Ya en su día,
Fat Princess dio bastante de qué hablar cuando apareció en
PSN. Su adaptación a
PSP no sirve más que para confirmarlo como un título original y divertido a partes iguales, que bebe de planteamientos muy tradicionales pero sabe aprovecharse de ellos para crear una experiencia de juego absolutamente recomendable, que viene a refrescar el maltrecho -en espera de títulos como
Peace Walker o
Kingdom Hearts: Birth by Sleep- catálogo de la portátil de
Sony.
El argumento del juego es verdaderamente simple, pero encaja a la perfección con la desenfadada estética de cuento de hada -engañosa en cierta manera- con la que cuenta el UMD. Dos princesas de diferentes reinos encuentran en un bosque un pastel mágico. Al probarlo, un conjuro -o algo parecido- cae sobre ellas, transformándolas en unas máquinas de comer pasteles y, como consecuencia, unas obesas en potencia. Así nacen las cruentas disputas entre sus respectivos países, dando pie a batallas multijugador asombrosamente divertidas.
En esencia,
Fat Princess: Fistful of Cake es un lanzamiento parecido a otros muchos juegos que mezclan estrategia y acción y que están orientados al online. Grandes mapas y dos bandos en lucha para rescatar a su princesa. Para lograrlo el jugador ha de elegir un personaje y una raza, que después puede cambiar igualmente.
Hay siete clases: guerrero, montaraz, trabajador, cura blanco, cura negro y dos tipos de magos. Cada uno con sus características de velocidad, magia, poder para curar, etc., pero con un objetivo común.
El fin último del juego, al más puro estilo del modo Captura la Bandera, es llevar a la princesa de tu equipo -azul o rojo- de vuelta a tu castillo antes de que tu contrario haga lo propio. La originalidad, y de ahí el nombre del juego, está en los dulces que hay esparcidos por cada escenario, y que es posible entregar a cada princesa para que ésta engorde. Cuanto más gorda, más difícil es transportarla y más personajes se necesitan para llevarlo a cabo.
A pesar de la cumplidora IA, las marcadas funciones estratégicas del título, así como las constantes escaramuzas por atacar o defender a tu princesa, ganan en intensidad y locura jugando online o mediante ad-hoc. De hecho,
Fat Princess es un lanzamiento muy recomendable para jugar con amigos, pero muy poco si tu intención es disfrutarlo en solitario, ya que así incluso se vuelve denso y complicado en muchos momentos.
Los modos de juego aseguran horas y horas. Al margen del principal, también puedes configurar las partidas de muchas maneras posibles. Hay modos muy convencionales, como el de
duelo (destruirlo todo sin más) o el de
gladiador (consistente en enfrentarse a infinidad de enemigos); pero también otros realmente originales en los que hay que hacerse con las almas de los rivales, o incluso un modo llamado
fútbol en el que debes llevar un balón hasta la portería rival. Delirante.
A pesar de todo esto, y de la naturaleza cartoon y aparentemente infantil del UMD, conviene dejar claro que el juego tiene bastante mala leche y no está pensado para los más jóvenes (al menos no exclusivamente).
Aunque no alcanza la brutalidad de Fairytale Fights, hay sangre y decapitaciones. Dicho queda. Por lo demás, tanto las animaciones como los escenarios y diseños son muy coloridos y desprenden simpatía en todo momento.
En resumidas cuentas,
Fat Princess: Fitsful of Cake es idéntico al original de
PSN. Quienes ya lo jugaran se van a encontrar con lo mismo: un título adictivo, intenso y muy punzante.
De lo más recomendable de todo el catálogo de PSP para jugar en compañía. En solitario, eso sí, pierde muchos enteros.
NOTA FINAL: 7
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