1. Mundogamers
  2. Analisis
  3. PC

Analisis The Elder Scrolls V Skyrim PC

Jueves 10 de Noviembre de 2011 por Víctor Junquera
Antes de meternos de lleno en este nuevo mundo de fantasía medieval digno de la mejor pluma que Bethesda ha creado para nosotros, tenemos que dejar claros dos puntos importantes. El primero, advertir que Skyrim es inmenso. No sólo sus proporciones son descomunales sino que nos atrapará durante más horas y en más variedad que cualquier otro juego que hayan hecho antes, más grande que cualquier Fallout, y por supuesto más grande que Oblivion. El segundo punto, que dudamos que vaya a desagradar a nadie, es que para este análisis no hemos podido jugar esas 150 o 200 horas que nos gustaría haber empleado pero que, con el tiempo, iremos consiguiendo, así que tenemos que dejar claro que en caso de que este texto pueda no corresponder con la realidad, será porque Skyrim sea incluso mejor, pero nunca peor.

The Elder Scrolls lleva muchos años ya atesorando una buena fama por formar una saga de juegos con una extensión casi inimaginable en el momento en que son lanzados, y no es sólo el tamaño del mapa, sino que nos hablan a través de cada personaje, cada construcción, cada árbol situado concienzudamente y no al azar, donde el detallismo enfermizo nos llevan a una experiencia inmersiva como ninguna. Y aunque el tercero de la saga, Morrowind, siempre haya sido la punta de lanza de los jugadores de PC en cuando a hardcorismo rolero, no ha sido hasta Oblivion cuando, con el salto de la saga a consolas, The Elder Scrolls se ha consolidado como uno de esos ejemplos a seguir a pesar de haber generado controversias por hacer la saga ligeramente más accesible.

Con la quinta entrega, este Skyrim que ansiamos desde el momento en que vimos su primera imagen, lo que ha conseguido Bethesda no es ni una reinvención del género ni se han aferrado a la piedra angular de los RPGs occidentales para mantener su esencia, pero han conseguido que el mundo de Skyrim sea más hostil, como en Morrowind, y no tan, por qué no decirlo, tópico, como en Oblivion, aunque no culparemos al juego sino a lo aparentemente limitado de una fantasía medieval clásica y básica. Skyrim es una región nórdica de Tamriel delimitada por montañas y un océano helado, y entre sus bordes podemos encontrarnos tanto las más escarpadas cordilleras nevadas como verdes bosques, zonas volcánicas o inmensos lagos entre ríos que van a parar a ese mar polar.

Y dentro de toda esa variedad de paisajes, todo, absolutamente todo, es susceptible de ser explorado, y no es poco cuando hablamos de un mapeado que tardaríamos horas en recorrer de esquina a esquina. ¿Y por qué alguien querría simplemente ir de un extremo a otro? Sencillamente porque se puede. Porque Skyrim es una aventura que se deja jugar adaptándose a cada persona, tanto si sólo pretendes hacer la misión principal hasta llegar a ver los créditos como si te es imposible seguir un camino porque te pierdes explorando cada mina, cada ruina o cada pequeña aldea que te cruces. Tanto si eliges la senda del bien como la del mal, como si sencillamente quieres ser un poco travieso, Skyrim nos concederá muchísimas libertades, pero también nos obligará a elegir, a involucrarnos en una de las múltiples tramas que nos abren en este conflicto a gran escala.

Y las comparaciones son odiosas, pero aunque los años han pasado tanto por Oblivion como por nosotros, seguimos manteniendo que a la hora de involucrarnos, éste sólo nos proponía dos de las cinco tramas principales de forma interesante, a saberse, el Gremio de Ladrones y la Hermandad Oscura (Gremio de Asesinos), donde los desarrollos eran más intrincados y nos metían en buenas novelas de misterio, alejándonos un poco del universo medieval típico y tópico que era el buscar al descenciente elegido para evitar un cataclismo. Pero ya os lo hemos dicho, Skyrim es mucho más.
9

/ 10


<< Anterior Siguiente >>