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Analisis Prince of Persia Trilogy HD PS3

Domingo 21 de Noviembre de 2010 por Enrique Luque de Gregorio
Al contrario de lo que muchos afirman, en MundoGamers odiamos la polémica. Al menos aquélla que no está justificada con argumentos sólidos. Por eso no vamos a entrar en el tema de la necesidad o la falta de ella de lanzar en alta definición algunos juegos con siete años de historia y que todavía andan bastante frescos en nuestras memorias. De eso ya se ocuparán otros. En cualquier caso, además, éste no sería un tema que concerniera sólo a Ubisoft y a su príncipe.

Lo que sí diremos es que Prince of Persia: Las Arenas del Tiempo, el primero, el de 2003, siempre ha sido uno de los juegos fetiche de la redacción. Ahora, disfrutándolo de nuevo, resulta lógico recordar el porqué. El juego no sólo pasa la prueba del tiempo con distinguida soberbia, sino que incluso, después de haber jugado a tantos y tantos títulos similares (hoy en día, nueve de cada diez aventuras de acción tienen algo de POP), aún sigue sorprendiendo. Y es que no sólo de una buena mecánica vive un videojuego, sino también de la atención por los detalles.

Es evidente que Las Arenas del Tiempo fue capaz de revolucionar el género de las plataformas, al igual que poco antes Devil May Cry lo había hecho con el de la acción, para asentar unas bases -rapidez, adicción, precisión- que aún a día de hoy se conservan. De hecho, el binomio DMC-POP continúa siendo la base de muchísimos juegos en la actualidad.

Pero, como decíamos, la primera aventura moderna del príncipe no vivía sólo de unos saltos perfectamente diseñados, sino también de otros muchos aspectos: una atmósfera mágica y envolvente, que te obligaba, sí o sí, a querer descubrir más y más de ese misterioso palacio; diseños de escenarios magistrales (y también plagiados hasta la saciedad); puzles ingeniosos, combates sutilmente introducidos y un argumento que acompañaba la experiencia, la extendía, pero sin entorpecerla ni reclamar una importancia que no debe de tener (señor programadores, un videojuego jamás debería de ser una película de cine, ni siquiera mirarla tan de cerca).

Por supuesto Las Arenas del Tiempo sigue siendo un juego que absorbe por completo, gracias también al control que se ha adaptado a esta nueva versión como era de suponer: manteniendo una fidelidad y precisión absolutas. No obstante, esta recopilación, como su propio nombre indica, también incluye las dos siguiente aventuras de la saga, que cerraron una trilogía imprescindible pero, en conjunto, menos magistral de lo que siempre se le presupone. Si Las Arenas del Tiempo es todo un punto de referencia (hoy en día más que nunca), El Alma del Guerrero (2004) y Las Dos Coronas (2005) ya no lo son tanto. Continúan resultando juegos entretenidos, que se aprovechan como el lógico de las virtudes del original, pero que, por una serie de decisiones de diseño, no terminan de cuajar del todo, en especial por la incomprensible propuesta de dar más protagonismo a los combates, adormeciendo paradójicamente el ritmo de la acción.

La alta definición, sumada al fantástico acabado artístico que ya tenían los tres títulos en su momento, hacen que incluso en los tiempos que corren la trilogía continúe siendo atractiva a los ojos e, incluso, en más de un momento te tengas que quedar parado observando la épica grandeza de algunos lugares. Además, el lanzamiento también cuenta con una aún elitista opción de jugar en 3D, para aquellos afortunados que se lo puedan permitir.

Pero quizás lo más sorprendente de este juego sea que ahora, después de que nuestras manos hayan pasado por infinitos lanzamientos que toman prestada su mecánica, Las Arenas del Tiempo siga teniendo ese ?algo? que diferencia a los grandes clásicos de los demás (llámalo carisma, inspiración o lo que quieras). Un clásico con mayúsculas muy recomendable (por si existe alguien en la galaxia que no lo conozca).

NOTA FINAL: 7,5
7

/ 10


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