Avance Brink PS1
Y llegó Brink. Un shooter en una generación agotada por clones y versiones de versiones, en que hasta las compañías con mayor caché, patinan y fracasan. Entonces Splash Damage nos encierra en una sala y nos deja boquiabiertos con conceptos antiguos que rezuman frescura. Con combinaciones estrambóticas de ideas que funcionaron de forma individual, encajadas como un puzzle perfecto. Efectivamente, parece que estamos ante la regeneración de los shooters multijugador.
Brink es la producción más particular del line-up cercano de Bethesda. Un shooter sí, de corte apocalíptico, claro, pero que no se esconde a la hora de mostrar virtuosos cielos soleados, paisajes de ensueño y escenarios diferentes. A la hora de introducirnos en su universo, Splash Damage tampoco se complica: Un lugar en la tierra que preservar tras un devastador cambio climático (El Arca), dos ejércitos enfrentados (la resistencia y las fuerzas del orden) y muchas balas que gastar.
En este contexto (puramente esquemático, una excusa para ponernos en medio del campo de batalla una vez más) se desarrolla el shooter más ágil y frenético que hemos visto en la actual generación, una combinación inteligente del parkour de Mirror's Edge, el componente cinematográfico de Killzone 2 o el aspecto desenfadado en los personajes de Team Fortress 2. Pero lejos de ser un reclamo de éxito, la combinación de piezas dispares es el leit motiv del juego: un fluir natural y orquestado.
La posibilidad de atravesar el escenario de forma orgánica, sin tropezar en cada saliente o cada tubería es la mejora más inteligente introducida en un juego de acción en los últimos años, habitualmente encorsetado en escenarios cuadriculados y continuos estorbos. En los juegos de DICE o Guerrilla, pese a la cuidada puesta a punto en el escenario, cambios de perspectiva y sensación de velocidad o inmersión, nunca sentimos en nuestras manos la energía o precisión de introducirnos a gran velocidad por un conducto minúsculo, saltar una superficie peligrosa o esquivar un elemento sin preparación previa.
Para agilizar nuestro paso, Splash Damage ha concebido el botón ?Smartbutton?, una revolucionaria aplicación que permite movernos libremente por el escenario sin trabas (con saltos y movimientos de evasión automáticos), una perspectiva evolucionada de la habilidad de correr en Call of Duty. No obstante Splash Damage tiene muy en cuenta que ofrecer ayudas frena la posibilidad de dominio al jugador experimentado. Buscando el equilibrio, el equipo ha diseñado un doble sistema de movimiento en el que podremos elegir durante la propia acción si realizar el salto de forma manual (ganando velocidad y ejecución) o con el piloto automático.
Aunque Brink disponga de un hilo narrativo, con personajes y secuencias de vídeo, el modo historia no deja de ser un preámbulo al multijugador. Conscientes de esta posibilidad (por no llamarlo carencia), los jugadores pueden introducirse en la partida offline en cualquier momento de una forma sencilla al más puro estilo Burnout Paradise, mezclando ambas experiencias con un fin: mejorar y potenciar a nuestro personaje.
Configurar nuestro avatar pretende ir mas lejos que los habituales atuendos, rodilleras o coderas en lugares imposibles. Nuestro personaje tendrá un equipo completamente original en el que podremos seleccionar el tipo de munición, capacidad, mirillas especiales, proyectiles alternativos, etc., con el que sentirnos cómodos. También podremos aplicar diferentes habilidades especiales, relacionadas con la velocidad, el apuntado, resistencia, etc.
El apartado visual rezuma personalidad, pese estar delimitado por la pluralidad y la competencia descerebrada del género que representa. Los diseños se aproximan más a un cómic juvenil que a un futuro postapocalíptico en medio de la nada. La paleta de colores, la cuidada expresividad de los personajes, sus movimientos, los va y vienes de la cámara (muy similar al feeling cinematográfico de Killzone) o sus explosivos escenarios ponen un escalón inesperado de distancia en el ridículo combate por ver que compañía crea el mejor efecto de proyección de sangre o el cielo más tormentado.
El trabajo conceptual y la puesta en escena es espectacular. Brink tiene madera de juego del año y las dudas que pueden surgir sobre la estructura de un multijugador online nuevo, quedan disipadas con la dilatada experiencia del estudio tras Enemy Territory. Una nueva franquicia con personalidad que a base de nutrirse de buenas influencias, creará con toda seguridad un nuevo referente.
Ficha técnica
Salida: 2010
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