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Analisis Silent Hill: Shattered Memories PS1

Lunes 15 de Marzo de 2010 por Mario Fernández
Por las conversaciones que hemos podido tener con otros profesionales del sector, parece que hay dos reacciones distintas y contrapuestas en torno a este juego. Por un lado están los que creen que Silent Hill: Shattered Memories no está a la altura de los anteriores títulos de Konami, principalmente porque no da miedo y porque los momentos de ?pesadilla? están completamente separados de los de investigación. Y después están los que, como nosotros, piensan que es el mejor remake que se podría haber hecho del Silent Hill original.

De hecho, es tan bueno que más que un remake parece un elogio al inicio de la saga y a sus fans, cosa que no se debería confundir nunca con la sensación de miedo. La gente de Climax ha sido muy humilde al admitir que no podrían superar las sensaciones del primero, ni siquiera repetirlas, por lo que han creado un producto más realista (no se apoya tanto en el ? ya pasado de moda- miedo psicológico) que invita a participar en la historia directa e indirectamente y, sobre todo, a descubrir detalles hasta el momento desconocidos.

Además el control es excepcional y no sólo en Wii, también en las versiones de Playstation 2 y sobre todo, en la de PSP por sortear con éxito el diseño de la consola y su distribución de botones. La iluminación en tiempo real y el desarrollo sin tiempos de carga son factores comunes a todas las versiones, que van un paso más allá en la saga.

La saga Silent Hill siempre ha sido una de nuestras favoritas y la única ?pega? que le encontrábamos no tenía nada que ver con su narrativa ni con su sensación de miedo, factores en los que siempre estuvo por encima de la media. De hecho en anteriores análisis y artículos sobre el mundo de Silent Hill, Mundogamers.com siempre mantuvo la afirmación de que el problema residía en la estructura jugable, ya que estaba totalmente obsoleta e interrumpía constantemente la acción. En este sentido, Climax ha dado un paso importante (y necesario) en la evolución de la saga.

Y es que la compañía inglesa no ha intentado asustarnos con monstruos inspirados en pinturas de Francis Bacon o en los grabados de Bellmer, que ya no podrían sorprender por su repetición. Climax ha intentado asustarnos con creando un pueblo más ?creíble?, lleno de situaciones lynchianas, lugares inquietantes, silencios y sombras. El Silent Hill de Climax es un pueblo que sufre un fuerte temporal de nieve. Las personas están recluídas en sus casas, lo que justifica la soledad del lugar, y evita que te hagas la típica pregunta de ?¿Qué hace esta mujer sola en un pueblo lleno de niebla y monstruos a lo Marylin Manson?? cuando te encuentres con un personaje secundario. Por otro lado sí se mantienen las melodías industriales.

Es cierto que las fases de pesadilla están demasiado separadas y sabes perfectamente cuado toca ?sufrir? restándole emoción al asunto. Aunque el desarrollo es completamente válido (carreras sin armas para salvar tu vida) quizás deberían pensar en desdibujar la línea que separa estos momentos de los de investigación. Hubiese estado mejor algo parecido a lo visto en Haunting Ground, ya que de alguna manera recuerda al título de Capcom. Es la única decisión desafortunada en Shattered Memories.

Nos gusta que Harry Mason pueda investigar cualquier lugar en tiempo real y que baste con mirar de cerca objetos para que el protagonista ofrezca un comentario o dos que reflejan perfectamente lo que piensa el jugador. El uso del móvil moderniza la saga hasta un punto de no retorno en el que costará volver a jugar a los anteriores Silent Hill y ofrece opciones interactivas para desempeñar actividades como guardar, archivar documentos o consultar el mapa de la ciudad.

Y eso por no hablar de las ya de sobra conocidas variaciones que se producen en Shattered Memories, a través de la resolución de ciertas pruebas, cumplimentación de tests psicológicos y decisiones inconscientes (como elegir un camino concreto o interactuar con un objeto determinado). Van desde rutas alternativas, puzzles personalizados y personajes con diseños diferentes? Y todo según nuestras propias elecciones, lo que convierte a Shattered Memories en un Silent Hill rejugable y personal.

Es cierto, que los minijuegos tienen más gracia en Wii pero tampoco desmerecen en las otras versiones ya que el control ha sido muy bien adaptado. La mayor diferencia entre las distintas versiones es el manejo libre de la linterna, sólo posible gracias al sensor del wiimote. En el resto de las versiones la linterna siempre apuntará al mismo lugar y tendremos que pararnos para observar y mover libremente la luz. Realmente es un detalle menor, ya que el juego no pierde un ápice de capacidad inmersiva. De hecho la mejor versión es, como decíamos al principio del texto, la de PSP por todo lo que consigue a pesar de sus limitaciones técnicas.

El trabajo de Climax es excelente y proporcional a su respeto por la saga. Han conseguido empatía por medio de caminos distintos al miedo, porque en el fondo han comprendido que el éxito de la saga dependía en gran medida del ?morbo-fetichismo-voyeurismo? a adentrarse en lugares y situaciones en las que el jugador nunca querría verse envuelto. Esta característica persiste en Shattered Memories y se potencia gracias a las innovaciones jugables de Climax, que en ningún momento interrumpe el desarrollo de la historia. A los que no estén de acuerdo con esta revisión del original les invitamos a pensar en lo siguiente: Antes Silent Hill iba a peor y tenía que renovar su jugabilidad, su bestiario y la sensación de miedo general ya que cada nueva entrega era menos acertada que la anterior. Ahora sólo tiene que mejorar su bestiario y pensar en cómo integrar los mundos de pesadilla de una forma menos predecible. Shattered Dreams supone esperanza para una saga que se estaba quedando atrás en el tiempo.

NOTA FINAL: 8.5
8.5

/ 10


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