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Analisis Stacking PS1

Lunes 14 de Febrero de 2011 por Manuel Martínez Ortiz
Pocas veces tenemos la ocasión de ver algo que sea muy nuevo y a la vez muy poco pretencioso. Y por eso no podemos hacer otra cosa que quitarnos el sombrero ante Stacking.

Si echas de menos aquellas partidas con tu Nintendo 64 a juegos como Banjo Kazooie o The Legend of Zelda: Ocarina of Time, agradeceras un lanzamiento como este. Seguro que aún recuerdas el mapeado de muchos de los niveles de aquellos juegos como resultado de haberlos recorrido cientos de veces en busca de objetos o novedades e incluso, si tienes buena memoria, sabrás situar exactamente a ciertos personajes y recitar sus diálogos.

La razón es sencilla. En aquellos títulos, al igual que en Stacking, explorar e interactuar con los personajes es algo más que una actividad secundaria, algo más que una opción; es una característica básica pero encubierta, necesaria para que la aventura prosiga su curso con normalidad. Explorar, conocer, interactuar también es parte del juego; una muy importante que muchos desarrolladores parecen haber olvidado en los últimos años.

¿Es Stacking lo mismo que decir ?Tim Schafer lo ha vuelto a hacer?? Sí y no. No es un juego tan profundo como algunas de sus anteriores obras pero sí es cierto que daría para hacer un título más grande. Eso sí, en esta ocasión el creador de clásicos como Monkey Island o Grim Fandango, y de juegos más recientes como Brutal Legend o Costume Quest no estaba solo. Gran parte de la creatividad de Stacking se debe a la mente de Lee Petty, director de arte de Double Fine.

Queríamos contar una historia atractiva y también concentrarnos en crear puzles interesantes. Cuando empecé a diseñar Stacking, sabía que quería hacer una versión contemporánea de un juego clásico. Estaba buscando una forma de destilar la experiencia de juego para conseguir crear una que fuese más cercana y compacta sin perder el encanto y la forma de contar la historia de los juegos de aventuras cláscicos, dijo Patty en una entrevista.

Vi a mi hija jugando con matrioskas y me di cuenta de que sería una forma perfecta para desarrollar una nueva mecánica de juego, condensar la experiencia, y añadir una personalidad única al juego. Las muñecas matrioskas se convirtieron en los verbos, el inventario y los personajes con los que el jugador interactúa para resolver los puzles.

Efectivamente Stacking es un juego completamente cerrado donde todo tiene sentido desde el primer minuto de juego. Controlamos a Charlie Blackmore el hijo menor (y por tanto la pieza más pequeña de una serie de muñecas rusas) de una familia enviada a realizar trabajos forzosos por órden del cruel Barón. Charlie le promete a su madre que encontrará a sus hermanos y a su padre y saldrá en su búsqueda sin titubear.

El quid está en que charlie puede meterse dentro de otras matrioskas, masculinas o femeninas, y controlarlas adoptando diversas habilidades. Algunas de estas habilidades son meramente anecdóticas y tienen como fin el divertimento del jugador, pero otras serán clave para solucionar los enigmas que nos proponen. Por ejemplo, si tenemos que acceder a una sala custodiada por un guardia, podemos adoptar la forma de una hermosa señorita para seducirle o la de un mecánico para entrar por un conducto de ventilación cercano. También hay misiones secundarias como encontrar a varios muñecos de una misma familia o interactuar de una forma concreta con los habitantes del mundo.

Gráficamente está por encima de la media de juegos lanzados en formato descargable y estilísticamente está a otro nivel; siendo completamente original por integrar el concepto sobre el que se trabajó artísticamente en la jugabilidad. La banda sonora utiliza temas de música clásica que encajan perfectamente con la acción pausada de Stacking y con la estética modernista del juego.

Nos ha gustado el hecho de que no intenta explicar al jugador todo lo que tiene que hacer (aunque ofrece guías y pistas) propiciando la exploración, mientras van surgiendo nuevas misiones y pistas. Esta libertad nos invita a conversar y juguetear con las diferentes muñecas rusas que encontramos en el escenario y que regalan momentos de humor brillantes. Stacking es como una caja de muñecos para un niño de los 70. Un videojuego consciente, que entiende lo que significa la palabra ?juego? y que desprende frescura y originalidad en cada uno de sus diseños.

NOTA FINAL: 8.5
8.5

/ 10


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