Existen recopilatorios comprensibles o al menos justificables y otros no. Y el caso de este nuevo Silent Hill HD Collection pertenece sin ninguna duda a los segundos. Está claro que la longevidad de esta generación está condicionando la aparición de packs de títulos anteriores con mucha frecuencia. Ejemplos los ha habido a montones: Metal Gear Solid, God of War, Sly Cooper, Ico y Shadow of the Colossus, etcétera. Pero incluso siendo permisivos con ellos, hay ocasiones en la que las compañías se lo trabajan un poco más que otras.
Lo primero que llama la atención (para mal, claro) de esta ?colección de Silent Hill es precisamente eso, que de colección no tiene demasiado. En la recopilación se incluyen simplemente dos entregas, la segunda y la tercera. Algo realmente sorprendente.
Podemos entender, hasta cierto punto, la ausencia del Silent Hill original, por el hecho de ser de PSOne y por lo desfasados que podrían estar hoy en día sus gráficos, pero ¿qué pasa con Silent Hill 4: The Room y Origins? Juegos que, recordemos, si salieron en su día para Xbox y PlayStation 2.
¿Por qué no están en este recopilatorio? Si los rumores son ciertos, Konami lo ha justificado asegurando que ?no son demasiado apreciados por los fans. Una excusa cuento menos bastante pobre.
Pero incluso centrándonos en los dos clásicos del pack, Silent Hill 2 y Silent Hill 3,
nos encontramos con adaptaciones indudablemente desganadas que, no sin razón, han estado rodeadas de una gran polémica en otros mercados. Por un lado, es verdad que los apartados gráficos se han remodelado ligeramente, con una niebla mejor tratada y la pertinente adaptación a la alta definición; pero, por el contrario, también encontramos nuevos doblajes (en inglés, nada de castellano) inferiores a los originales, así como nuevos fallos técnicos en forma de ralentizaciones y algún que otro bug. Aún así, no hay duda de que
no todo es malo en este recopilatorio. Hay una cosa que no lo es: los propios juegos. Tanto Silent Hill 2 como Silent Hill 3 siguen siendo dos aventuras fabulosas, incluso con su control, algo rudimentario para los tiempos que corren. Las dos entregas resultan profundas, terroríficas y muy inteligentes. Como ya sabrán quienes las jugaran en su día,
ambas presentan un desarrollo que mezcla exploración, combates y puzles. Estos últimos, muy heredados del mundo de las aventuras gráficas. En ocasiones resolverlos no es nada sencillo, ni siquiera lógico. Pero es, al igual que sucede con las aventuras gráficas, parte de su encanto. No es que estemos ante dos juegos difíciles, pero sí algo rebuscados en ocasiones.
Igualmente
la banda sonora del juego resulta de lo mejor que escuchamos en la anterior generación. El trabajo del compositor japonés Akira Yamaoka es impresionante y en ocasiones más sobrecogedor que la niebla o los propios monstruos. Igual de destacables que los propios guiones de los títulos, que aún llaman la atención por su complejidad, sus interesantes personales y cuidadas situaciones.
Historias poco frecuentes dentro del sector y mucho más complejas que, por ejemplo, las de Resident Evil, habitualmente llenas de clichés del cine de acción.
Pero aún así, estando ante dos de los mejores juegos de terror que han pasado por nuestras manos,
es difícil recomendar un recopilatorio llevado a cabo con la ley del mínimo esfuerzo. Incluso siendo unos mitómanos de Silent Hill. Más aún después de que la propia Konami haya reeditado todas las entregas clásicas en PlayStation 2 a poco más de seis euros.
NOTA FINAL: 4
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