De un tiempo a esta parte,
MotorStorm se ha alzado como una de las alternativas más recomendables para todos los usuarios de la familia
PlayStation ávidos de emociones fuertes sobre ruedas. Ahora la saga llega a
PSP sin perder nada de su atractivo. Los chicos de
BigBig Studios (responsables del sorprendente
Pursuit Force) se han dejado llevar por la inercia conceptual que ofrece la propia portátil, así como de los ya conocidos méritos del arcade para desarrollar una carrera notable.
Si hace unos días analizábamos el nuevo
Gran Turismo de PSP, lo cierto es que ahora estamos ante un juego radicalmente distinto, que se aleja de la simulación pura y elegante para ofrecer una explosión de jugabilidad todoterreno (nunca mejor dicho). Y esto tiene una ventaja en la portátil: se adapta mucho mejor a su naturaleza por principios propios que el juego de
Polyphony Digital. No es que
MotorSport: Arctic Edge sea mejor que el último
Gran Turismo, sino que, simplemente, es más portátil.
La principal diferencia entre
MotorStorm: Arctic Edge y sus hermanos mayores recae en su ambientación. Como su propio nombra indica, esta vez la saga abandona los parajes desérticos para ofrecer gélidos ambientes no menos radicales. Esto también se refleja en el diseño de los vehículos tipo ATV entre los que es posible elegir: en este caso encontramos máquinas adaptadas al frío ártico, como las motos de nieve. Aunque básicamente suelen ser los mismos modelos que ya conocerán los veteranos de la serie.
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