Tu amigo recibirá la llamada de una bibliotecaria que le comentará que ya hace 28 días que tendría que haber devuelto unos libros a la biblioteca. Lo peor viene cuando le dice que el tema de esos libros era algo "especial", y que por tanto ha llevado el asunto ante las autoridades pertinentes, para que lo investiguen.
El comienzo de la broma sería algo así (abajo os ponemos un enlace a un ejemplo grabado):
- Hola, ¿que tal? vamos a ver, mire, me llamo Mónica Laguna y le llamo de la biblioteca municipal, de aquí abajo, lo que le quería decir es que usted tiene creo que tres libros todavía de la biblioteca, que nos tendría que haber devuelto. ¿Con quién estoy hablando, por favor?...
Sin duda es una buena broma para gastar a algún amigo que sea estudiante y acostumbre a coger libros de la biblioteca. A muchos de nosotros ya nos resultaría incómoda la situación de tener que explicar que nosotros sí hemos devuelto los libros, o que no los hemos cogido, pero lo realmente embarazoso (y preocupante) es cuando se empiece por la segunda parte de la broma.
Y es que tal como están las cosas, es realmente molesto y preocupante que nos tachen de sospechosos ante las autoridades por usar unos libros en concreto, ¿para qué los quería? ¿con qué objetivo? ¿quien iba a ser la víctima? Eso sí lo podemos avanzar. La víctima es tu amigo, y el culpable tú, por gastarle la broma ;)
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