Es en los momentos de inseguridad, inestabilidad, donde domina el miedo; cuando sale lo mejor y lo peor de nosotros. Un día sales de por la puerta de casa y nadie te dice si será el último que verás a tus seres queridos. Eso es lo que le ocurre a nuestro protagonista que lucha, en una ciudad devastada y gobernada por la tragedia y el caos, por reencontrarse con su familia. Esa es la trama principal de I am alive, en una ciudad antes conocida, ahora todo es distinto. Cualquier esquina ofrece dolor o incluso la muerte tras ella. ¿Qué haríamos por recuperar lo que más queremos?¿Y si fuese nuestra familia, a quien debemos proteger?
La creación de Ubisoft es un cúmulo de sensaciones, no apta para enfermos del corazón. Tras una introducción y un tutorial que nos ponen en situación y nos instruyen en las tareas básicas de supervivencia, nos sentimos tranquilos e ilusionados por la originalidad que esta obra presenta.
Al poco de estar jugando, comenzamos a darnos cuenta de que no nos encontramos ante un Assassin´s Creed, un Prince of Persia, en que tan sólo debemos estar al tanto de no caer en el agotamiento. I am alive nos posiciona en lo más primitivo del ser humano, donde impera la ley de la selva, la ley del más fuerte. No se trata de conseguir cuanta más munición mejor, no la encontraremos.
El camino correcto para sobrevivir a I am alive consiste en desarrollar la astucia, sacar a la luz nuestro ingenio. Y así se nos instruye desde el comienzo, donde nos enfrentamos a situaciones de tensión, donde nuestros enemigos nos superan en fuerza o número y, a pesar de la rapidez mental que se nos exige, una decisión visceral o precipitada nos guía hacia la vida o la muerte.
No olvidemos que deseamos vivir. En una ciudad devastada, donde todo escasea, la motivación que nos hace seguir en pie esta por encima del hambre o el cansancio.
Debemos vivir, no por nosotros, si no por quienes dependen de nosotros. Podría decirse que esa responsabilidad moral, en parte basada en la bondad y el amor, es la que nos mueve durante el juego. Esto puede recordar, a quien sea seguidor de la serie, al capítulo ocho de la segunda temporada de Walking Dead, en el que nuestro Sheriff da un discurso acerca de velar por el bien de aquellos a cuyo cargo nos encontramos. Esta referencia es muy representativa ya que, durante el juego,
serán varios individuos los que encontremos en nuestro camino y los que nos pondrán a en la situación de elegir qué hacer y cómo llevarlo a cabo. Poco a poco,
lo que se nos presenta como la motivación principal (encontrar a nuestra familia), va quedando un poco en un segundo plano. No por perder importancia, sino por la aparición de situaciones de importancia inmediata o mayor criticidad. Una niña enferma, una mujer siendo violada, una posibilidad de rescate?
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