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Crónica del E3

Jueves 09 de Junio de 2011 por Redacción
Cada año el mundo de los videojuegos se estremece frente al E3 de distintas formas. Como usuarios, nos sorprendemos o decepcionamos con las novedades, pero el atracón de vídeos nos mantiene entretenidos y con quehablares hasta el próximo año. Como periodistas, sufrimos por la falta de tiempo para hacer que todas las últimas noticias estén a un sólo click, y aunque sabemos que muchos envidiaréis que ya hayamos tenido PSVita o Wii U en nuestras manos, que sepamos más del nuevo Halo o que hayamos jugado a los nuevos Uncharted, Gears of War, Assassin's Creed o Resident Evil, sufrimos porque no lo disfrutamos tanto como lo haréis vosotros en los próximos meses.

Pero esto es el E3, es el mismo círculo vicioso de cada año que cada uno vive de una forma, y aunque no os vayamos a contar qué hacíamos durante cada conferencia, sí que venimos a decir qué nos ha parecido la actuación de cada compañía en la feria de Los Angeles que hoy termina.

La opinión de Alejandro Pascual


Por empezar en orden, no es que la conferencia de Microsoft fuera floja, es que era la consecuencia de las acciones que plantearon dos años atrás. Y ahora que no se lleva tanto eso del sensor de movimiento, es el momento en el que la compañía está apostando más fuerte. Y, de nuevo, el motivo es hacer caso a los usuarios, que ante la pregunta de ¿Qué hacer con Kinect? se obtuvo como respuesta: Utilizarlo en los juegos hardcore. Los juegos hardcore son lo que son. Los juegos casual también. Y los creativos de Kinect deberían formatear sus ideas y hacer algo distinto con un dispositivo que es distinto. O no hacer nada. Los controles de combate de Mass Effect con Kinect ya los teníamos en la primera Xbox con Rainbow Six y su granada cegadora. ¿De verdad necesitamos Kinect entonces teniendo un headset?

Por otro lado, está bien que uno se centre en juegos de terceros, y darles algo de cancha. Y está bien, como ha declarado la propia Microsoft, crear secuelas, porque a la gente les gustan. Pero no hace falta darles tanta cancha en un evento donde la sensación de que te pongan un vídeo jugable y no tener ni idea de qué es, es inigualable. Cada uno de sus juegos fue una secuencia lógica de Ah, esto es el nuevo Forza. Ah, este el nuevo Halo. La conclusión que cualquiera podría sacar, entonces, es que las nuevas ideas sólo vienen con cada nueva generación. Y no debería ser así.

Y tampoco es que Sony se haya diferenciado de la competencia por la originalidad de lo presentado para su PlayStation 3, pero, al menos, lleva dos años intentando dar un valor añadido a sus productos. A parte de nuevos mapas, o trajes o compatibilidad con Move, se agradece el bis a bis que está teniendo con algunas compañías para sacar algo distinto como el Dust 514 de CCP. En cuanto a su catálogo formal, Uncharted 3 será un buen juego, pero no sorprenderá tanto a sus fans como el segundo y Resistance 3 parecía algo mareado. Dentro de la cantidad de obras remasterizadas de PS2, sorprende ver ICO y Shadow of the Colossus apostando por el 3D, y más la compañía, para bien, intentando dar soluciones económicamente competitivas con un televisor 3D interesante (si la conversión dólar-euro se mantiene).

Claro que el ojito derecho de la compañía era la nueva portátil, PS Vita, que aún sigue haciéndose algo raro el nombre. A parte del terco interés por hacernos jugar de forma accesible a juegos que ya lo son (no hay nada más fácil que saltar en Uncharted, por favor), la máquina pasó la prueba donde siempre perdía Sony: el precio. Y todos los que pensaban que el cacharro costaría 500? se quedaron boquiabiertos. Lógico, si pensamos que todo lo que lanzaba Sony siempre tenía que estar relacionado con el lujo. Por supuesto, todas las franquicias ultra-conocidas estarán ahí, pero esperamos que la máquina sepa diferenciarse de su hermana mayor con su catálogo propio, o correrá la misma suerte que PSP, viendo cómo su mejor catálogo se mudaba a PS2 y PS3. Sólo necesita un poco de fe y un sistema anti-pirateo algo más molesto.

Pero Nintendo mostrando la nueva consola es el momento a recordar de este E3. Lógico, quien presenta la consola más grande se lleva el gato al agua, y si partimos por esa base, en teoría, Nintendo habría sido la ganadora de este E3, si es que hay algún ganador.

Aniversarios aparte, que cumplen su función de dar emotividad, Nintendo 3DS ocupó la primera mitad de la conferencia haciendo lo que tenía que hacer pero poco más. ¿Que si nos parece poco un Zelda a la vuelta de la esquina, un Mario Kart, un Mario 3DS, un Luigi's Mansion 2, un Kid Icarus, un Star Fox 64 3DS y un lejano Smash Bros.? ¿Estamos locos? Debemos estarlo, pero aunque es un catálogo llamativo, se echa de menos que la gran familia de personajes de Nintendo se amplíe con alguno más. Y no nos referimos a Kirby, Pikmin o Metroid, sino a algo nuevo de verdad. Es lo mismo que exigimos a las otras compañías. Y si el concepto de más profundo y más amplio que explicaba Iwata al presentar su nueva consola es cierto, podían comenzar dando ejemplo en la pequeña de Nintendo con algo fresco pensado (y no adaptado) a las posibilidades de 3DS.

Ahora sí, Wii U, que no uWii (sería demasiado obvio), se muestra, o no. Durante toda la conferencia, nuestros ojos buscaban tanto por el escenario como por las pantallas donde estaba la consola de Nintendo, a parte del mando en sí. Es cierto, al fin y al cabo, no es más que un trasto y tiene que estar escondido como las torres de un PC de sobremesa, pero se perdió el impacto de un presidente de una compañía levantando la consola como una copa. Por lo mucho comentado, queda cristalino que la potencia gráfica y la suavidad se ve reflejada perfectamente en el nuevo mando y su pantalla de 6,2 pulgadas. Y ese Zelda que ni se nombró en la conferencia es lo que todos los nintenderos llevaban esperando ver cinco años, ya que de todos sus juegos es el que más se puede aprovechar de una potencia gráfica mayor. Pero lo cierto es que, por mucho que se habló de ella, las conclusiones que podemos sacar hasta no ver algo tangible son las siguientes: que el próximo Wii Party será muy divertido, que las terceras se están frotando las manos con todos los refritos de juegos ya lanzados que van a sacar y que los gráficos están a la altura de lo esperado, si no más. Pero la gran duda no se resolverá hasta dentro de un par de años. ¿Qué ocurrirá cuando llega la próxima generación? ¿Será su valor añadido lo suficiente como para volver a competir contra las próximas consolas (tecnológicamente hablando)? ¿Está Nintendo siguiendo la línea de Apple de sacar más hardware en menos tiempo? No cabe duda de que, a falta de originalidad y competición en el software, será el hardware quien tome el relevo.

La opinión de Enrique Luque de Gregorio


Menuda decepción de E3, ¿no? Bueno, tal vez no haya sido así del todo. Me explico, en lugar de arremeter contra Sony, Nintendo, Microsoft y demás familia por no haber ofrecido nada que no se esperara (¿alguien pensaba que no habría Halo 4? Claro que no, igual que nadie duda que se anunciará God of War 4, antes o después) y por haber continuado la política simplona, comercial y previsible de los últimos años, reconoceré mi culpa. Sí, porque la he tenido. He pecado de optimista. De verdad pensaba que este año íbamos a ver cosas nuevas o emocionantes. Pero ahora que lo pienso ¿qué demonios me había incitado a mí a pensar eso? Ni idea. Las compañías a lo suyo, claro. Triple ración de secuelitis, como dice Alejandro Pascual, y poco más. Eso sí, todos han hecho los deberes como se esperaba. Microsoft apostando un poco por Kinect (posiblemente mientras perfilan la estrategia de su próxima consola), Sony demostrando que PS Vita (horrible nombre donde los haya) puede competir con 3DS, y sobre todo con los smart phones, y Nintendo inventando. ¿El qué? Todavía no me ha quedado muy claro, pero cuando se hace de la innovación una exigencia continua para enfrentarse a la competencia, se corre un gran riesgo. A ver qué pasa…

La opinión de Víctor Junquera


Pasaban los días y lo más impactante del pre-E3 era que en pocos meses podremos disfrutar de la saga Zone of Enders y de los Metal Gear Solid de PS2 en alta definición en esas HD Collections tan atractivas y tan de moda últimamente. Juegos de la generación anterior como mayor atractivo en ésta... Algo falla. Y que pasen las horas y ver que cada E3 es más americano aún, y que ésto, señores, no se hace por contentar al grueso de jugadores, sino para vender más aún, y lo más normal es que, como bien han hecho todas las compañías intenten atraer al mayor público posible, desde el padre desesperado que le compraría Kinect a su hijo para que se entretenga recorriendo DisneyLand hasta el jugador de toda la vida que comprará PS Vita el primer día sólo para disfrutar de un nuevo WipeOut.

Y así lo han hecho todas las compañías en sus respectivas conferencias. Microsoft promete exclusivas temporales para Modern Warfare 3, un Halo 4 que de momento deja más frío que otra cosa, y un aluvión de ¿nuevas? posibilidades para Kinect, desde juegos de Barrio Sésamo y Disney a opciones adicionales para Mass Effect, Ghost Recon, Forza y Fable, pero por mucho que se empeñen en camuflarlo, siguen siendo minijuegos, opciones ya existentes o juegos sobre raíles, y nosotros, seguimos esperando esos títulos hardcore que hagan que Kinect merezca la pena de verdad.

Escasez absoluta de originalidad y nuevas licencias por parte de todas, el regreso de sagas que pasan sin pena ni gloria, una nueva orientación del mercado dirigida a exprimir el bolsillo del usuario a cuentagotas con una excusa social,... Si no fuese porque varias de las secuelas mostradas prometen ser realmente interesantes por cerrar líneas argumentales, el próximo año pintaría muy, muy negro.

Y Sony emplea su tiempo en bailar a medio camino entre Microsoft y Nintendo, con sus propias exclusivas, mostrando una vez más su espectacular catálogo de exclusivas, aunque de nuevo, sin licencias originales para el jugador habitual, dejando lo nuevo para intentar sorprender con PSMove, sinceramente, en vano, y sorprendiendo de verdad al mundo con el inesperado precio de PSVita, que iguala al de 3DS ofreciendo aparentemente mucho más, aunque sin la supuesta revolución tecnológica. Como toda nueva consola, probablemente tarde en arrancar hasta que se forme un catálogo lleno de exclusivas originales y de entregas de sagas que todo el mundo quiere. Y la verdad, esperaba que alguien anunciase un Gran Turismo para PSV que tardásemos seis años en ver.

Y aunque intentaron que fuese su estandarte, también faltó originalidad en la presentación de Nintendo. 3DS rellena poco a poco su catálogo futuro con las sagas de siempre, e incluso sagas no tan de siempre como Luigi's Mansion, pero en poco más de un año, DS ya nos había dado originales títulos memorables como Meteos o auténticas vueltas de tuerca a sagas como Kirby, mientras que 3DS nos ofrece un más de lo mismo, pero en 3D. Aunque una cosa no quita la otra, los planes de un Smash Bros para 3DS me hacen salivar como a un niño frente a una pastelería.

Smash Bros que, por cierto, estará también en la nueva Nintendo Wii U, que tras el jarro de agua fría que supuso su presentación, vamos asimilando poco a poco que Nintendo quiere reinar de un plumazo en el mercado de las consolas, en el de los tablets y dispositivos móviles, y de paso, mejorar su experiencia presente tan apetecible para el tipo de jugadores que nunca entenderé, que se sienten atraídos por la idea de hacer ejercicio en casa frente a una pantalla.

Lo malo es que con todo el revuelo de Wii U, su infinidad de posibilidades por explotar y la incertidumbre de si su potencia significa una generación superior a la de PS3 y 360 o no, poca gente ya se acuerda de Zelda: Skyward Sword, con la buena pinta que tiene a pesar de ser, otra vez, más de lo mismo.

A pesar de la cantidad de novedades-no-novedades (término pensado sobre la marcha pero muy fácil de entender: juego nuevo que no aporta nada), se echan en falta varios de esos regresos que hacen que un E3 se estremezca de verdad. Porque un nuevo Halo, un nuevo Uncharted o un nuevo Mario Kart, a estas alturas, poco significan. Pero diré cuatro nombres, cuatro ausencias, uno por plataforma y uno común, que habrían puesto patas arriba todo Los Ángeles: echamos en falta Alan Wake 2, The Last Guardian, Smash Bros y, sobre todo, Grand Theft Auto V.
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