Es el mal de nuestro mundo: Consolas que se prometen, se gestan con la ilusión de los usuarios, nacen entre presentaciones y rechinar de dientes mientras ahorramos para poder hacernos con una y, finalmente, dejan sitio a las nuevas consolas que se prometen, se gestan y vuelven a nacer.
Es ley de vida, como ley de vida es que el usuario que se acaba de comprar una nueva plataforma se mosquee si esta no rinde como debería o pasa a mejor vida antes de que acabe su ciclo de vida útil. Ahí tenéis las quejas por esa rumoreada PS4.5 que, hacedme caso, al final lo único que va a ser es un nuevo modelo de PS4 con la unidad de procesamiento de la VR integrada, o los recelos con una Xbox Next que, al final, era tan sólo uno de los muchos nombres que se barajaron para Xbox One.
No está muerto lo que duerme eternamente
Os habréis dado cuenta de que al hablar de los ciclos de las consolas he dicho que estas se prometen, se gestan, nacen y ceden su lugar a las siguientes, pero no he hablado de muerte. ¿Por qué? Pues porque las consolas nunca mueren del todo, y aunque todos los perros pueden ir al cielo -me pregunto si los que se zampan a los niños en los parques también-, las consolas nunca abandonas del todo este, nuestro plano terrenal.
Ahí tenéis el mercado retro que todavía maneja copias de consolas como Master System o la Nes de 8 bits, cassettes de Spectrum y MSX o diskettes de Amiga y de Spectrum Plus 3. Ahí tenéis a la comunidad que sigue programando y desarrollando juegos para consolas como SEGA Dreamcast y PSX, y ahí tenéis la caña que sigue dando la anterior generación, para la que aún siguen saliendo algunos juegos que aprovechan lo aprendido en el desarrollo para Xbox One y Playstation 4.
A la anterior generación aún le queda mucha vida
Y no me he dado cuenta hasta que he apagado dos semanas mi Playstation 4 para darle amor a Yakuza 5. Ya que tenía la consola cambiada y como me daba pereza cambiar el HDMI, he aprovechado este regreso a PS3 para volver a jugar muchos de los títulos que tenía colgados, en pausa o, directamente, sin catar, y oye... La consola todavía tiene potencia para hacernos pasar muy buenos ratos.
Vale que no todos los juegos son como Yakuza 5, que una vez pasas del acabado de los edificios y te centras en las expresiones, el número de personas en pantalla, la física de los peatones o las partículas en pantalla casi parece un juego de nueva generación. No. No todos son iguales: a muchos titulos se les nota el paso de los años, pero aún así siguen siendo potentes, muy potentes, y demuestran que hay un escenario estupendo en el que explotar la bajada de precios del mercado Playstation 3 Xbox 360 con juegos que pueden deparar muchos buenos momentos.
Con lo mismo dos años después
Me hace gracia escribir este artículo, pues se parece mucho al que escribí hace más de dos años instandoos a aprovechar la llegada de Playstation 4 y Xbox One para haceros con una plataforma de anterior generación y explotar sus bondades. Dos años y sigo pensando lo mismo: Merece la pena volver a conectar las viejas máquinas y echarle un ojo a Playstation Plus, Xbox Live y las tiendas de segunda mano para disfrutar de títulos que no jugamos en su momento porque había algo mejor, eran muy caros o estábamos ahorrando para la nueva generación.
Yo ahora tengo pendientes I am Alive, terminarme de una vez Rain, volver a jugar el spin off de Far Cry e incluso empezar de cero Dragon's Dogma. Y eso por no hablar de los Souls, Ni No Kuni, y todo lo que tengo a la espera de echarle un rato cuando el tiempo lo permita. ¿Será por juegos? Cuando te dejas de complejos y regresas a tu vieja casa, es como si todo empezara de nuevo.
¡Nos leemos!