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The Last of Us y la justificación de los coleccionables

Ejemplo a seguir
Por Álex Pareja

Después de disfrutar de Uncharted 4 El Desenlace del Ladrón, me ha parecido un buen ejercicio regresar a la anterior obra de Naughty Dog, The Last of Us, para comprobar de primera mano si todos mis pensamientos y recuerdos concuerdan realmente con lo que ofrece esta obra. Sinceramente, ha servido para darme cuenta de que salvo algunos elementos evidentes como el apartado técnico, la aventura protagonizada por Joel y Ellie parece una evolución respecto a lo visto en el último juego de Nathan Drake, aunque parezca extraño.

 

Muchas de estas razones no dejan de basarse en pequeños detalles, como el que quiero exponeros hoy mismo, que tiene que ver con el uso de unos de los coleccionables del juego, que no son otros que los cómics que encontramos a partir de un momento concreto de la aventura. En The Last of Us se produce una secuencia cinemática muy concreta en un momento de la historia, donde Ellie muestra a Joel su interés por los cómics y por querer seguir leyendo esa historia que fatídicamente siempre termina con un "Continuará". Es en ese preciso momento donde el juego comienza a distribuir en algunas zonas de los escenarios algunos de estos elementos, que en realidad no dejan de ser simples coleccionables.

 

La gracia está en esa forma de plantear una simple acción de recogida de un objeto, que no deja de ser simple y sin gracia. Sin embargo, Naughty Dog lo adereza con una justificación en forma de cinemática y lo continúa ampliando con cada nuevo descubrimiento, ya que Joel habla sobre ello cada vez que encuentra uno de estos cómics, dando importancia al hallazgo tras conocer que es algo que Ellie agradecerá. Nosotros, casi inconscientemente, entendemos que ese cómic sí que llegará a ser disfrutado por la muchacha en alguno de los momentos de calma que el juego no muestra debido al uso constante de elipsis temporales.

 

The Last of Us

Un gran lugar donde dejar un cómic

 

También destaca la manera de distribuir estos cómics, que siempre estarán en zonas coherentes del escenario. No encontrarás un cómic en el tejado de un edificio, o en un rincón apartado escondido tras un arbusto, sino más bien en la habitación de una casa que parece que perteneció a unos niños, o en una de las habitaciones de un alumno de una universidad, o en una buhardilla... un simple coleccionable, gracias a la incorporación de estos elementos de justificación y coherencia, toman una nueva dimensión en The Last of Us.

 

Este tipo de coleccionables chocan frontalmente con los de Uncharted 4, que aunque también puedan estar algo justificados dentro de su tono menos realista (eres un cazatesoros en lugares inexplorados y es normal que encuentres objetos legendarios e importantes, supongo), no aportan ese factor personal ni hacen reaccionar al protagonista. También es cierto, antes de que me lo recordéis, que The Last of Us tiene otro tipo de coleccionables que no funcionan tan bien ni están tan justificados (los colgantes de los Luciérnagas), pero siguen siendo algo creíble dentro de su propio contexto. Solo son simples detalles y puede que muchos no den importancia a estos pequeños gestos, pero son aquellos que me siguen convenciendo para afirmar que esta obra continúa siendo la cima de este estudio.


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