Hasta ahora, las series de animación y las dos entretenidas superproducciones cinematográficas de
Michael Bay eran de todo cuanto podían presumir los fans de
Transformers. Pero eso ha cambiado. Al fin, de la mano de
Activision, todos sus seguidores tienen la oportunidad de ponerse en la piel de sus robots preferidos en un videojuego que, no sólo es digno de los míticos juguetes creados por Hasbro, sino que también puede considerarse la excepción que confirma la regla: ¿quién dijo que las franquicias de éxito no podían adaptarse como Dios manda a un videojuego?
Transformers: La Guerra por Cybertron es el sueño hecho realidad de cualquier fan. En primer lugar,
el título se divide en dos campañas (o una fragmentada, depende de cómo se mire) que nos permite controlar tanto a los Decepticons como a los Autobots. Unos acontecimientos que siguen un orden determinado: los primeros capítulos obedecen a la conquista de Cybertron por parte de los malvados robots liderados por
Megatrón, mientras que en los siguientes
Optimus Prime y sus heroicos compañeros tienen que rehacer el entuerto y combatir el caos originado previamente. Y ya en este primer punto, el del guión, se demuestra el interés y el esfuerzo con el que los programadores de
High Moon han desarrollado el título.
La historia es original, más o menos interesante (engancha) y sirve a modo de precuela, narrando los acontecimientos sucedidos con anterioridad a que los Autobots y los Decepticons llegasen a la Tierra. Otro aspecto favorable: la oportunidad de ponerse en la piel de los personajes más conocidos de la saga:
Megatron, Barricade, Soundwave, Starscream, Optimus Prime, Ratchet, Bumblebee, etc.
El juego está dividido en misiones (con objetivos secundarios que se van indicando a medida que se avanza) y, antes de cada una, es posible seleccionar entre tres robots diferentes, dependiendo de cada capítulo. Y el cuidado con el que todos estos colosos mecánicos se han diseñado también es digno de mención: cuentan con un aspecto nuevo, pero más cercano a la serie clásica de los ochenta que a las modernas películas de los últimos años.
Pero dejando a un lado los guiños a los fans,
Transformers: La Guerra por Cybertron es igualmente un buen juego.
No una obra maestra, pero sí un lanzamiento notable, que encuentra en su derroche de acción trepidante su mayor atractivo. Para que os hagáis una idea, la jugabilidad viene a ser algo así como un
Gears of War vitaminado y robotizado. Además de poder utilizar un buen número de armas (principales y secundarias), los robots también pueden saltar y mantenerse en el aire, transformarse en vehículo en cualquier momento y utilizar un contundente golpe cuerpo a cuerpo. Todo esto mientras recorremos niveles de aspecto cibernético y gran tamaño.
Vale, en realidad no son tan variado como parecen y sí algo lineales, pero el juego lo camufla con inteligencia. Y lo mismo sucede con la fatiga que, sobre todo después de terminar la primera campaña, la de los Decepticons, empieza a hacer mella. No es más variado que otros exponentes del género, pero sus virtudes permiten que el interés no decaiga. Además, en ciertos momentos los responsables del juego han incluido con acierto algún ?enemigo final?, un tramo de carretera idóneo para recorrer convertido en vehículo o alguna otra sorpresa que, aunque no abundan, dan algo de oxígeno a la fórmula de disparar constantemente y recoger energía y munición. Hay que tener en cuenta que, al no existir la opción de cubrirse (como en el citado
Gears of War, por ejemplo), los combates son mucho más directos, encarnizados -y simples-.
Por otro lado, el juego no solamente ha sido doblado a nuestro idioma, sino que Activision lo ha hecho con una calidad sorprendente.
La profesionalidad de las voces y los ingeniosos comentarios de los personajes (especialmente de los Decepticons) son un complemento más importante de lo que parecen en un principio. Y lo mismo sucede con el multijugador, donde destacan la posibilidad de jugar en cooperativo o el modo Escalada, en el que hay que resistir las continuas envestidas de enemigos.
A nivel técnico, el trabajo también cumple con creces. Al citado gran diseño de los personajes hay que sumarle una ejecución fabulosa, con unas texturas muy bien realizadas y unas animaciones igualmente destacables. No sólo cuando los Transformers pasan de robot a vehículo (o viceversa), sino en general. Resulta curioso ver cómo se mueven automáticamente los mecanismos que forman los personajes mientras caminamos con ellos. Y los niveles gozan de un alto grado de detalle y, sobre todo, de una estética cibernética que ayuda a conseguir esa ambientación futurista y galáctica propia de los muñecos de Hasbro. Sólo leves ralentizacones empañan un poco el conjunto, pero conviene dejar claro que son muy esporádicas y nunca afectan a la jugabilidad (al menos no más de dos o tres segundos).
Transformers: La Guerra por Cybertron es todo un regalo para los fans de estos personajes, que ya venían mereciendo desde hace tiempo un videojuego de calidad. Su ritmo frenético unido al carisma de los protagonistas, correcto guión y adictivo multijugador redondean un gran trabajo que, eso sí, termina por volverse algo repetitivo con el paso de las horas.
Pero aún con sus ?peros? no nos engañemos: ojalá todas las adaptaciones de franquicias de este tipo estuvieran la mitad de cuidadas que ésta. NOTA FINAL: 8
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