YouTube es muy duro, chavales
Llevo solamente dos semanas haciendo vídeos de forma habitual, obligándome a producir un contenido propio y, a ser posible, suficientemente diferente del que hago cuando escribo. Han sido dos semanas de casi duplicar mi jornada laboral – porque he intentado tomármelo como un nuevo trabajo por el que no cobro de momento – y dos semanas de revelación absoluta: hacer vídeos me cuesta más que escribir, mucho más.
No me apetece hacer vídeos al estilo de los youtubers más famosos que todos por aquí conoceréis, en los que se graban y dicen cosas, tengan sentido o no y se traben o se equivoquen o no hagan más que reaccionar a lo que se ve en pantalla en lugar de añadir algo sobre eso. Hay muchos triunfando haciedno esto, y es normal, sus vídeos son un entretenimiento ligero que funciona bien, pero claro: ellos ya existen, ¿para qué imitarles si, encima, no me apetece hacer eso? Mejor optar por algo diferente.
Eso diferente implica fijarse en youtubers como nuestro Dayo, como Every Frame a Painting o como Egoraptor en sus buenos tiempos, significa trabajar un guión, escribirlo, conseguir los recursos propios (esto es, pasarse un juego para capturar un momento clave, con lo que eso implica en tiempo y recursos), tener un buen micrófono que no te reviente ciertas letras y un largo etcétera.
Lo mejor, o lo peor de todo esto, es que ni trabajándote un vídeo un poco diferente vas a asegurarte una audiencia ni un contenido. De tres vídeos relativamente trabajados, porque aún no he llegado a hacer lo que Dayo, por ejemplo, solo uno ha pasado de las 500 visitas, que en comparación con los 3 millones que consiguen otros es muy poco, sobre todo si a esos otros les ha llevado menos tiempo.
Ojo, para nada quiero menospreciar el trabajo de Rubius y compañía, todo lo contrario: si ellos han conseguido un esquema para hacer relativamente más rápido un vídeo que yo, viva y bravo por ellos. Ojalá fuera yo el que lo hubiera hecho hace años. El caso se que incluso ellos, que tienen un formato más sencillo de vídeo, emplean más tiempo que lo que yo empleo en escribir un post normal y corriente.
¿Qué puñetas vengo a decir haciendo estas comparaciones tan bobas? Pues que no deberíamos menospreciar el trabajo de vídeo, todo lo contrario. A diferencia de un post que, sí, puede llevar un tiempo y una documentación y unos años de aprender a escribir y de leer libros, hacer esto mismo con un vídeo implica casi duplicar el trabajo, y yo no había pensado realmente en ello, si bien lo había tenido en cuenta, hasta que me ha tocado escribir un guión y narrarlo sobre un vídeo que he montado previamente.
Lo bueno de todo este esfuerzo es que empiezo a cogerle el gusto, a hacerlo cada vez más rápido y a darme cuenta de lo acertado que es el vídeo para hablar de videojuegos en determinados temas. Quizá un review sesuda y crítica merezca más la pena ser leída, ¿pero una crítica a determinados momentos de un juego? Caray, mejor hacerla con esos momentos de fondo.
En otras palabras, más respeto para YouTube, tanto para el que se esfuerza en hacer un contenido profundo, como Dayo – a quién deberíais darle vuestro dinero sí o sí – como el que hace algo más ligero. Y no, no pretendo hacer spam de mi canal. Ni lo voy a enlazar, vaya.
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