un trío protagonista, de características comunes, y todo gira en torno a la relación de Sora, Roxas y Ventus, pero mientras que
juego tras juego se explican nuevos detalles de ésta, aparecen más personajes con misterios y datos por resolver que hacen que el fan nunca pueda estar saciado. A este agridulce aspecto argumental hay que añadirle un apartado técnico también con altibajos, en todos los aspectos. Si bien
el apartado gráfico da toda la impresión de tener uno de los juegos más potentes de PS2 entre las manos, es la recompensa justa por unos tiempos de carga a pagar muy exagerados. Aunque se nos dan varias opciones de instalación de datos para reducirlos, la espera sigue siendo incómoda. Así como agridulce es el apartado sonoro.
Querrás matar al equipo de doblaje en cada secuencia de lentos diálogos, y en cuanto a la banda sonora se refiere, la inconstancia provoca que de un momento a otro pasemos de grandes composiciones que ambientan a la perfección, a bakalao subido de vueltas que pretende motivar al jugador en combate.
Si como juego se le puede considerar un gran Action-RPG, dentro de la propia saga es un imprescindible para los fans. Aporta novedades y respuestas, y completa todo el paquete con multijugador cooperativo y competitivo, tanto en combate como en diversos minijuegos. Y sigue lejos de ser perfecto, pero
dada la reciente tendencia del rol japonés hacia la vergüenza ajena y el sentimentalismo exagerado, cae del cielo esta trama elaborada y ligeramente intrincada, siempre dentro de los límites de una saga en la que, para variar, lo más importante es el poder de la amistad.
NOTA FINAL: 8
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