Rockstars & Videogames

Músicos protagonizando videojuegos, una extraña circunstancia que se ha dado unas cuantas veces y que ha provocado cómicos entuertos en cuanto a la calidad del producto final. Hoy queremos enseñaros algunos ejemplos, pero a lo largo de próximas ediciones me gustaría mostraros algunas cosas más curiosa y extrañas: las hay aunque parezca mentira. Para ir calentando motores, hoy voy a hablaros de juegos protagonizados por Motörhead, Queen y Michael Jackson, el Rey del Pop.

Kaitu Software nos trajo en 1990 un beat'em'up tan políticamente incorrecto que el mundo ha parecido olvidarlo y obviarlo en sus ludotecas. Con el mismo nombre de la banda protagonista, controlábamos a Lemmy para recorrer a mamporrazos de guitarra, puños y escupitajos de fuego a una serie de pantallas y bonus en los que veríamos cosas realmente grotescas y muy heavys, valga la redundancia. El primer nivel nos invitaba a pegar palizas a los raperos que aparecen por nuestro camino, una mecánica que se repetiría a lo largo de los siguientes niveles variando escenarios y objetivos: cantantes de country, nipones cantantes de karaoke, skin heads random, hippies o consumidores de ácido en raves serían algunos de los variopintos enemigos a lo largo de sus niveles. El último decorado tiene carteles anunciando la venta de cristal: un genuino locurón.



Los bonus también están a la altura del resto del software: ingesta brutal de cervezas, recaptar groupies a la salida de un local de country, comer sushi hasta vomitar (no muy heavy, la verdad), matar hippies a pedradas o destrozar una habitación de hotel lo más rápido posible. El final se resume en un concierto de Motörhead en el que los seguidores no han sabido, probablemente, del repartimiento de justicia impartido por el bueno de Lemmy antes de ponerse a cantar: un héroe del heavy metal, vamos. Seamos francos, amigos y amigas: no es un gran beat'em'up, pero resulta curioso ver algo tan genuino e irrepetible dados los tiempos que corren. El ejemplo más reciente, Brutal Legend de EA hace dos años, es un capítulo de los Teletubbies comparado con el título del que os hablo. Motörhead nos volvió a demostrar, una vez más, que pueden llegar a ser más heavies que satanás en cualquier puto ambito audiovisual. Bien por ellos.

Datado de 1998 con lanzamiento exclusivo en PC, The eYe nos presenta un mundo futurista en el que la opresión impide a la humanidad tener sus propios gustos y en el que la cultura está controlada por un ente llamado The eYe... Un rollo 1984, para entendernos. Dicho ente controla a la humanidad y suprime cualquier tipo de expresión artística u opinión discordante que pueda alterar el orden establecido por las altas esferas bajo una sencilla y simple norma: la diferenciación es sinónimo de muerte.

Controlaremos a Dubroc, un tipo que descubre por casualidad unos discos de Queen que al escucharlos cambia la concepción del mundo en el que vive y le obliga a hacerse preguntas sobre su entorno y realidad. Al descubrir sus intenciones del protagonista, The eYe lo encierra y comienza la aventura. Pues a partir de aquí, y dejando de lado la música, claro, la obra deja de ser interesante en cualquier apartado.

Cinco discos acompañaban a una aventura tridimesional con fondos pre-renderizados que componían un collage visual harto horrible a pesar del año en el que salió a la venta. La culpa del desaguisado, sin duda, la tienen los modelados de los personajes, que no estaban a la altura de los cánones establecidos a finales de los 90 en PC. Para colmo, la jugabilidad también era sumamente discutible: incontrolable en muchas ocasiones y con algunos añadidos de puzles francamente confusos y harto difíciles de descifrar por culpa del propio desarrollo.

Fue desarrollado por una empresa llamada Destination Desing. Como podréis adivinar, no, no tuvieron mucha suerte con sus desarrollos más allá de la presente colaboración con Electronic Arts: se pusieron a los mandos del desarrollo de Sim City 2000 para Game Boy Advance en el año 2004 y desde entonces se les ha perdido la pista: nada más parecen haber programado sus programadores. Electronic Arts, de hecho, no parece haber querido retomar la aventura con Queen de ninguna otra manera, y si bien pudimos disfrutar de un Rock Band increíble con The Beattles, sobre Queen no pareció escucharse nada de nada. Una lástima que el proyecto no saliese bien: se ve a todas luces de que la empresa canadiense pretendía hacer un auténtico hit, pero a la hora de la verdad todo se torció.
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