Yakuza Zero, la sensación de volver a Kamurocho

Llevo una semana jugando a Yakuza Zero, y ni siquiera las 73 horas que acumulo a mis espaldas me hacen sentir preparado parainiciar un análisis que, quiero, apure al máximo todas las inmensas posibilidades que ofrece el último episodio de la serie en occidente, primero en la línea temporal del argumento si no tenemos en cuenta el spi-off de la restauración Meiji.

 

Yakuza Zero es, como digo, el primero en llegar a Playstation 4 fuera del territorio nipón. Un título que sirve de precuela a todos los acontecimientos vividos con Kiryu Kazuma en Tokio y Okinawa, así como las vividas por sus compañeros en Fukuoka, Sapporo, Osaka y Nagoya. Es un punto de inicio que a muchos nos recordará el primer contacto con la saga allá por el 2oo6 en PS2, pero también es la primera entrega de la serie en la última generación -fuera de Japón, repito-, lo que convierte el juego en una entrega más moderna y avanzada que sus anteriores capítulos. 

 

 

El mismo Yakuza pero mejor

Reconozco que, al principio, tenía miedo de encontrar un juego antiguo y desfasado al contar una historia previa, pero lejos de eso, Yakuza 0 -o Zero si lo preferís-, es un juego moderno ambientado en el Japón de 1988 en el que no faltan las mejoras de sus rutinas, los acontecimientos al margen, las subhistorias y todo lo que, a la larga, hace tan enorme al universo de Yakuza.

 

Lejos de intentar hacer un análisis, ya habrá tiempo de ello, cabe destacar que Yakuza Zero es un producto con muchas novedades pero que, afortunadamente, se resiste a dejar de seguir siendo un Yakuza. Los eventos de toda la vida, las subhistorias, los contactos con la gente, las historias divertidas, los dramas y demás siguen ahí junto al baseball, los arcade, las jóvenes atractivas, el ritmo de Kamurocho y toda la trama interna de Yakuza que tan enganchados nos tiene a algunos. 

 

 

Evolución constante

Cabe destacar que el sistema de juego, pese a ser el mismo, ha sufrido una renovación importante en lo que respecta a casi todos sus elementos: Nuevos modos de intracción, nuevos eventos, nuevas atracciones y nuevas formas de mejorar nuestros movimientos, golpes, ataques y técnicas de combate. Por primera vez, y sin que sirva de precedente, Kazuma San y compañía contarán con varios estilos de combate diferentes en los que poder invertir para mejorar -inversión real, ya que en esta ocasión las mejoras se llevarán a cabo con yenes, a tocateja-. Cada sistema de combate cuenta con sus propios maestros, que nos ayudarán a conseguir yenes con varios encargos y submisiones con los que podremos probar y mejorar golpes y técnicas, así como algunas funciones realmente interesantes que iréis descubriendo según jugáis. 

 

También los eventos han evolucionado, y los encontronazos con extraños vendrán de muchas formas y colores, en forma de amistad que tendremos que cultivar, situaciones absurdas que podremos protagonizar y subtramas que iremos desentramando poco a poco y que le dan ese sabor especial al juego. Finalmente cabe destacar que por primera vez es fácil conseguir yenes en un Yakuza, algo muy importante si tenemos en cuenta que será el dinero el núcelo alrededor del que todo gira en el juego, y podremos llenar nuestros bolsillos siendo espectaculares en las peleas -cada golpe y técnica que realicemos nos dará yenes-, realizando encargos, vendiendo objetos de segunda mano, pescando y con los diferentes 'negocios' que iremos creando según avanza la aventura. 

 

 

Conclusiones

Aún me queda mucho Yakuza por descubrir, pero puedo avanzaros que esta precuela es, sin duda, un capítulo más que a la altura de la saga. Lo perfectamente documentado que está se da la mano con un aspecto visual mucho más impecable y sólido, un sistema de combate mucho más intuitivo y divertido y una jugabilidad más que a la altura de la saga.

 

Todo el sabor de la saga está presente en este regreso a los años 80 que no duda en hacer hincapie en la época sin parecer un capítulo cutre de Cuéntame, y de paso sirve para conocer a ese joven Kiryu Chan -creedme, la coña os va a dar pararato- y poder manejar al fin a Goro Majima, reencontrarnos con personajes míticos de la saga y comprender las motivaciones de una saga que se hace a sí misma inmortal. 

 

¡Nos leemos!

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