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Homenajes folloneros de hoy, ayer y siempre

Sábado 12 de Septiembre de 2015 por Toni Piedrabuena

Homenajes folloneros de hoy, ayer y siempre Los homenajes en videojuegos son habituales desde hace muchos años, es evidente, pero no siempre son buenrolleros y amistosos: los más locos no han dudado en atacar a sus competidoras sin ninguna vergüenza para dibujar sonrisas en las caras de sus seguidores más acérrimos y levantar ampollas en la competencia y sus fans. Ni están todos los que son ni son todos los que están, pero la presente selección de homenajes folloneros es una radiografía clara de humor con mala leche por parte de algunas firmas como Square, SNK, Capcom, Monolith, Lionhead o Rare, que cuando querían se las gastaban con mala saña para echarse unas risas a costa de la competencia.

Link y las tumbas

La leyenda de Hyrule ha estado muy presente en muchos homenajes dentro de otros videojuegos, y muchos de ellos, claro, han sido con todo el cariño y buenas intenciones, pero no siempre ha sido así: Link, el protagonista de The Legend of Zelda ha aparecido bajo tierra en varias ocasiones y lejos del seno protector de la empresa de Kyoto. Repasemos un par. 

La más célebre, sin duda, es la acaecida en el primer Final Fantasy. Si vamos a Elfheim y buscamos la tienda del mago blanco, podremos ver a su derecha tres tumbas. Mientras que ninguna de ellas parece digna de mención, una de ellas reza “Here lies Erdrick 837 – 866 R.I.P.”. ¿Quién es el tal Erdrick? Ni más ni menos que el legendario héroe de la primera trilogía de Dragon Quest de Enix, la más ferviente competencia de Square y Final Fantasy desde su nacimiento en 1987. La cuestión es que el primer título de la serie es relanzado en PSX y PSP muchos años después y se decidiría cambiar el nombre de la tumba por el de Link, quedando en un “Here lies Link”Es broma, sí, pero lo dicen.

 

 

Cambiamos de siglo: Fable III tiene un cementerio plagadito de tumbas en las que hay bromas para todo el equipo de producción de la obra y algunos chistes privados que seguro habrán quedado entre los desarrolladores, pero en una podemos leer una escritura que dice “¡Es peligroso ir solo! ¡Toma esto!” y al cavar la tumba (un acto digno del Rey de Albión, desde luego) obtenemos una espada de juguete. Se trata de un guiño a los primeros compases del primer The Legend of Zelda en el que nos entregaban la espada antes de comenzar la aventura con esa advertencia. Encontrárselo en una tumba es como... 

 

 

Volviendo a Square: en su magnífico e inédito en nuestro país Super Mario RPG de Super Nintendo, podíamos encontrar a Link durmiendo (¿?) en una cama. Lo surrealista del asunto es que no se despertará bajo ningún concepto, aunque saltemos encima suyo o le hagamos otras maldades durante el sueño del héroe... ¿Está muerto? Por mucha ZZZ que salga, no lo descarten.

 

 

Earthworm Jim y Sonic en DKC 2

 

Donkey Kong Country supuso una revolución en Super Nintendo. La obra de Rare, de hecho, es la más vendida de la historia del “Cerebro de la bestia”. La secuela de las primitiva aventuras no tardaría en llegar con Dixie Kong acompañando a Diddy, que se convertiría en el héroe tras el rapto de Donkey Kong. 

 

En uno de los finales del juego y dependiendo del total de monedas que consigamos al completar la aventura, Cranky nos situará en un podio con otras estrellas de Nintendo. En caso de no entrar en ninguno de los tres cajones, las posiciones serán ocupadas, en orden, por Mario, Yoshi y Link, pero eso no es importante en el artículo que nos ocupa: la maravilla del guiño reside en la parte inferior derecha: vemos un cubo de basura, unas zapatillas y una pistola junto a un cartel que reza “no hopers”. Esas deportivas son las de Sonic, la mascota de Sega y la pistola es de Earth Worm Jim, la criatura de Shiny que estaba pegando bastante fuerte a mediados de los 90. Sutil el humor inglés de colocar sus emblemáticos objetos al lado de un cubo de basura, ¿verdad?

 

 

Colección de figuras de piedra powered by Capcom

 

La rivalidad entre SNK y Capcom en la década de los noventa fue algo maravilloso y único dentro del género del fighting. Dicha enemistad se traducía en títulos de calidad superlativa que se superaban el uno al otro con cada título que iba saliendo a lo largo de su dilatada historia del versus en arcade. Con el lanzamiento de King of Fighters 94 se hacía realidad el deseo de muchos jugadores de la época: enfrentar a los personajes de Art of Fighting y Fatal Fury en combate. A la cita no faltarían personajes muy míticos de la historia de SNK como los Ikari Warriors o los Psycho Soldiers, iconos de los ochenta de la marca de Osaka. 

 

El homenaje follonero transcurre antes de la batalla final en el Blacknoah contra Rugal. Al llegar allí vemos al boss rodeado de figuras, y nos explica que el objetivo del torneo era hacernos llegar a la final para enfrentarse a nosotros, convertirnos en estatuas y robarnos nuestras mejores técnicas. Estupendo, ¿verdad? Si nos fijamos en las estatuas podremos observar que todas son conocidas, pero ninguna de SNK: Zangief, Ryu, Akuma, Fei-Long, Guile. A pesar de haber convertido a tantos luchadores, Rugal no usa ni una técnica de losfighters de Capcom: sus técnicas son robadas de Geese Howard y Wolfgan Krauser, una auténtica desconsideración hacia la empresa rival de Osaka y sus artistas marciales.

 

Capcom se la devolvió con queso en 1995 con el lanzamiento de Street Fighter Alpha y la aparición de Dan Hibiki, un personaje de diseño similar a Robert García y Ryo Sakazaki, protagonistas de Art of Fighting. La gracia del asunto es que Dan Hibiki es un personaje penoso y lamentable con el que únicamente se puede perder. Los ataques de Dan son muy similares a los exhibidos en Art of Fighting, pero a la hora de la verdad resultan prácticamente inútiles.

 

Con el lanzamiento de Capcom VS SNK 2 en 2001, Capcom homenajearía el suceso del Blacknoah con una introducción especial entre Guile y Rugal en la que el segundo le muestra su estatua al primero. La reacción del coronel es destrozarla con un sonic boom. Puro amor épico.

 

 

Shake it, baby

 

Blood es un clásico de los ordenadores de mediados de los noventa y la obra con la que debutó Monolith Software y se hizo famosa en todo el mundo. El título no mentía, puesto que en él se imprimía todos los elementos que tenían que ver con el rojo fluido gracias a sus armas locas y sus salpicones de sangre propios de un matadero.

 

Si había algo que no faltaba en Blood eso eran los secretos, que estaban escondidos inteligentemente en casi cualquier rincón de cada nivel y nos premiaban con munición, vida o nuevas armas. Por suerte, no todos los secretos se conformaban con eso: a veces podíamos recrear nuestra vista con algunos chistes entre los propios programadores o auténticos homenajes al género del terror. Precisamente, sobre los guiños al mundo del terror, podíamos encontrar las herramientas de trabajo de Jason Voorhees o Freddy Krueger, al bueno de Jack Nicholson congelado tras los acontecimientos en El Resplandor o la tumba de Draven, el Cuervo. Aunque parezca mentira, ninguno de esos es el guiño que nos interesa: el que nos ocupa era mucho más retorcido y follonero contra una empresa y un icono del mundo del videojuego:

 

Los que se adentraban en uno de los caminos secretos del nivel Dark Carnival podían encontrarse con una sorpresa muy loca: un cadáver mutilado pende boca abajo atado a una cadena. Al acercarnos a él y observar su chaleco rojo, sus pantalones tejanos, cabello rubio y gafas de sol no queda duda de quién se trata. Al atacarle con nuestra arma, el cuerpo oscilará de izquierda a derecha mientras nuestro protagonista dice “oh, shake it baby”. No sabemos qué llevó al bueno de Duke Nukem a adentrarse en los mundos de Blood, pero acabó como el culo, desde luego.


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