Según uno de los co-propietarios de Bioware, a los que pertenecen los recientes Dragon Age y Mass Effect, los juegos de rol orientales son siempre la misma experiencia, según comentaba al portal Destructoid: La caída de los JRPG en gran parte se debe a la falta de evolución y la falta de progresión.
Cada entrega se mantiene lo mismo una y otra vez. Cada vez se visten mejor, cada vez se ven más bonitos, pero siguen siendo la misma experiencia”, continúa Zeschuk.
Mi elemento favorito, que me hace gracia cuando lo veo aún ahora, es la broma de algunos de los sistemas de diálogo donde se pregunta al jugador: ¿quieres hacer esto o esto otro, y dices que no. El juego te vuelve a preguntar ¿Quieres hacer esto o esto otro? Y dices que no. ¿Quieres hacer esto o esto otro? Déjame pensar… lo que quieres es que diga que sí. Y esto, por desgracia, es muy cracterístico del JRPG.
Los juegos de Bioware, de corte occidenteal, se caracterizan por un sistema profundo en sus personajes y por motores técnicos concentrados en árboles de decisiones, donde las elecciones que tome el jugador tendrán consecuencias diferentes.