Una gran historia mediante el videojuego deportivo
Vaya por delante mi halago a la versión de nueva generación de NBA 2K14. Me parece un ejercicio de honestidad para con el jugador que se compra una máquina nueva de varios cientos de euros sencillamente ejemplar, y más allá de lo que se muestra en pantalla, además, resulta un videojuego absolutamente redondo, algo que es de agradecer para los intereses de unos y otros a los mandos del simulador baloncestístico. Como gran fan del deporte que soy, uno de los puntos que más me ha dejado boquiabierto ha sido el modo historia que tiene.
El asumir el rol de un jugador de la calle que acaba llegando y triunfando (o no) en la NBA me ha parecido espectacular, y la interactuación para con el entorno de un jugador profesional de baloncesto americano es realista, documentado y muy interesante. Ante la experiencia vivida, claro, me ha resultado inevitable el pensar en clave balompédica y trasladar ese modo a FIFA, y he caído entonces en una realidad: es una lástima que el fútbol profesional nunca se haya visto bien representado en forma de historia de ficción en alguno de los medios audiovisuales importantes. Tras ver NBA 2K14 me he ilusionado y he pensado, irremediablemente, en un futuro narrativo para FIFA en el que un jugador entra en el fútbol profesional y allí se hace grande.
Y no creo que ese modo esté tan lejos del alcance de EA: ahí está Fight Night que ya lo tuvo, pero claro, es muy diferente el llevar a ese campo un deporte individual como es el pugilístico ante un ejercicio en el que interviene tantísima gente, pero diablos, la nueva generación está para hacernos soñar, ¿no? Soñemos entonces con interpretar nuestro avatar jugando en nuestro equipo favorito, levantando Copas de Europa (si PES y UEFA les deja) y Copas del Mundo en una noche de verano con un cielo hermoso y estrellado. Pensemos en la vida del profesional del fútbol, los choques con la prensa y la realidad en la que viven y convirtámosla en una experiencia jugable interesante.
Usemos el legado, llevemos las estrellas del fútbol a la circuitería de nuestras máquinas e inventemos de la nada momentos míticos con un balón virtual de por medio. Olvidemos los profesionales, ser Messi, Ronaldo o Ribery y seamos nosotros mismos en un mundo virtual que, de hecho, invita a que nos lancemos a ese campo que ya está construido y que existe. Si se animan a construir todo lo que supone el fútbol detrás del velo, seguro, sacaremos algo sencillamente impagable que atraerá, incluso, a gente ajena a la propia franquicia en sí.
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