Avance Killzone 3 PS3

Cuando el sufrido desarrollo de Killzone 2 llegó a su fin, Guerrilla se quitó un gran peso de encima. Estaban no solo terminando uno de los desarrollos más laboriosos y presionados de la historia de SCEE, si no que estaban demostrando que podían llegar a superar el hype y las expectativas audiovisuales de una comunidad expectante y de unos cuantos críticos ansiosos por castigar la soberbia. Guerrilla consiguió con honores, superar su propio boceto.

Lo que quedó tras raspar la superficie ya no quedó tan claro. Como experiencia monojugador, Killzone 2 pecaba de tópico y poco ambicioso. Pero en su multijugador se generó un reducto de jugadores y exigente que consiguieron sacar partido a este motor tan sobrecogedor. El talento y la capacidad estaban ahí, desde un primer momento, por lo que la intención de enmienda de Guerrilla parece justificada: ahora toca crear una experiencia redonda desde la base, con la seguridad del aprobado por decreto.

Casi dos años de su publicación original, Killzone sigue siendo por extensión, el juego visualmente más inmersivo y detallista de PS3. Por encima de mover unas texturas a gran resolución o unos modelados espectaculares, el desenfoque del movimiento, las partículas flotantes, la sensación de peso, animaciones de los personajes o la consistencia del escenario son más representativos y espectaculares que cualquier demostración matemática de Crysis. Porque en el fondo, en Killzone domina la dirección de arte ante la tecnología y eso siempre merecerá nuestro aplauso.

Con esta fórmula aprendida, Guerrilla nos presenta una demostración contra una bestia metálica de dimensiones colosales, la cual tendremos que destruir a pie para terminar atacando a sus puntos clave desde las alturas, en un tour de forcé técnico que actualmente solo Playstation 3 podría soportar.

Una increíble bestia de metal, un Dios del horror, que sacude todo un escenario, que mueve con su impulso cada Helgast. Que nos mira con piedad cada vez que nuestros inútiles proyectiles chocan en su caparazón. Aunque en el fondo y aquí es donde Killzone 3 debería sentirse amenazado, dejarse impresionar por su diseño y dimensiones será más sencillo que sucumbir a sus ataques: Guerrilla vuelve a caer en el error de los scripts, de los puntos determinados, de crear una experiencia guionizada pero espectacular en lugar de un combate orgánico y nervioso contra un enemigo real, vivo, menos mortecino. Por eso Killzone 2 funcionó como multijugador y su campaña monojugador pasó a un segundo plano.

Las sensaciones trasmitidas son fáciles de comunicar: Una experiencia visualmente desbordante, como podíamos imaginar. Si Killzone 3 pretende llegar a sus fans y perfeccionar Killzone 2, este es el camino correcto, aunque el potencial tanto de PS3 como del género en 2011 debe aspirar a destruir y revolucionar sus pilares, no en alcanzar el orden corintio.

El resto de pluses en camino, concuerdan con la filosofía evolutiva de esta tercera entrega: control con Move, 3D para los afortunados y un paquete online aún más competitivo, con el modo cooperativo ausente en la tercera entrega y que funciona con plausible normalidad. Quedan dudas de hacia dónde apunta, si de convertirse en un referente revolucionario y una nueva cima o en contentar a su público, ya de por sí fiel y sumiso.

Ficha técnica

Salida: Febrero 2011
Edad (PEGI): +18

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