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Analisis Mass Effect 3 PC

Jueves 08 de Marzo de 2012 por Víctor Junquera
Todos hemos visto aquello de lo que es capaz el Comandante Shepard. Quienes llevamos siguiéndole desde hace cinco años como uno más de la tripulación de la Normandía sabemos que llega la hora del asalto final, pero más que la incertidumbre de si conseguirá o no vencer, lo que más preocupa es si cumplirá o no con las altísimas expectativas. Y hay para todos los gustos, siempre que a algo le toca su fin, nunca lo hará de una forma esperada por todos, más aún cuando sabemos que esta saga se ha transformado tanto de la primera a la segunda entrega. El miedo está ahí, y es normal.

Pero podemos ir anticipando que Mass Effect 3 ha conseguido que determinados aspectos hayan alcanzado un equilibrio, pero a costa de prescindir totalmente de otros. Pero esta vez no se anda con rodeos, y se nota que todo lo que no forma parte de la trama principal es puro atrezzo. Tanto que incluso han añadido un modo de dificultad ?Narrativo?, en el que apenas hay que participar, ni en combates ni diálogos más allá de avanzar y pulsar el gatillo, sólo para aquellos que quieran vivir el espectacular cierre de la trilogía. Pero tampoco es eso lo que queremos. Nos gusta ser Shepard, celebrar sus victorias y sufrir sus derrotas, ganárnoslo todo a pulso, y por eso, cualquier modo normal ya presenta un mayor reto que sus equivalentes de anteriores juegos.

Pero nos gusta jugar, y uno de los mayores miedos ante este asalto final era que no tuviésemos tiempo de explorar a nuestro gusto, de charlar, de intimar con nuestra tripulación,... Y lo habrá. De hecho, tal era la expectativa de no parar de arrasar Segadores que hasta echamos en falta un poco más de acción ?especial? , porque de combates contra grupos armados vamos bien servidos.

Pero sí, no faltarán las muchas áreas relajadas de la Ciudadela, para escuchar y perdernos en conversaciones ajenas, para intervenir, para conversar y buscar misiones secundarias, para comprar y para descubrir, y hasta para bailar. Y aquí es donde viene uno de esos aspectos equilibrados entre Mass Effect y su secuela. La exploración y la personalización son mayores que en ME2, pero no abruman tanto como en el original. Ya no hay tanto por descubrir, aunque sigue siendo una pena no contar con el Mako.

Compramos y personalizamos armas y armaduras y elegimos cuidadosamente las habilidades que asignar a cada miembro del pelotón con árboles de habilidades sencillos, aunque ligeramente más complejos que los de la segunda parte, pero ahora la experiencia la ganamos en tiempo real, y no tras cada misión. Pero basta ya de hablar de lo que todo el mundo puede saber con 10 minutos de demo. Hablemos, no de lo que es Mass Effect 3, sino de lo que representa.
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