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Analisis Quantum Theory PS1

Jueves 30 de Septiembre de 2010 por Enrique Luque de Gregorio
Los videojuegos no pasan por un momento tan imaginativo como podrían. Eso es un hecho. Bien sea por presiones comerciales o conformismos creativos (los límites de la tecnología ya no son, como antaño, una excusa) lo cierto es que una y otra vez nos encontramos con las mismas fórmulas jugables, explotadas hasta el infinito. Y esto es algo que afecta especialmente al género de la acción.

Otro hecho indiscutible es que, en su día, Gears of War fue un juego innovador. Quizás no tanto como Tomb Raider o Halo, pero sí dio el pistoletazo de salida a la acción en tercera persona en las consolas actuales. Y el resultado, como no podría ser de otra manera, ha sido el de recibir un gran número de títulos similares al éxito de Epic. A este grupo viene a sumarse ahora, con menos disimulo que ninguno, Quantum Theory.

Pero si criticable es la falta de innovación o de personalidad propia de un proyecto, más aún resulta que éste sea, cuatro años después, bastante peor que el juego a imitar (cualquier que haya probado o pruebe lo nuevo de Tecmo sabrá que no me excedo al utilizar este término).

El argumento de Quantum Theory se lleva a cabo en un marco oscuro, un mundo amenazado por unas misteriosas torres vivientes donde se origina una terrible plaga. Pero a pesar de que el juego cuenta con escenarios cambiantes y, en principio, con una digna variedad de enemigos, al cabo de las horas no se libra de desprender una sensación gris y genérica, tanto en sus diseños como en las previsibles situaciones de las que se compone la aventura. Y más o menos lo mismo sucede con el armamento, dividido en las mismas armas de siempre y algún que otro diseño original tampoco demasiado inspirado.

Además, si recordamos bien, Gears of War tenía un hándicap (entre todas sus virtudes), que se acentuó muchísimo en su segunda parte, y era la pesada movilidad de su protagonista, ya que en ocasiones daba más la impresión de andar manejando a un toro de feria que a un mercenario de élite. Pues bien, Quantum Theory no sólo no se preocupa por solucionar esto último, sino que ofrece un control todavía más lento y tosco que el del juego de Epic. Esto, unido a la linealidad pasillera típica del género, hace que, a pesar de la acción fundamentada en coberturas, el título demuestre demasiado pronto que tiene poco que ofrecer. El único aspecto relativamente original, como adelantábamos hace unas semanas en el avance del lanzamiento, es el personaje femenino de Filena, que durante la aventura sirve para realizar combos y, en esencia, ser lanzada como arma arrojadiza a los enemigos. Pero este punto de frescura en seguida se disuelve en un océano de falta de ideas.

Por si fuera poco, el apartado gráfico tampoco es nada del otro mundo, empezando por un trabajo artístico mediocre. Los personajes, típicos marines musculosos y poco o nada carismáticos, los clónicos escenarios (que no sólo son aburridos sino que cuentan con un colorido patético) o la baja IA de los enemigos y aliados no ayudan en absoluto a engrandecer la insuficiente propuesta.

Así pues, Quantum Theory no sólo es una apuesta conformista y cobarde, sino un juego que en ningún momento oculta su razón de ser: un pobre intento de aprovecharse de un género de moda que ya empieza a saturar demasiado.

NOTA FINAL: 3,5
3

/ 10


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