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100 mejores juegos de la década (75-51)

Martes 15 de Diciembre de 2009 por Redacción
75 ? Operation Flashpoint: Cold War Crisis (2001, PC): Muchos fueron los shooters tácticos publicados a posteriori (incluido el mismísimo ArmA II, también de Bohemia Interactive), pero ninguno fue tan pretencioso y vanguardista como este juego, exclusivo durante años para PC, que se atrevió a presentar un esquema de juego tan realista, exigente y casi suicida. Si buscásemos hardcore en la enciclopedia de los FPS, Cold War Crisis debería ser imagen de ilustración.

74? Pikmin (2002, Game Cube): Un pequeño explorador especial cae en un planeta remoto con la necesidad de reparar su nave. Para encontrar las piezas en esta localización hostil, necesitará ayudarse de unos animales/planta llamados Pikmin, de tamaño microscópico, letales y muy prácticos en grupo, además de inteligentes y fieles. Shigeru Miyamoto, tras dejar de lado la programación y antes de ocupar el puesto de visionario/gurú dentro de Nintendo, dejó para el recuerdo este inimitable juego de estrategia carismático, gráficamente intachable y rebosante de grandes ideas. Puro Nintendo.

73 ? Amplitude (2003, Playstation 2): Antes de que Harmonix tuviese un atracón de éxito con la franquicia Guitar Hero, lanzaron dos joyas experimentales y de accesibilidad 'arcadiana' para PS2, Frequency y Amplitude. Dos juegos que afinaban nuestro sentido del ritmo, ofrecían un tema descompuesto en hilos sonoros (batería, voz, guitarra, etc.) y re-inventaron el aporreo de botones sobre un pad de PS2 por su forma de comprender y desmenuzar el sonido. Indescriptible si no se disfruta en primera persona.

72 ? Mafia (2002, PC): El juego que demuestra que lo único que necesitas tener en un sandbox, copies lo que copies, o sean cuales sean tus inspiraciones, es personalidad. La ambientación, caracterización de personajes y guión deliciosamente enmarañado dejan a su secuela aún inédita, con mucho que demostrar.

71 ? Perfect Dark (2000, Nintendo 64): Superar Goldeneye era imposible porque desde el lanzamiento del clásico sobre 007, a Nintendo 64 le pesó su ya desfasada tecnología, a Rare los años y el mercado no era el mismo que el de 1997 (disponibles en las tiendas Half-Life, Quake III Arena, Unreal o Counter-Strike), pero la compañía que consiguió quitarnos el mito de los juegos sobre películas y las posibilidades de un FPS más allá de avanza y extermina consiguieron dejarnos boquiabiertos por segunda ocasión con el frío futuro de Joanna Dark, la multinacional dataDyne, personajes como Elvis el extra-terrestre o misiones como la del Air Force One. 70 ? Silent Hill 2 (2001, PS2): Tras una primera parte que tomaba como punto de partida el terror japonés (después comercializado como terror psicológico) y terminaba por hacer metáforas deconstructivistas, Silent Hill 2 destacó por proponer una historia de búsqueda interior, por sus interminables alusiones al arte del siglo XX (desde las pinturas de Francis Bacon, la narrativa de J.G. Ballard, o el encanto subliminal de David Lynch) y su deslumbrante apartado técnico, presentando expresiones faciales y efectos de luz adelantados a su tiempo.

69 ? Forza Motorsport 2 (2007, Xbox 360): Muchos shooters o RPGs online buscan una comunidad y un perfil de jugador fiel y entregado. Turn 10 lo consiguió a base de ofrecer opciones y organizar campeonatos y concursos...con un 'simple' juego de carreras. Cimentó las bases de su impoluta tercera entrega y ofreció en 2007 el máximo exponente de conducción realista y exigente, todo ello sin renunciar jamás a los 60 fps, imprescindibles para un juego de coches que busca la excelencia.

68 - Lost Odyssey (2008, Xbox 360): Sencillamente, el juego de rol japonés que nos hizo creer que el género no estaba muerto. No era lo más innovador en cuanto a concepto (si es que acaso leer obras maestras de la literatura en miniatura no te lo parece), pero poseía dos cosas fundamentales: carisma y una ?nueva sangre?. Con tanto refrito de títulos durante la última década, fue un soplo de aire fresco a una odisea perdida de antemano.

67 ? Lumines (2004, PSP): Tetsuya Mizuguchi, uno de los nombres clave para los que entiendan el videojuego como arte (director de Rez o Sega Rally) publicó tras su ruptura con Sega nada más y nada menos que un puzzle, uno de los géneros más sencillos y de particular pureza dentro de este hobby. ¿El resultado? El esperado, todo un ejercicio de estilo y condescendencia con la propia industria. Su excelencia visual y sonora tratándose de un juego de Mizuguchi, directamente, se da por sentada, un videojuego extremo.

66 - Fire Emblem Radiant Dawn (2008, Wii): Aunque en Europa los FE se dieron a conocer gracias a la segunda entrega para GBA (previamente tras haber tanteado terreno incluyendo varios personajes en Super Smash Bros. Melee) no fue hasta este décimo capítulo en el que la franquicia alcanzó la excelencia. Esquema de guerra táctica por turnos en el que cada personaje tiene un nombre propio, donde si perecen no habrá una segunda oportunidad para ellos, consigue una particular épica medieval mezclada con universos anime. Un juego no apto para primerizos (todo lo contrario a las entregas portátiles) pero que sabe recompensar al fan con 10 tazas de lo que desea en todo momento. 65 ? Ninja Gaiden (2004, Xbox): La ambición de Tecmo está por encima del lucimiento de senos y muñecas hinchables Ninja. Este renacimiento para Xbox ofrecía una experiencia de juego nerviosa, un mundo a explorar denso y un apartado gráfico más propio de una CGI pre-renderizada que de un arcade con tropecientos enemigos en pantalla, espectaculares efectos y una fluidez de ensueño. Su hipertrofiada secuela cumple con creces en lo jugable pero decepciona en ambición y tamaño.

64 ? The Legend of Zelda: The Wind Waker (2003, Game Cube): El link 'adulto' que Nintendo presentó en el Space World del año 2000 aún levanta sarpullidos a los que esperasen un Ocarina of Time II, pero este complejo y fascinante trabajo de armonía visual, mundo compacto y coherencia narrativa aún puede presumir de ser el Zelda más preciosista y que mejor ha envejecido de la historia. Lástima los interminables paseos en barco y el desarrollo a contrarreloj que obligó a Nintendo a terminar antes de tiempo uno de los universos más mágicos y recuperables de esta longeva franquicia.

63 ? Dead Rising (2006, Xbox 360): Capcom ha rozado la comedia zombie con cada entrega más disparatada que la anterior de Resident Evil o Dino Crisis, pero nunca hasta Dead Rising se consiguió un paso tan firme entre el holocausto bien intencionado y la acción extravagante. Las posibilidades de un centro comercial en el que prácticamente podremos interactuar con el 100% de sus objetos , su dificultad no apta para cardíacos y atmósfera cargada de tensión nos obligaba a tomar con cautela cada decisión. Todo mientras atropellábamos a zombies con carritos de la compra mortales o vamos disfrazos de mujer: un clásico por méritos propios.

62 ? Dotstream (2006, sólo Japón, GBA): Minimalismo y abstracción absoluta para un juego de carreras entre líneas de colores. Dotstream desarrolla en ti una obsesión por las diagonales y la angulación propia de un delineante, en el que un milímetro se transforma en una distancia inabarcable si cometemos un descuido involuntario, el más accesible y perfecto de esa colección exclusiva en Japón conocida como Bit Generations.

61 ? Yakuza (2006, Playstation 2): Si Shenmue te pareció aburrido, lento y tedioso pero aún así supiste apreciar sus virtudes, has de saber que SEGA retrocedió en innovación con Yakuza para crear un mundo más contenido y manejable, es decir, un videojuego más videojuego. Protagonizado por un mafioso de traje blanco que camina por la línea moral que separa lo que está bien de lo que está mal, a pesar de que, en el fondo, se intuye su buen corazón. Los combos, un guión rebosante de humor negro y la estimulante sensación de aplastar caras enemigas con zapatos de piel de serpiente, lo convierten en uno de los últimos grandes títulos lanzados durante el ocaso de PS2. 60 ? Geomtry Wars: Retro Evolved (2005, Xbox Live Arcade): Incluido como huevo de pascua en Project Gotham Racing 2 y después habitual de la saga de Bizarre, se trata del arcade más explosivo y reseñable jamás publicado en un XLA. Sobrevive en un infierno goemétrico con la sencillez de Asteroids en una sobredosis de tripe entre luces gamma y explosiones de neón. Tan deslumbrante como Space Giraffe pero infinitamente más jugable, el concepto ?Live Arcade? en su máxima expresión.

59 ? Jet Set Radio (2000, Dreamcast): La Sega más vanguardista se nutre de todo un movimiento tan relacionado con el propio 2000 que casi puede considerarse un patrón cultural. Electro-Hip-hop nipón, rollers que llenan la ciudad de graffitis, policias desdibujados hasta la parodia e ínfulas de pasión y libertad adolescente. Hace 9 años nos impactó gracias a su aspecto visual sacado de una pintada callejera, pero seguirá vivo por toda la eternidad gracias a su carisma y potencial.

58 ? Advance Wars (2001, Game Boy Advance): Estrategia militar de juguete para quizás el mayor logro de todos los tiempos para Intelligent System. Famicom Wars renació en el 2001 en un cuidadísimo juego de estrategia que obligaba a comprar una GBA sólo por su frescura y acción directa: gracias, Nintendo,las colas para el autobús nunca habían desarrollado nuestras estrategias sobre el campo de batalla hasta su lanzamiento.

57 ? Star Wars: Caballeros de la Antigua República (2003, Xbox, PC): Un RPG de Star Wars por BioWare, con dilatada experiencia en juegos de grotesca densidad como Neverwinter Nights o Baldur's Gate, ambientado 4.000 años antes de la epopeya de Luke Skywalker. Sistema de combate activo en el que los combates falsamente por turnos se solapaban con la acción en pantalla en tiempo real. Ah, y por supuesto, todo el encanto de los jedis, espadas láser, naves del imperio y generales Sith en uno de los juegos más injustamente infravalorados dentro del rol occidental.

56 - Samba de Amigo (2000, Dreamcast): Existen dos clases de jugadores: los que cuando escuchan el nombre de Yuji Naka se entristecen recordando como arrastró a su Sonic hasta el inframundo con la llegada de las 3D o los que nos emocionamos recordando conceptos rompedores como Let's Tap, Chu Chu Rocket o este irrepetible Samba de Amigo, que transformó nuestra Dreamcast y vida social en una fiesta continua a ritmo de samba con el mejor periférico de todos los tiempos: un par de maracas. Bueno, siendo sinceros, el Tequila siempre ayudó a su exasperante falta de precisión. 55 - No More Heroes (2008, Wii): No hay nada más extravagante que un Japónes obsesionado por la cultura occidental. El igualmente genial Killer 7 nos insinuó dónde coño tiene la cabeza Suda 51, pero con esta historia sobre un jóven pajillero lector de manga que consigue una katana laser por eBay, cargada de referencias occidentales y un tributo a El Topo de Alejandro Jodorowsky, consiguió convencer a nuestro cerebro que los límites de la razón aún estaban lejos de nuestro alcance. Un auténtico y genuino videojuego de culto.

54 ? Phantasy Star Online (2000, Dreamcast): Un módem de 56kb, un mundo tan limitado como coherente con sus propias reglas (sustituyendo grandes ciudades por lobbys diminutos pero muy aparentes) en los que Sega nos ofreció la posibilidad de personalizarnos, un sistema de chat sencillo y funcional más un buen sistema de niveles y evolución empírica. Como respuesta, le ofrecimos una comunidad aún viva tras la muerte oficial de los servidores y amor incondincional. El último adiós, que congregó a cientos de jugadores de nuevo con sus polvorientas Dreamcast, fue una de las más sinceras y emotivas despedidas que los verdaderos fans de Sega podían ofrecer a ese milagroso lector de GD-Roms de color blanco.

53 ? The Elder's Scrolls III: Morrowind (2002, Xbox, PC): Puede que los más novatos no lo sepan, pero antes de Oblivion estaba Morrowind: Su gran problema, el envejecimiento prematuro. Como muchos otros juegos de la época comparándola con sus entregas posteriores hace pensar que todo salto técnico viene de la mano de un sacrificio en los demás ámbitos. Morrowind es la anciana sabia de Bethesda: es más grande, más profundo y con más opciones, pero su época de esplendor ya ha pasado. Que descanse ahora con los reyes.

52 ? The Legend of Zelda: Majora's Mask (2000, Nintendo 64): La Luna se cae, y tienes tres días para evitarlo... Uno de esos juegos que exprimía el potencial de Nintendo 64 hasta el punto de requerir Expansion Pak y el primer Zelda que lejos de ofrecernos una historia llena de epicidad y momentos memorables, nos llevó a una pesadilla contrarreloj con un Link crononauta y metamórfico gracias a las posibilidades de transformación de las diferentes máscaras. Tras Ocarina of Time, consagrado de forma unánime como ?el mejor videojuego de la historia?, cualquier Zelda posterior no aguantaría una comparación por lo que Nintendo actuó de forma inteligente: crear un juego con tanta personalidad y potencial que seguro, seguro, no se volverá a repetir jamás.

51 ? Braid (2008, Xbox Live Arcade): Nunca algo tan pequeño fue capaz de concentrar tanto. Braid es un cuadro expresionista donde se junta la filosofía del videojuego con los relatos más introspectivos de la condición humana más miserable. Como todo lo bueno, es esa joya que te muestra todo su brillo para luego hacerse a un lado, sin pedir más atenciones que las de aquellos pocos que son capaces de entenderlo.
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